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EXPEDIENTE | INCONGRUENCIAS Y TRIUNFALISMO EN LAS COMPARECENCIAS

Si Campeche fuera solo una cuarta parte de lo que presumieron los secretarios del gabinete estatal durante sus comparecencias con motivo de la glosa del IV Informe, otro gallo nos cantaría. Ni habría inseguridad, ni desempleo y tampoco seríamos el Estado con el peor rezago económico del país.

Pero parece que los funcionarios estatales tienen unas gafas adaptadas para ver una realidad inexistente en su intento para justificar su ineptitud y falta de resultados. Simplemente, el cinismo ya es una política pública en el Gobierno Sansorista.

De entrada, no hay transparencia. Pasan los años, los meses y los días, y seguimos sin saber en dónde están los más de 100 mil millones de pesos que ha manejado el Gobierno Sansorista estos cuatro años. No hay obra pública, ni programas sociales, ni apoyos a los sectores productivos que justifiquen tal erogación.

El caso de las carreteras estatales, que se encuentran en condiciones deplorables, retrata a la perfección el fracaso de este régimen. No hay planeación para atender las necesidades, y la presupuestación de las obras está conducida por el capricho, las ocurrencias y seguramente el biznes derivado de los diezmos.

Lo peor es que, por ejemplo, el cínico secretario de Obras Públicas, el austriaco Bernard Rehn, se atrevió a culpar a los diputados de que no le autorizan los recursos suficientes para atender esas demandas. Ignora que el Presupuesto de Egresos de cada año lo diseñan las secretarías de Finanzas y de Planeación, y que antes de que se elaboren se reúnen con los secretarios del gabinete para escuchar sus propuestas y programar la atención de sus demandas.

Si a él no lo invitan a esas reuniones se deberá a otras razones, tal vez porque conocen de su incapacidad e ineptitud, pero a su Secretaría le corresponde hacer las programaciones correspondientes y gestionar los recursos. Si públicamente admite que no lo ha hecho, es porque también de manera pública ha aceptado que es un fracasado.

Aún más: la aprobación del Presupuesto de Egresos en el Congreso del Estado está en manos de la mayoría morenista y sus aliados, y si éstos no saben planificar, y por serviles no son capaces de cambiarle una coma a la propuesta que reciben de la Gobernadora, entonces ¿por qué culpar a otros de que no se hagan bien las cosas? ¿O es que también está aceptando públicamente que los diputados morenistas y sus aliados son completamente ineptos? Interesante… diría el Chicharito.

De los desvergonzados dichos de Marcela Muñoz ya no vale la pena abundar. Es la reina de los pretextos y especialista en buscar culpables en otras partes de sus nulos resultados, menos en su propia ineptitud y en la de sus colaboradores. Preocupante resulta que, a unas horas de que acudiera a comparecer, se haya desatado una balacera en la colonia San Rafael y que una joven haya sido ejecutada en Ciudad del Carmen.

Hemos dicho aquí que esos hechos contundentes contradicen su reiterada narrativa de que somos uno de los estados más seguros, de que “aquí no pasa nada”. Debería releer los estudios del Inegi que hablan sobre el alarmante incremento de la percepción de inseguridad entre los campechanos. Los números contradicen sus dichos.

Otra compareciente, la secretaria de Gobierno Elisa María Hernández Romero, salió con una frase rimbombante de que “donde se respetan los derechos humanos, la justicia camina de la mano con la gente”. Seguros estamos que no hablaba de Campeche, porque aquí los derechos humanos se violentan todos los días, y si no lo cree así, debería revisar el caso de los policías despedidos injustamente por el gobierno que representa, y de la censura que se impuso al periodista Jorge González y al periódico TRIBUNA.

Presume Hernández Romero que ella se inspira en “el ejemplo de trabajo de la gobernadora Layda Sansores” y con eso entendemos todo. Porque trabajo es lo que ha faltado en estos cuatro años de Administración. Chamba sí hay, problemas qué resolver también, pendientes para atender abundan. Lo que no hay es disposición para hacerlo. El “ejemplo” de Liz prefirió irse de vacaciones a Holanda en lugar de atender sus responsabilidades. Por eso estamos como estamos.

Vale la pena reiterarlo: estos funcionarios del gabinete pintan una realidad que no existe. Tienen porristas en las bancadas de Morena, del PT, del PVEM y del PAN que comparten esa visión distorsionada de las cosas, y por eso tenemos este Gobierno mediocre y conformista, que no se concentra en dar resultados “porque así están bien las cosas”, y que no rinde cuentas. La alarmante corrupción que transpira la pretenden ocultar con aplaudidores a sueldo, que se conforman con frases rimbombantes que solo ratifican que este Gobierno es de mentiras y de realidades inexistentes. Los datos oficiales así lo confirman.

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