EXPEDIENTE | LOS PENDIENTES DE SHEINBAUM CON CAMPECHE
Es lamentable que el balance real del primer año de Gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum no arroje resultados positivos para el Estado de Campeche. Antes bien, permite resaltar sus pendientes con la entidad por los pasivos, promesas incumplidas, y falta de autoridad para corregir los graves abusos y arbitrariedades que se siguen cometiendo.
Hay dos temas que han hecho mucho ruido a lo largo de los últimos meses, a los que la mandataria federal no ha querido poner la atención debida. Uno tiene que ver con el pasivo que mantiene Pemex con los proveedores carmelitas y campechanos, que rebasa los 150 mil millones de pesos y que ha provocado una grave crisis en esa región, además de una larga fila de más de 20 mil desempleados.
La angustia y desesperanza aumentan porque no se ve en el horizonte inmediato ninguna solución viable para esta herencia maldita que dejó la Administración de Andrés Manuel López Obrador.
El otro tema tiene que ver con el respeto a los derechos humanos. Y en este punto podemos bifurcar dos temas fundamentales: uno, la desatención presidencial al reclamo de los más de 300 policías a que les hagan justicia. Claudia Sheinbaum se reunió con ellos y recibió sus escritos, oficios y pruebas y prometió al llegar al cargo atendería este pendiente.
Ya ha pasado un año en el poder y los elementos policiacos siguen en espera de que haga algo. Hay cientos de familias en la incertidumbre por su proteccionismo para con la gobernadora, Layda Sansores, y su secretaria de Seguridad, Marcela Muñoz.
La otra vertiente es el tema de la censura impuesta al periodista Jorge Luis González Valdez y al periódico TRIBUNA, en contra de quienes han dictado medidas cautelares que son verdaderamente aberrantes, que han concitado a la condena internacional, nacional y regional, y que se convirtieron en tema de repudio de la opinión pública de todo el país.
Miente la presidenta Sheinbaum cuando presume en su informe que en “México hay pleno respeto a la libertad de expresión y que no se han dado casos de censura”, pues Campeche es ejemplo nacional y mundial de la censura de la 4T y de sus ataques a la libertad de expresión.
Prácticas que, lamentablemente, se han replicado en varias entidades del país y que dan pie a pensar que no se trata de eventos aislados o circunstanciales, sino que obedecen a una causalidad que va ligada a la intolerancia que han mostrado conspicuos representantes del régimen, que pretenden convertir incluso en políticas públicas para ejercer un control absoluto sobre la libertad de expresión en el país.
Es claro que buscan, que en todo el país sean los tribunales los que decidan qué puede y qué no puede publicarse, tal como han ordenado dos jueces y el Tribunal Superior de Justicia del Estado de Campeche, violando los artículos sexto y séptimo de la Constitución.
Tiene además otros pendientes Claudia Sheinbaum con nuestro Estado. El acueducto de Calakmul sigue inconcluso, por ejemplo. Los habitantes de esa región siguen esperando que se cumpla la promesa del entonces presidente López Obrador de que el agua llegue hasta sus viviendas.
Otros temas tienen que ver con la injusta participación fiscal que de manera histórica nos ha dado la Federación. Las afectaciones que ha causado el Tren Maya al medio ambiente y a la población indígena, así como a pequeños propietarios y ejidatarios a quienes se despojó de sus tierras para que pudiera pasar el ferrocarril y no han sido indemnizados.
Los casos de corrupción de los que gobiernan en Campeche es otro asunto que debe voltear a ver la presidenta, que sostiene que en este nuevo régimen no hay ni funcionarios corruptos, ni gobernantes que hacen ostentación de lujos y de riquezas. Basta con fijarse en la vestimenta de Layda Sansores para darse cuenta de la realidad, y podría ordenar una auditoría exhaustiva a los recursos que ha manejado Marcela Muñoz Martínez, para que constate que las cosas no son como se las cuentan.
Ha prometido la presidenta de la República que acudirá a todos los estados del país a presentar una réplica de su informe. Y tenemos que adelantarle de una buena vez que aquí no queremos ni retórica barata ni triunfalismos simplones. No seran bienvenidos los pronunciamientos para darle las “gracias a Sansores por existir”.
Nuestro Estado necesita con urgencia hechos concretos, posturas valientes y soluciones a los grandes pendientes que tiene con el Estado. Si viene en calidad de turista de la política, que no se sorprenda si los campechanos la reciben o despiden con abucheos y reclamos.
La población ya está harta de tantas mentiras, de tantas falsas promesas y de tantos abusos en que ha incurrido quien dice gobernar este territorio, quien se ha dedicado a sembrar la semilla del odio, la venganza y la confrontación, en vez de dar resultados.