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Periodismo servil

Desde sus oficinas de Comunicación Social, el Gobierno de Layda Sansores dicta las líneas que deben acatar sus “periodistas”, con informaciones insultantes y humillantes contra sus adversarios…

Se ha difundido en las últimas horas el video de un personaje que se ostenta como periodista, pero que es más conocido por sus escándalos y su excesivo y casi siempre agresivo protagonismo, en que revela el pago de “1,500 pesos al mes” por parte de la oficina de Comunicación Social de la Secretaría de Protección y Seguridad Ciudadana (SPSC), para que “hable bien de Marcela”.

Ese mismo sujeto “balconeó” hace algunos meses al entonces subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobierno, Arturo Aguilar Ramírez, como el “enlace” mediante el cual logró introducirse a la nómina de la Unidad de Comunicación Social del Gobierno del Estado, con la consigna clara y expresa, de “madrear” a la alcaldesa  de Campeche, Biby Rabelo y a los partidos de oposición.

Hace apenas unas horas, el mismo “periodista” ingresó violentamente a la sede del Congreso del Estado, en el momento en que sesionaban los diputados, para retar a golpes al diputado de Movimiento Ciudadano, Ignacio Muñoz e insultar a otros legisladores del mismo partido, no sin antes expresar “sus respetos” a Antonio Jiménez, coordinador de la bancada morenista y a otros representantes populares oficialistas.

Son tres incidentes que, (independientemente del personaje que lo protagoniza, y quien por cierto además de inculto, lépero y arrogante, carece de cualquier porción de credibilidad),  nos revelan o confirman, la estrategia de Comunicación Social que ha mantenido el Gobierno de Layda Sansores para mantener controlados a reporteros, periodistas, comunicadores e influencers.

Como todos los gobiernos anteriores, (corruptos según la gobernadora), el suyo ha seguido la misma tónica, y así quisiera que se comportaran todos los que ejercemos de alguna forma el periodismo. Dóciles, sumisos y migajeros, conformándonos con los tres pesos que nos arrojen cada mes desde las dependencias gubernamentales, y desde la presidencia estatal de Morena.

Ese es “el nuevo periodismo” que el Gobierno de la señora Sansores propone y que realmente en nada se diferencia de los que ya han existido antes, caracterizados, en todos los casos por el sello de la corrupción.

Desde sus oficinas de Comunicación Social, el Gobierno de Layda Sansores dicta las líneas que deben acatar sus “periodistas”, con informaciones insultantes y humillantes contra sus adversarios políticos, y misóginas, difamatorias, violentadoras de género e incitadoras al odio, contra las mujeres que no comulgan con las descabelladas ideas de la mandataria estatal, principalmente contra Biby Rabelo y la senadora Karla Toledo.

Es el Gobierno de Layda Sansores, y seguramente ella misma, incitadora a la violencia de género, a la misoginia y a la ofensa contra las mujeres. Sus matraqueros solo cumplen las órdenes. Por eso carece de autoridad moral cuando quiere dar clases de periodismo, de libertad de expresión o de respeto a las leyes. Sus dichos al respecto son tan falsos como ella misma.

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