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EXPEDIENTE | PROLONGADO VIACRUCIS CAMPECHANO

“Conviene que muera uno solo por el pueblo, en lugar de que perezca la nación entera”, es una frase que los historiadores atribuyen a Caifás, el célebre Sumo Sacerdote judío que impulsó la muerte de Jesucristo hace ya casi dos mil años, suceso que se rememora en estas fechas en prácticamente todo el planeta.

Vale la pena recordar es frase para que la gobernadora Layda Sansores entienda, que es más conveniente que despida, destituya o cese a su secretaria de Protección y Seguridad Ciudadana, Marcela Muñoz Martínez, antes de que esta sublevación ciudadana que no se había visto antes con semejante magnitud en la historia de Campeche, alcance niveles incontrolables, y entonces sea ella misma la que tenga que ceder el cargo.

Es increíble el cinismo de la gobernadora Sansores al tratar de revertir la manifestación policiaca, y haber acusado a los “cabecillas” de recibir un millón de pesos cada uno para propiciar la sublevación; al no proporcionar pruebas de sus dichos, sostuvo que detrás de ellos estaban los partidos Moci, PRI  y todos los que “no quieren a Campeche”.

Todo con tal de no admitir que la única causa de la rebelión policiaca se llama Marcela Muñoz Martínez, por su evidente ineptitud, por corrupta, nepótica, ineficiente, prepotente, arbitraria y negligente. Junto con ella, su banda de directores foráneos, Antonio Saradán Solís Santiago,  Alejandro Josafat García Villalpando, Víctor de Jesús Contreras Ramírez y su actual pareja, Víctor Hugo Sánchez Ortiz.

Son ellos los que corrompieron a la Secretaría de Protección y Seguridad Ciudadana, pues hasta antes de su llegada, esa corporación era de las mejores del país, y Campeche estaba en el lugar número uno de los estados más seguros. En tan solo dos años y medio, Marcela y sus foráneos nos bajaron al lugar 10 según cifras del Inegi.

La suma sacerdotisa Layda “Caifasa” Sansores, ha dictaminado al contrario que su predecesor judío, que “es preferible que muera todo el pueblo, en lugar de que perezca la funcionaria consentida” y es por eso que el conflicto se ha prolongado ya más de 15 días, y ha rebasado las fronteras de Campeche para convertirse en uno de los sucesos políticos más importantes de la semana en todo el país.

Layda Sansores por su ineptitud y su complicidad para con Marcela, así como los policías campechanos y la sociedad, por su valentía y su solidaridad y masivo respaldo al movimiento, están en todos los noticieros y medios de información nacionales y algunos extranjeros.

Layda Sansores se ha convertido en un ejemplo más del pésimo gobierno que tienen los de Morena; Campeche pasó de ser el Estado más seguro, a uno donde ha crecido más la incidencia delictiva; con un nulo crecimiento económico, cero atracción de inversiones, ninguna creación de fuentes de empleo, con la más alta inflación de todo el país, con casos irresueltos de corrupción entre sus funcionarios, con opacidad en el manejo del presupuesto, etcétera.

El viacrucis de los campechanos que inició desde el 15 de septiembre de 2021, nos ha llenado de Judas que traicionan a su pueblo a cambio de más de 60 mil millones de monedas del presupuesto que no se han transparentado y que nadie sabe dónde están;  con Layda Sansores que como Pedro, niega a su pueblo para favorecer a los foráneos; o que como Poncio Pilatos se lava las manos del conflicto con los policías y dice que es culpa de los partidos, ya que su amada Magdalena Marcela no es culpable, así que de nada sirve que le sigan arrojando piedras.

Lo que no sabe quizá la mandataria, es que este pueblo ignorado, castigado, azotado y crucificado, va resucitar más pronto que tarde y entonces se hará justicia, incluyendo la cabeza no solo de Marcela sino de sus foráneos y de la propia mandataria que la ha encubierto y solapado a pesar de las evidencias de que hay malos manejos y gravísimos casos de corrupción en esa corporación policiaca.

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