¿AFÓNICA O MIEDOSA?
Aparentar que las cosas están bien para reducir la presión social ciudadana que exige a gritos la destitución de Muñoz Martínez, y que sostiene que este Gobierno ha fracasado en todo…
Escudándose en el pretexto de que estaba afónica y no podía hablar, la gobernadora de Campeche, Layda Elena Sansores San Román, evadió una vez más a los periodistas de la Ciudad de México que la cuestionaron sobre sus acciones de censura y de ataques a la libertad de expresión. Con el rostro desencajado, incómoda y molesta, prefirió darse a la fuga, antes que asumir la consecuencia de sus actos.
Pero minutos más tarde, durante la sesión del Consejo Nacional de Seguridad salió en una encendida defensa de su secretaria de Protección y Seguridad Ciudadana, Marcela Muñoz Martínez, para exigir que el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), ya no siga lesionando la imagen de Campeche, al reportar aumentos de hasta 260 por ciento en la cifra de homicidios.
“Son 17 homicidios nada más”, expresó, y solicitó que dicha comparación no se haga bajo parámetros que hagan destacar esa diferencia en un Estado como Campeche, sobre todo porque “está en todos los periódicos –que además son de “Alito”–, pero está también en todas las redes”.
Nótese el orden –o desorden– de prioridades de la gobernadora Sansores. No demandó apoyo de las fuerzas federales para combatir los focos rojos en donde se ha probado la presencia de los cárteles de narcotraficantes; tampoco demandó más recursos o equipos para hacer frente al incremento de la incidencia delictiva. No. Ella pidió que se maquillen las cifras a su favor, para que ya se deje de poner en entredicho la capacidad –la incapacidad está fuera de duda—de la señora Marcela Muñoz.
No dijo la gobernadora que ella, desde la Fiscalía General del Estado, y con la autoridad extraordinaria que le da al vicefiscal Arturito Bravo Muñoz ser hijo de la comandanta Marcela, ya se maquillan las cifras de la incidencia delictiva relacionada con robos, extorsiones, secuestros, violaciones, abigeato, robo de vehículos, etcétera, para generar la impresión de que ya volvimos a ser el Estado más seguro.
Ya no se abren carpetas de investigación para no tener que reportar esos delitos al Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, y por eso es que en su informe pudo presumir que ha bajado la incidencia delictiva, y por eso Marcela sigue vanagloriándose de que seguimos siendo de los estados más seguros.
Se trata pues de maquillaje. Solo de maquillaje. Aparentar que las cosas están bien para reducir la presión social ciudadana que exige a gritos la destitución de Muñoz Martínez, y que sostiene que este Gobierno ha fracasado en todo, incluso en temas de seguridad que antes sí percibíamos. Ahora hasta eso desapareció.
Qué necedad de exigir públicamente que se mienta, para que no se dañe la imagen –falsa, ficticia, fantasiosa—que quiere generar la gobernadora y sus asesores. Y luego dicen que no son un Gobierno de mentiras.
Sansores hizo uso de la palabra este día, aunque en su salida tras asistir al Primer Informe de Gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, este lunes, no dio declaraciones a la prensa tras argumentar que no podía hablar por estar afónica.
–El primer informe de la primera mujer presidenta, ¿cómo lo vio?
–No puedo ni hablar, estoy totalmente afónica, les pido una disculpa.
Después a otro medio le respondió, ante la misma pregunta: “Lo disfruto plenamente, profundamente, es histórico”.
–Respecto a lo que mencionó (la presidenta) de la censura, ¿cómo lo recibió usted? –se le preguntó, entre personas que a gritos impedían que se le preguntara o que se escuchara sus respuestas
“A esa ni dejen que le pregunte nada, mejor ya váyase”, le dijo una mujer que intentaba impedir una respuesta de la mandataria local y obstaculizar la labor de los reporteros bajo la excusa de pedirle una foto, además de que parecía no conocer la labor de la funcionaria porque la llamó senadora en lugar de gobernadora.
La pregunta se le hizo a la funcionaria en medio de la polémica que le ha favorecido y que en recientes días ratificó una jueza para imponer un “interventor” para revisar los contenidos del diario Tribuna y que se le prohíba a un reportero emitir “ofensas” contra la servidora pública. Esto, luego de la publicación de notas que, acusó la mandataria estatal, dañan a su gobierno, lo cual ha derivado en las críticas sobre la censura que se está ejerciendo.
En el primer informe, la presidenta Claudia Sheinbaum aseguró que bajo este régimen se terminó con la censura.