A FUEGO LENTO | LA LEY DE AMLO HERODES
POR: ENRIQUE PASTOR CRUZ CARRANZA | PREMIO NACIONAL DE PERIODISMO 2008
“Recordad que, a lo largo de la historia, siempre ha habido tiranos y asesinos, y por un tiempo han parecido invencibles. Pero siempre han acabado cayendo. Siempre”
-MAHATMA GANDHI –
Lo que fue un filme, una comedia satírica dantesca de la política nacional de aquel PRI caciquil, cargado de villanía, corrupción, egolatría, crimen y cinismo sin límites, parece concretarse tras un acuerdo con el expresidente Enrique Peña Nieto para blindar de impunidad la gestión brutalmente saqueadora, apátrida y moralmente decadente del mexiquense, con tal de darle paso “democrático” en 2018 al entonces calificado oportunamente como “UN PELIGRO PARA MÉXICO”.
La elección de 2018 supera en perfección de guion a la primera transición de 2000, cuando el papel de víctima ingenua recayó en Francisco Labastida, quien, por llegar al cargo, entregó todas las candidaturas de diputados y senadores del PRI a la nomenclatura Hankista, enemigos vengadores de Ernesto Zedillo por haber encontrado en Bill Clinton la mano salvadora en el guion para desaparecer los poderes, permitiendo que Carlos Salinas, aspirante a dictador en turno, impusiera al presidente interino, encaminando para la causa al jurista campechano Jorge Carpizo MacGregor.
Lejos quedaría aquel fraude de 2006, con la eficiente intervención de la Corona Española, los Borbón y el Partido Popular, construido desde Galicia, para crear un sistema parlamentario espejo al vigente en España. Así se gestaba la tercera monarquía con el malogrado prospecto de la fórmula, Juan Camilo Mouriño, mientras Felipe Calderón perdía la sucesión ante sus propios opositores dentro del PAN, optando por entregar la banda presidencial a Peña Nieto en la segunda metamorfosis de 2012.
Las condiciones impuestas a Peña Nieto eran realizar las reformas energéticas exigidas sin más prórroga, pues desde los Acuerdos de Aguas y la desaparición de Isla Bermeja se habían creado las bases para no frenar la apertura del sector vital a inversiones privadas.
Cada actor jugó su papel para lograr ser nominado a un “Óscar de la Academia”, desde la conformación de un frente para defender el recurso petrolero nacionalizado por Lázaro Cárdenas y Adolfo López Mateos con la CFE.
Un artículo previo a la infamia concertada, con todo infarto calculado oportunamente del Tartufo Tabasqueño, advertía en “World Socialist Web Site”, firmado por Eric London y titulado “Peña Nieto y la Privatización en México” del 15 de septiembre de 2014 (consultar para comprender), lo que la villanía de dejar pasar el proceso significaría para el patrimonio nacional y el triunfo de las petroleras del mundo.
Esta gran traición a la patria abriría las puertas de Palacio Nacional a Andrés Manuel López Obrador en el proceso de 2018, con la complicidad del PRI que nominó al espontáneo infumable, patán, José Antonio Meade para facilitar la derrota y consumar los acuerdos AMLO-Peña Nieto para la impunidad.
Los mismos acuerdos inconfesables de 2000, pero más pedestres.
La mayoría legislativa lograda por Morena le daba toda la posibilidad de revertir esa privatización, pero nunca estuvo en su agenda. Y cuando Donald Trump fue derrotado por Joe Biden, los acuerdos establecidos por Luis Videgaray se esfumaron, dando paso a los arrebatos de crear una nueva dictadura de quien no estaría dispuesto a ceder un cargo que lo ha catapultado a considerarse un iluminado revolucionario, creador de un panorama donde su voluntad sea divina ley, por encima de la Constitución.
Hoy vivimos en México los peores efectos de la convergencia de los políticos más infectos del territorio nacional, encaramados por metempsicosis en un poder caligulesco, con circo romano, Santa Inquisición y un “todo poderoso” que decreta honestidades y sentencia al linchamiento y a sus patibularias consecuencias a quien ose no aceptar sus dislates y psicopatías de señor feudal.
La abierta alianza con la delincuencia organizada, la frenética militarización en áreas civiles, la destrucción de contrapesos de la sociedad civil, la infiltración judicial con extorsión y chantajes al INE, un poder legislativo sometido a grado de servilismo e ignorancia colaboracionista cargada de rencores, afanes de venganzas y traumas existenciales, rompen el tejido social, la pluralidad, tolerancia y convivencia civilizada.
El proceso electoral de 2024 es la cúspide de su demencial actitud contra el pacto social y las irregularidades rompen todo apego al respeto de las reglas establecidas. Las trampas, como el uso de inteligencia artificial en la mapachería electoral con un algoritmo denunciado por el maestro periodista Don Rafael Loret de Mola, minutos después del madruguete del INE descompuesto por la Taidé, y el colega Yuri Serbolov, director de “La Carpeta Púrpura”, denunciado en la FGR por el abogado Guillermo Hamdan Castro, revelan un fraude colosal. Los aliados, líderes del PAN Marko Cortés, del PRI Alejandro Moreno Cárdenas, y el lastre del PRD, traicionaron a la marea rosa, frente cívico y sociedad civil, al estar atrapados (extorsión y chantaje clásico entre pillos) en carpetas de investigación por diversos delitos, negociando la traición con fueros legislativos como moneda de cambio, lo cual les permite tener cargos plurinominales a cambio de su indecencia humana.
Sigue el turno al poder judicial, pues la dignidad e independencia de ministros como la jurista Norma Piña estorba al dictador enajenado, mientras la delincuencia organizada se relame las fauces para lograr esta mordida mediante “la democracia del pueblo sabio bajo su control con dádivas inicuas” que entreguen los tribunales al privilegio de circo romano para sentenciar o exculpar a sus aliados según convenga.
Es imperativo rescatar lo escrito por el maestro Ricardo Pascoe Pierce cuando advierte: “El crimen organizado será el beneficiario del populismo delictivo obradorista. El voto popular para elegir jueces y magistrados le abre al narcotráfico la posibilidad de administrar la justicia en amplias franjas del país”.
Una luz de cordura parece iluminar la heroica reacción de los mexicanos libres en acción cuando la ONU advierte su preocupación por las agresiones al poder judicial en México, los crímenes de tantos candidatos en el pasado proceso electoral en total impunidad, así como el exterminio de líderes sociales, periodistas y las permanentes violaciones a los derechos humanos, como reflexiona el jurista Don Jesús González Schmal en sus atinadas participaciones en “A Fuego Lento”. Mientras, la DEA enciende alarmas por el dominio territorial logrado por los delincuentes y la actividad ilícita de drogas como el fentanilo en gran parte de la geografía mexicana, usada también como arma de socavamiento geopolítico contra el coloso del norte.
La detención del señor “Mayo” Zambada, causando los arrebatos de provocación sin cordura de AMLO en las mañaneras contra organismos internacionales y los gobiernos de Estados Unidos y Canadá, demuestran profundas complicidades, cuando el teatro de la honestidad valiente cae como un castillo de naipes ante las evidencias próximas a ser expuestas.
Contaminar con premeditación, alevosía, ventaja y perversidad la candidatura, nominación, elección fraudulenta de estado y los afanes de exhibir a la virtual presidenta (¿espuria?) de México, la científica Claudia Sheinbaum Pardo, sin el mínimo recato bajo su dominio insolente, alardeando que hoy en nuestra nación la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos ha quedado prescrita y se gobernará bajo la ley de “AMLO-Herodes”, no es buena señal para la salud republicana en su pacto federal.
Al igual que Calígula, Idi Amin, Adolf Hitler, Nicolás Maduro y José Stalin, nuestra suave patria tiene al frente del poder ejecutivo y con los bártulos de las Fuerzas Armadas, a un tirano dictador con severo síndrome de Hubris, destruyendo garantías individuales, instituciones y sometiendo a los tres poderes de la unión a simples lacayos.
La patria se nos escapa entre los dedos como agua.
¡SALVEMOS MÉXICO, NUESTRA GRAN NACIÓN DE LIBERTADES!