RECORTE PRESUPUESTAL DEJA VULNERABLE A MÉXICO ANTE UNA NUEVA PANDEMIA
REDUCCIÓN EN EL PRESUPUESTO DE SALUD
El recorte presupuestal al sector salud en México para 2025 ha generado preocupación sobre la capacidad del país para enfrentar emergencias sanitarias, especialmente ante una posible nueva pandemia. A pesar de la constante vigilancia de enfermedades como el dengue, sarampión, rabia y el virus H5N3, la infraestructura de salud mexicana se enfrenta a un desafío significativo debido a un presupuesto históricamente bajo.
En 2025, el presupuesto en salud experimentará una disminución, representando solo el 2.4% del Producto Interno Bruto (PIB), frente al 2.7% del PIB en 2020, lo que equivale a una reducción de 122,000 millones de pesos. Este ajuste es considerado un reflejo de la creciente despriorización del sector salud, especialmente en la atención a la población sin seguridad social. Según Jorge Cano, coordinador del Programa de Gasto Público de México Evalúa, el presupuesto destinado a la atención de personas sin seguridad social será el más bajo en 15 años, afectando principalmente a aquellos que dependen del IMSS-Bienestar y de la Secretaría de Salud.
IMPACTO EN LA ATENCIÓN A LA POBLACIÓN VULNERABLE
La disminución de recursos también recae sobre sectores clave, como la contratación de personal médico y la adquisición de medicamentos, lo que compromete la capacidad de respuesta ante emergencias sanitarias. Uno de los sectores más afectados es la atención a la población sin seguridad social, cuyo presupuesto disminuirá un 22%. En contraste, la población con seguridad social enfrentará una reducción menor del 6.2%. Esta desigualdad deja en una situación más vulnerable a las personas más pobres y marginadas.
Grupos de riesgo, como niños menores de cinco años, adultos mayores de 65 años y personas inmunocomprometidas, se enfrentan a un mayor riesgo de complicaciones graves en caso de una emergencia sanitaria. Estas categorías resaltan la necesidad urgente de priorizar la atención médica y las medidas preventivas para mitigar los riesgos en estos sectores más vulnerables.
RECORTE EN LA VIGILANCIA EPIDEMIOLÓGICA
En el área de vigilancia epidemiológica, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) también experimentará un recorte presupuestal de 16%, lo que representa su nivel más bajo en 13 años. Este ajuste limita la capacidad de tomar decisiones informadas y responder de manera efectiva ante brotes epidémicos.
DESAFÍOS EN LA INFRAESTRUCTURA HOSPITALARIA
México enfrenta un grave rezago en infraestructura hospitalaria. Según datos de la OCDE, el país tiene una cama hospitalaria por cada mil habitantes, muy por debajo del promedio de 4.7 camas por cada mil habitantes en los países miembros de la organización. El 73% de las camas disponibles en unidades médicas pertenecen al sector público, que históricamente ha tenido problemas de mantenimiento y saturación. En comparación, el sector privado, que concentra solo el 27% de las camas, ofrece servicios altamente especializados, pero carece de capacidad para atender emergencias sanitarias a gran escala.
LA CAPACIDAD DE MÉXICO ANTE BROTES EPIDEMIOLÓGICOS
México, que es parte del Reglamento Sanitario Internacional, tiene la responsabilidad de monitorear y reportar enfermedades de interés global, pero su infraestructura de salud enfrenta importantes limitaciones. Especialistas advierten que, aunque el país cuenta con algunas herramientas y laboratorios internacionales como el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (INDRE), la falta de detección temprana en brotes sigue siendo un obstáculo crítico. La crisis de la pandemia de COVID-19 evidenció las demoras en el diagnóstico y en el acceso a vacunas, lo que subraya la necesidad urgente de mejorar la infraestructura de salud y el monitoreo epidemiológico.
FORTALECIMIENTO URGENTE EN LA INFRAESTRUCTURA DE SALUD
A pesar de contar con la infraestructura básica para atender pacientes en una pandemia, como lo demuestra la existencia de laboratorios de referencia y la capacidad instalada en hospitales, el verdadero desafío radica en la detección temprana y en la capacidad para intervenir rápidamente ante brotes. Se hace un llamado a fortalecer la red de monitoreo epidemiológico y garantizar los recursos necesarios para mejorar los laboratorios nacionales y la infraestructura hospitalaria, lo que será esencial para enfrentar futuras emergencias sanitarias.
CRÉDITOS: JOSEP RODRÍGUEZ | EXPANSIÓN