El pretexto de la misoginia
Su postura es partidista, partidaria y sectaria, que respalda a solo una parte de la sociedad, que son los que militan en su partido. Se olvidan de los otros, de aquellos que hemos sufrido sus insultos y bajezas…
Ya salieron figuras nacionales de Morena a tratar de justificar los ataques de la gobernadora de Campeche, Layda Sansores San Román a la libertad de expresión y a periodistas campechanos.
Se refugian en conceptos ambiguos como la misoginia y la “violencia estética” para justificar la aberrante decisión de la jueza Guadalupe Martínez Taboada de ordenar el cierre de TRIBUNA y prohibirle al periodista Jorge Luis González Valdez ejercer esa profesión.
Pero no hay argumentos que les alcance. Luisa María Alcalde, la lideresa nacional de Morena tuvo que dar la cara a favor de la mandataria campechana. Utilizó los mismos textos que han boletinado los asesores de imagen de Sansores San Román, para asegurar que la violencia contra la mujer no puede considerarse periodismo.
Aún más, la secretaria de las Mujeres, Citlalli Hernández, se sacó de la manga la figura de la “violencia estética” para justificar la censura a quienes se burlen, critiquen o sobajen a otras personas solamente por las formas de su cuerpo, olvidando que ella misma, en sus tiempos de opositora, no bajaba de “enano” al expresidente Felipe Calderón.
No han sido, sin embargo, imparciales, pues hacen a un lado las expresiones ofensivas de la gobernadora de Campeche en contra de sus adversarios políticos, sin importarle si éstos son hombres o mujeres. Diputadas, alcaldesas, periodistas, funcionarias, lideresas de oposición han caído bajo su lengua afilada con expresiones peyorativas.
Pero eso no lo ven ni Luisa María ni Citlalli. En el fondo su postura es partidista, partidaria y sectaria, que respalda a solo una parte de la sociedad, que son los que militan en ese partido. Se olvidan de los otros, de aquellos que hemos sufrido sus insultos y bajezas.
No podía esperarse lo contrario. Son parte del mismo sistema. Han cobijado a Layda Sansores no porque desconozcan sus excesos, sino porque no pueden permitir que una de ellas sea exhibida como autoritaria, y enemiga de la libertad de expresión, aunque en los hechos lo sea. No de ahora, sino de hace ya mucho tiempo.
Hay que entender que esas posturas reflejan al Estado contra la sociedad. Tratan de negar algo que es evidente. Quieren frenar la oleada de críticas, tanto nacional e internacional, a sus políticas represoras. Pero, vale la pena insistir, sus acciones las delatan.
Ya no solo es Jorge Luis González Valdez, sino que cada día hay otros ciudadanos censurados, sancionados o vetados de sus medios por criticar a los conspicuos representantes de este régimen cuatrotero. Pero no lo ven las defensoras de Layda. No les conviene verlo…