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EXPEDIENTE | DETENCIÓN DE SALGADO, ¿ADVERTENCIA PARA AYSA?

Mucho escándalo político ha generado la detención del exdirector de la Policía Estatal Preventiva, Samuel S. S. y de la exdirectora de Finanzas y Administración de la entonces Secretaría de Seguridad Pública, Vialidad y Transporte, Karla M.B.

En los círculos sociales de este pueblo chico que es Campeche, se cataloga como traidora a la gobernadora Layda Sansores por ordenar la aprehensión de Karla “N”, pues formaba parte del círculo familiar de gran parte de su gabinete y sus relaciones de amistad eran muy cercanas.

Y aunque la mandataria intentó justificar esa detención bajo su devaluado argumento de combate a la corrupción y de “que caiga quien tenga que caer”, no por eso le dejaron de llover cientos de airados reclamos en las redes sociales sobre la falsedad de sus dichos, pues no ha tocado con el pétalo de una leve sanción a su sobrina política, América Azar Pérez, secretaria de Finanzas durante el gobierno de Rafael Alejandro Moreno Cárdenas.

Si ya cayó Karla “N” por estar en el centro del manejo financiero de la dependencia donde según Sansores, se desviaron “más de 27 millones de pesos”, ¿seguirá la misma línea en contra de América Azar Pérez, quien forzosamente tuvo que avalar todos y cada uno de los multimillonarios desvíos que le quiere atribuir al exgobernador Moreno Cárdenas?
La respuesta es no. Pues no pretende Sansores aplicar la ley sin miramientos, sino consumar sus rencores, odios y resentimientos contra Alito, a quien le integra un expediente judicial con confesiones obtenidas a punta de pistola. Es él su objetivo, su presa mayor.

Todos los exfuncionarios que han sido arrestados han sido condicionados a firmar declaraciones a modo para obtener su “libertad provisional”, con las cuales la gobernadora Layda Sansores pretende culpar a Moreno Cárdenas del manejo de recursos que en realidad era responsabilidad de Azar Pérez.
Los detenidos sirven solo de intermediarios para recabar información que permita a Sansores refundir en la cárcel a quien considera su peor enemigo, pero que no es más que su eterna obsesión.

Por eso se asegura que la detención de Samuel S.S. y de Karla M. no es más que parte de la estrategia para recabar datos que llegar hasta el exgobernador, aunque con ello aparenten que le pisan los talones al paliceño Carlos Miguel Aysa.

Cuando Aysa González fue secretario de Seguridad Pública en el sexenio de Jorge Carlos Hurtado Valdez, su brazo derecho era Salgado, lo mismo cuando, en el sexenio anterior se desempeñó en la Procuraduría General de Justicia.

Cuando le recomendó a Moreno Cárdenas que Jorge Argáez Uribe sea secretario de Seguridad, también le pidió que incluyera a Samuel en un cargo estratégico y a Karla M., como Directora de Finanzas y Administración.

Como gobernador interino, Aysa designó a Salgado como secretario de Seguridad y al “Cuco” Argáez como secretario de Gobierno, confirmando así que ambos personajes eran de su absoluta y entera confianza.

Que se vincule a proceso por corrupción a uno de sus hombres más cercanos tuvo que haber contado con la aprobación del hoy embajador de México en República Dominicana, quien estaría traicionando a su antecesor en el cargo, es decir, a Moreno Cárdenas.

A Sansores y a sus abogados les urge integrar las carpetas de investigación contra Moreno Cárdenas, así sea con declaraciones obtenidas a punta de pistola, para fortalecer la solicitud de desafuero carente de pruebas que hay en la Cámara de Diputados.

Hasta ahora no han probar ninguna de sus acusaciones, y por eso necesitan aglutinar a la mayor cantidad de “testigos protegidos” posibles, a los que primero acusan de corrupción, luego les endosan cuentas de faltantes millonarios, y tras firmar declaraciones a modo los dejan libres con un pago de “solo” 150 mil o 200 mil pesos para llevar el proceso desde su casa.

¿Y por qué no ir directamente al centro neurálgico desde donde se manejaron las operaciones financieras en el sexenio de Alito, y sentar en el banquillo de los acusados a la extesorera América Azar Pérez?

Por una razón muy simple: todas las pesquisas tendrían necesariamente que involucrarla, y bastaría con pedirle que explique el origen de su multimillonaria fortuna y de su sospechoso e inexplicable enriquecimiento, para fundamentar las razones para también vincularla a ella a proceso.

Solamente que este escenario no lo puede permitir Sansores. Porque Azar Pérez es parte de la tribu de la “familia”, es esposa de su sobrino Gerardo Seso Loco Sánchez Sansores y por tanto puede gozar de impunidad.

Por eso nadie cree en ese “combate a la corrupción” de Layda Sansores, que en realidad solo busca venganza, no justicia.

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