MEZQUINDADES
En su desesperación por parar los golpes que le mandan a su jefa, el vocerito le tiró uno más grande al Estado Mexicano: que persigue y acosa a los ciudadanos por lo que piensan o por lo que hacen.
Acusa el director de la Unidad de Comunicación Social del Gobierno del Estado, Walther Patrón Bacab que son “mezquindades” los señalamientos críticos por el viaje al extranjero –a Amsterdam, Holanda—de la gobernadora Layda Sansores, y exige respeto a su “derecho humano básico” de “abrazar a los tuyos cuando más lo necesitas” (sic).
Recurrió Patrón Bacab a una ‘palabra dominguera’ para externar el enfado que le ocasiona el que cientos de mexicanos –de Campeche y de todo el país—hayan cuestionado con severidad ese viaje al extranjero de la señora Sansores. Entendemos que el post que subió a sus redes sociales forma parte de una estrategia de manejo de crisis ante el aluvión de críticas por los derroches de los conspicuos representantes de la 4T, entre ellos, Layda Sansores.
Y puede ser que Walther (con H) haya acertado en el término. Porque mezquindad se define como una “falta de generosidad. Como una ruindad” por parte de una persona, de una sociedad o de un Gobierno, para con los otros.
Efectivamente. Tenemos un Gobierno mezquino. Que de entrada, como en el caso de la señora Sansores, no hace lo que es su obligación, su responsabilidad o su deber, sino “lo que le pega la gana”. Por eso ajustó a su arbitrio la fecha para enviar el mensaje político con motivo de su informe (así lo ha hecho durante los 4 años de su Gobierno), para irse de vacaciones y festejar su cumpleaños en familia.
Es ruindad anteponer los gustos particulares por los del bien público. Layda Elena es la gobernadora de Campeche, y debió quedarse a cumplir con sus responsabilidades, y una vez satisfecho ese requisito, exigir el respeto a ese “derecho humano básico” de ir a convivir con su familia.
Pero de lo que se trata es de victimizarse, y eso lo sabe hacer muy bien la gobernadora. Por eso volvió a recurrir al argumento de que sus hijas son “perseguidas políticas”.
“Viajó a ver a su familia, a sus nietas, que hoy viven fuera del país no por elección, sino por la persecución de un fiscal que les cerró las puertas de su propia tierra” justificó el vocerito campechano, que en su desesperación por parar los golpes que le mandan a su jefa, le tiró uno más grande al Estado Mexicano, que persigue y acosa a los ciudadanos por lo que piensan o por lo que hacen. No. Pues no me ayudes compadre.
Defender lo indefendible termina mal. O se recurre a mentiras, como eso de afirmar que “si alguien ha dado todo por Campeche, es ella. Merece respeto, no mezquindades”. Y tan es falso, que el cúmulo de burlas en las redes sociales aún continúa.
Mezquindad es usar las leyes para beneficio personal. Para perseguir a los adversarios políticos, para imponer censura a los periodistas, para despedir a los policías que exigían respeto a las leyes, para encarcelar a una autoridad municipal que demandaba justicia, para acusar a las suegras de ser animales, en suma para, solo hacer “lo que le da la gana”. ¿Y aun así se atreve a exigir respeto? ¡Qué mezquino!