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La censura cunde

Los paladines de la 4T no quieren críticas, no quieren señalamientos, no quieren disensos, y ya no se trata solo de acallar a los medios de información y a los periodistas, sino también a los ciudadanos…

Se han esmerado mucho en defender con sus palabras y con sus gacetilleros a sueldo que no existe censura ni ataques contra la libertad de expresión en Campeche, pero con sus actos demuestran todo lo contrario y ahora es el Congreso del Estado, pero en particular la bancada oficialista –diputados de Morena, el PT y el PVEM—en donde ha germinado el odio contra el periodismo libre y crítico, y donde florece el deseo de silenciar voces.

Parece que no escucharon bien a su presidenta, o se han negado a leer el texto completo con sus palabras: “Hay que revisar el caso de Layda…”, “yo respeto la libertad de expresión, me pueden decir lo que quieran”.

No contentos con haber puesto en evidencia a la gobernadora Layda Sansores como represora de la libertad de expresión, y haberla convertido en trending topic por acallar la voz de un periodista –Jorge Luis González Valdez– y ordenar el cierre de un periódico digital –TRIBUNA–, sus asesores ahora se lanzan contra un comunicador champotonero –Yair Rodríguez—a quien acusan de ofender e insultar a la diputada morenista Gladys Rivera.

No solo eso, el “líder” de la mayoría legislativa, el diputado Antonio Jiménez Gutiérrez, amenaza con reformar el marco jurídico que sea necesario, para blindar a las diputadas, para evitar que las critiquen –lo que para ellos equivale a ofensas e insultos—y para sancionar con más rigor a quienes “abusen” de la libertad de expresión.

En realidad no es novedosa la postura del diputado Jiménez. Forma parte de la embestida nacional contra la libertad de expresión. Los paladines de la 4T no quieren críticas, no quieren señalamientos, no quieren disensos, y ya no se trata solo de acallar a los medios de información y a los periodistas, sino que ya se lanzaron incluso contra ciudadanos que solo usaron sus redes sociales para plantear sus cuestionamientos.

Es grave lo que está ocurriendo en el país, y preocupa que Campeche, tal y como anticipamos en su momento, sea un laboratorio para experimentar esas medidas, para medir las consecuencias, y para saber si la ciudadanía se subleva o las acepta con sumisión.

Lo lamentable es que en Campeche seguimos en la apatía de salir a las calles para expresar nuestros desacuerdos y para los estrategas cuatroteros, “el que calla otorga”.

No se trata de defender a TRIBUNA o a Jorge González Valdez. Se trata de defender nuestras libertades que se encuentran severamente amenazadas por estos aspirantes a Torquemadas que todo quieren censurar bajo el cuento de que los ofenden, los insultan o los degradan con las críticas negativas. 

Si ahora callamos, y no protestamos, después será demasiado tarde.

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