Niña muere de un paro tras lanzarse por tobogán acuático
Minutos antes de subir al “Super Loop Speed Slide”, London Eisenbeis, de 10 años, grabó un video para su canal de Youtube. Estaba entusiasmada porque, por primera vez, podría deslizarse por el mayor tobogán del parque acuático Zehnder’s Splash Village, en Michigan.
Después de dos años esperando, por fin medía más de 1.20 metros, la altura mínima exigida para montar en la atracción, que tiene 80 metros de altura, una caída recta de cuatro pisos, y un bucle de 360 grados.
La inclinación del tobogán no impresionó a London, que segura y sin miedo, se preparó para lanzarse por la cápsula de color rosa.
“Miró a su padre, subió los dos pulgares y sonrió. Bajó por la atracción y salió sufriendo un paro cardíaco“, contó su madre, Tina, al diario británico The Sun.
Fueron siete segundos de caída, pero el corazón de London Eisenbeis no resistió. Los doctores explicaron que padecía una enfermedad cardíaca sin diagnosticar: el síndrome QT, un trastorno del ritmo del corazón, que provoca fuertes palpitaciones, desmayos, ahogamiento, o incluso, muerte súbita en personas jóvenes.
La excitación al bajar por el tobogán alteró sus pulsaciones, y la sumió en un paro cardíaco antes de salir de la cápsula, explicaron los médicos.
“Mi marido me dijo después que la atracción por la que bajaron tiene un sonido parecido al de los latidos de un corazón, que hace la experiencia aún más aterradora. ¿Quién iba a pensar que ella saldría así del tobogán?”, dijo la madre de London.
Tina se encontraba al otro lado del parque cuando ocurrió el accidente. Al escuchar los silbatos, pensó que algún niño estaría jugando o merodeando, pero en cuestión de minutos, comenzó a ver las caras aterrorizadas de muchas madres.
“Alguien se ahogó por allí”, escuchó.
El miedo se apoderó de ella. “Me empecé a poner muy nerviosa”, contó al diario. Quiso llamar a su marido, pero se dio cuenta de que tenía su celular, así que cruzó el parque corriendo.
“Jerry estaba mirando hacia abajo y había sábanas. Supe que era una de mis niñas“, dijo. “Fue algo horrible. No había ningún signo de que padeciera esa condición. Ella simplemente se ahogó. El día antes, había estado haciendo volteretas en el aire”.
London Eisenbeis practicaba gimnasia artística y cada semana hacía ejercicios en distintos aparatos. Nunca padeció ningún síntoma que delatara una insuficiencia cardíaca.
“Luchó nueve días en el hospital, después se ganó las alas de los ángeles”, dijo Tina, que explicó que London sufrió un paro cardíaco en el hospital a los días de su ingreso.
El accidente mortal se produjo el 17 de febrero, y desde entonces, esta madre describe la vida sin su hija como una “continua pesadilla” y confiesa que llora todas las noches. Por el día, sin embargo, el recuerdo de London la empuja a luchar, para que nadie tenga que atravesar su dolor.
En los últimos meses se convirtió en instructora de la Asociación Americana del Corazón y creó una fundación para donar desfibriladores a la comunidad.
“Sé que la gente tiene miedo a los desfibriladores, pero son muy fáciles de usar. Son lo que se necesita para recuperar el ritmo cardíaco. Tú tienes que responder, no tienes tiempo para esperar”.
También ha impulsado una campaña para hacer obligatorios en escuelas de Michigan simulacros de ataques repentinos al corazón, conocidos por sus siglas en inglés como AED.
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