Opinión

EL TRAMPOLÍN

Habrá que leer con interés el contenido de su discurso y los mensajes que pueda mandar entrelíneas, para saber si ya recibió el visto bueno más allá de las blancas bardas que rodean la mansión caciquil..

Mañana será un día histórico para la secretaria de Gobierno, Eliza María Hernández Romero, pues irá en representación de la gobernadora Layda Sansores, quien se encuentra de vacaciones, a entregar el texto del IV Informe a la sede del Poder Legislativo, y tendrá la oportunidad de enviar su propio mensaje político a los campechanos, con lo que podría arrancar también su precampaña por la gubernatura.

Puede pensarse que es muy prematuro hablar de sucesión gubernamental, pero como están las cosas en Campeche, deberían tomar otras previsiones si no quieren que la ola naranja los arrastre y les destroce sus planes de perpetuarse en el poder como seguramente podría suceder.

Siendo Liz Hernández una funcionaria sin experiencia electoral, pues nunca ha ganado una elección, –llegó a ser diputada por la vía plurinominal—es necesario “trabajarla” más, para que no llegue en desventaja a la campaña. En caso, claro, que la gobernadora Layda Sansores se salga con la suya y le concedan su capricho de postularla.

Alguien le está haciendo el trabajo sucio, pues le siguen poniendo piedritas a Pablo Gutiérrez Lazarus, quien es el aspirante rebelde que pretende quedarse con la postulación por la buena o por la mala. Si no le bloquean la carretera en la Península de Atasta o le toman por cualquier otro pretexto el puente, le arman un paro de policías para evidenciar su falta de control.

El otro aspirante oficialista, el senador Aníbal Ostoa está dejando que sus contrapartes se peguen hasta con la cubeta. Ha tratado de mantenerse a un lado para no recibir algún golpe de rebote,  mientras asegura que afianza sus alianzas con la presidenta Sheinbaum para amarrar su muy probable candidatura. Pese a ello, sigue siendo el “plan B”, ya que la familia Sansores está comprometida con impulsar a Liz.

Por eso le concedieron la oportunidad de brillar este jueves en la tribuna del Congreso. Habrá que leer con interés el contenido de su discurso  y los mensajes que pueda mandar entrelíneas, para saber si ya recibió el visto bueno más allá de las blancas bardas que rodean la mansión caciquil de la calle 45 en el barrio de Guadalupe.

Si solo sigue siendo el “Plan A“  de la gobernadora, también lo sabremos, dependiendo de la complejidad y perfección con que ejecute el salto que  dará desde el trampolín político que pusieron a su disposición para su lucimiento.

De las reales probabilidades de que gane la elección, es menester hablar en posteriores entregas. Las encuestas que le están armando a modo por su equipo de asesores –pagados eso sí, por el Gobierno del Estado–  no tienen mucha credibilidad pues su finalidad es promoverla y eso le resta objetividad a los sondeos. Será un tema que tendremos que seguir analizando.

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