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Joven era violada por su padre y hermano con el consentimiento de su madre

Ana Paula padeció durante siete años los abusos sexuales de su padre y hermano, según su testimonio. Por ello, la Fiscalía de Argentina solicitó una pena de 22 años para el primero, mientras que el segundo se enfrenta a  20 años de cárcel. Su madre también podría pasar 12 años en prisión por “facilitar la corrupción sexual”. Su novio se ha convertido en su principal respaldo en su lucha para que condenen a quienes la ultrajaron en su infancia.

A mediados de esta semana se recogieron el testimonio y los alegatos de defensa del juicio por violación que fue iniciado en el 2017.

La joven natural de San Juan, Argentina, describió los ultrajes a los que había sido sometida por parte de su papá y de su hermano. Además, acusó a su madre de haber encubierto los abusos.

“Cualquier oportunidad de soledad era aprovechada por ellos. Mi primer beso fue con mi papá”, aseguró la víctima de violación ante la Justicia de Argentina, de acuerdo a The World News. “Parecíamos una familia normal, pero eran unos psicópatas”, declaró Ana Paula.

 

Según el testimonio de la jovencita de Argentina, los abusos iniciaron cuando ella tenía nueve añosSu papá la manoseaba y la obligaba a realizarle felaciones. Además, el hijo de su padre también se sumó a los ultrajes. A los 12 años la violó y continuó haciéndolo unas tres veces por semana. “Perdí la virginidad con mi hermano”, relató. “No tuve infancia y adolescencia tampoco, porque ya en abril cumplo los 19. Ya se me fue lo que uno más disfruta de la vida”, relató, como se ve y escucha en el video al final de la nota.

La complicidad de la madre de Ana Paula en los abusos sexuales

Ana Paula contó que no tuvo una infancia regular, ella tuvo que resistir el abuso sexual que sus familiares le infigían. Cuando ella tenía 13, el hombre que la había engendrado también lo hacía. Le contó a su madre lo que pasaba, pero la mujer no le creyó.

A los 14, la madre de Ana Paula pudo ver a la menor echada en la cama, mientras su pareja estaba sin ropa. “Mi mamá le preguntó qué era lo que estaba haciendo porque igual, ella lo había visto, ya que tenía todo afuera” El abusador le respondió a su esposa que estaba buscando su short. “Al día siguiente me preguntó si me estaba tocando. Pero yo se lo negué porque ya le había contado antes y no me había creído”, contó ahora la joven de Argentina.

La víctima de violación aseguró que su madre llegó a aceptar los abusos a los que era sometida, ya que a los 15 años ella quedó embarazada. Cuando la mujer se enteró, le dio pastillas para que aborte, pero la mujer no hizo nada por detener a su esposo, ni a su hijo. Fueron a un médico para detener el embarazo, pero este se negó. Finalmente, cuando la menor se hizo una ecografía la familia se enteró que el bebé estaba muerto.

La mamá de la joven de San Juan la llevó a un centro de salud para que le colocaran un dispositivo intrauterino (DIU) a fin de evitar que concibiera nuevamente.

A los 16 años le confesó sus abusos a su novio. Él la acompañó a levantar la denuncia por violación ante la Justicia de Argentina.

Acusados aseguran que se trata de “venganza”

Tras recibir la denuncia, el juez Benedicto Correa ordenó prisión preventiva contra los varones, hoy de 50 y de 22 años, respectivamente, por el cargo de abuso sexual. También a la madre de Ana Paula, de 43 años, por corrupción sexual de menores.

El juicio se inició en la Sala I de la cámara Penal, a cargo de la jueza Silvia Peña Sansó. Después de escuchar el doloroso testimonio de la víctima, también atendió a los alegatos de los acusados. Ellos negaron las acusaciones de abuso. Dijeron que se trataría de una “venganza” por parte de la muchacha, ya que no había recibido regalos por su cumpleaños. Además, aseguraron que Ana Paula quería quedarse con el terreno de la familia en San Juan, Argentina.

“Parecíamos una familia normal, pero eran unos psicópatas”

Ana Paula relata que a los 7 años sus padres la obligaron a laborar con ellos. Ellos transmitían la imagen de ser un hogar trabajador común y corriente.  “Hacíamos uniformes y calzado. Parecíamos una familia normal, pero eran unos psicópatas”. Apenas dos años después iniciaron los ultrajes sexuales.

 

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