KO’OX: EL TRANSPORTE QUE NACIÓ PARA FRACASAR.
Por: Enrique Arellano
El gobierno del estado insiste en sostener lo insostenible: el sistema de transporte público Ko’ox, ese proyecto que nació entre aplausos oficiales y promesas de modernidad, pero que hoy no avanza ni convence a nadie. Las nuevas rutas, los entronques mal planeados y la desorganización diaria han convertido lo que debía ser un avance en otro ejemplo del desgobierno y la improvisación que domina Campeche.
Los ciudadanos lo viven todos los días: rutas confusas, tiempos de espera interminables, paradas sin señalización y camiones que parecen más símbolo político que servicio público. Pero al gobierno no le interesa resolver de fondo el problema. Prefieren seguir vendiendo espejitos, asegurando que “todo va bien” y que “la gente se está adaptando”.
La realidad es otra. Detrás de este fracaso hay una visión centralista y arrogante, dictada por los asesores chilangos de la gobernadora Layda Sansores, quienes —sin conocer la realidad campechana— le repiten que el tema del transporte “es político”. Pues claro que lo es: todo lo que afecta a los ciudadanos lo es, y los campechanos también hacemos política cuando exigimos respeto, eficiencia y honestidad.
Y mientras la gobernadora defiende el desastre de Ko’ox, los beneficiados son los de siempre: el sobrino incómodo, los secretarios cercanos, los funcionarios de Morena que vieron en la compra de camiones una oportunidad de negocio. Los ciudadanos, mientras tanto, seguimos esperando un transporte digno y transparente.
Por eso hay que seguir manifestándonos pacíficamente, porque la verdadera fuerza está en la gente. El problema no son los camiones: el problema es la incompetencia y la corrupción.
Nos vemos en 2027, cuando los campechanos tengamos la oportunidad de sacar a los corruptos del poder y recordarle a quienes gobiernan que el pueblo no se sube a un camión… se sube al cambio.




