EXPEDIENTE | CAOS EN EL TRANSPORTE AFECTA A MILES DE CAMPECHANOS
Se supone que a partir de mañana lunes, junto con el masivo retorno a clases de los estudiantes de nivel básico —preescolar, primaria y secundaria—, el “moderno” sistema de transporte Ko’ox también dejará de ser gratuito en la única red troncal en que opera, que es la de la avenida Gobernadores-Mercado-Issste.
Sin embargo, a unas horas de que los ciudadanos tengan que pagar por el servicio mediante tarjetas, pues esas unidades no permiten el cobro en efectivo, no se implementaron a tiempo estrategias adecuadas para que la población pueda contar con su mica para poder abordar las unidades.
En consecuencia, el Gobierno podrá optar por mantener la gratuidad del servicio por tiempo indefinido, lo que sin duda alguna será de beneficio para la ciudadanía, o por el contrario, permitir que se hagan los pagos en efectivo, a fin de evitar que las pérdidas económicas por el desorden que existe en el transporte sigan erosionando la hacienda pública.
Lo que será imposible de contener será el caos en la prestación del servicio. Si con el reinicio de las actividades escolares en las escuelas de educación media superior y superior, la demanda rebasó a la oferta existente y cientos de estudiantes y trabajadores llegaron tarde a su destino, con la afluencia que se espera de paterfamilias y alumnos de nivel básico a partir de mañana, el desorden llegará a niveles catastróficos y no se descarta que por la impotencia se salgan de control las inconformidades ciudadanas.
Lo innegable es que esta situación se debió prever desde hace varios meses, pero la falta de personal competitivo o medianamente capacitado en el área de la movilidad ha impedido que las cosas se hagan de manera correcta.
Para empezar, el director de la Agencia Reguladora del Transporte (ARTEC), Jorge Luis López Gamboa, es un auténtico cero a la izquierda. El término neófito incluso le queda grande. Su llegada a ese puesto se dio como un pago político por su traición al respaldar en el Congreso local el golpe de Estado que terminó causándole la muerte al entonces pastor, Alejandro Gómez Cazarín. Su experiencia en el transporte es nula.
No hay un órgano que realmente se encargue de conducir y coordinar el tema del transporte en la entidad y por eso cada quién hace de las suyas, empezando por el alcalde carmelita Pablo Gutiérrez Lazarus, que todos los días viola las leyes en la materia y mantiene funcionando a su empresa “Amor por Carmen”, que lo mismo opera camiones urbanos, taxis y pochimóviles que fungen como una caja chica con la que recauda fondos para su precampaña anticipada.
Nadie lleva un control de los ingresos que generan sus autobuses, taxis y pochimóviles piratas, y tampoco nadie puede impedir que sigan circulando pese a que violan de manera flagrante la Ley Estatal del Transporte. El martes pasado, un grupo de taxistas exigió que se ponga orden en el sector, pero Pablo Gutiérrez mandó a sus policías municipales a retirarlos a toletazos y con gases lacrimógenos.
Y este es solo un ejemplo del caos que prevalece en todo el sector, sin que ninguna autoridad se interese en meter orden. Por el contrario, siguen tomando decisiones equivocadas que tarde o temprano van a afectar aún más al ciudadano de a pie, que tiene que tomar a fuerza esos camiones que circulan sin regulación alguna.
¿Por qué la ARTEC no ha puesto en circulación las 102 unidades que estuvieron aparcadas un mes en el foro Ah Kin Pech y que ahora están a la intemperie en un lote baldío de la ciudad?
Argumentan que se encuentran en fase de armonización tecnológica, o que los choferes siguen en capacitación, o que no les han adaptado los equipos para hacer cobros por tarjeta, pero la realidad es que aún no definen ni las rutas ni los circuitos ni las mentadas “redes troncales”, para obligar al ciudadano a tomar dos o tres unidades para llegar a su destino, lo que innecesariamente les causa un severo daño económico.
El tiempo pasa y no se avizora en el horizonte alguna estrategia inteligente que nos conduzca a pensar que las cosas van a mejorar en este sector. Por el contrario, todo apunta que el caos se va a generalizar, que la economía de los campechanos será severamente lacerada, y que la paciencia ciudadana rebosará cualquier día de éstos, con una serie de consecuencias que nadie desea, pero que la propia ineptitud de este Gobierno está propiciando. Mañana empieza la cuenta regresiva.