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#EXPEDIENTE | CAMBIOS EN LA ARTEC ¿PLAN CON MAÑA?

La designación del exdirector del Instituto de Información Estadística, Geográfica y Catastral del Estado de Campeche (Infocam), Eduardo Zubieta Marco, como director de la Agencia Reguladora del Transporte del Estado de Campeche (Artec), ha generado más incertidumbre que certezas en un sector que desde hace cuatro años anda destartalado.

Aunque en lo personal carece de experiencia en temas relacionados con el transporte público o con la movilidad humana y urbana, sus vínculos con el monopolio de Autobuses de Oriente (ADO), apunta a que su objetivo será ceder todo el proyecto de transporte colectivo de esta capital, que supuestamente encabezan Movibus y los transportistas campechanos, a ese gigantesco consorcio.

De entrada, Zubieta Marco tiene frente a sí, enormes, gigantescos retos. Uno, el principal quizá, será el reordenamiento del servicio de transporte urbano en la capital. A él le atribuyen la elaboración del proyecto para al financiamiento para la compra de los 122 autobuses a la empresa china Yutong. Pero ya vimos que ese solo hecho no resolvió el problema. Permanecen aparcadas y oxidándose las unidades, mientras miles de usuarios del servicio tienen que esperar largas horas para poder llegar a su destino.

Ha faltado un cerebro que le dé viabilidad a la operación de esos camiones chinos. En sus primeras pruebas, iniciadas a partir del martes pasado, lo que coincidió con la designación del nuevo director de la ARTEC, ya se vio que las calles y avenidas de la capital no están listas para que operen esas unidades. Y recuérdese que la adecuación de las vialidades fue la primera etapa del proyecto, y que estuvo a cargo del secretario de Obras Públicas, Bernhard Rhen. ¿También en eso fracasó el austriaco?

Lo que hay que hacer notar en este punto, es que la prolongación del retraso para que se ponga en marcha el nuevo sistema de transporte en la capital, favorecería a los intereses del grupo al que sirve el nuevo funcionario.

Lo anterior porque los concesionarios del servicio, o vaya, los socios del membrete denominado Movibús, ya están a punto de explotar porque no le ven ni pies ni cabeza al proyecto, porque sus deudas se están acumulando, y porque sus inversiones se están yendo a la alcantarilla. Hacerlos sufrir por uno o dos meses más, no tendría más objetivo que doblegarlos para que se pongan a las órdenes del grupo ADO, para que les malbaraten sus concesiones y sus acciones, a fin de que ese consorcio se quede con todo el negocio.

Y ese sería finalmente el papel estelar de Zubieta Marco: privatizar el servicio de transporte urbano en la capital, para quitarle ese dolor de cabeza de regular las tarifas al Gobierno —lo que además es impopular y siempre trae consecuencias políticas— para que sea el grupo ADO el que se encargue de explotar los bolsillos de los usuarios campechanos.

El segundo paso sería el transporte del Carmen. El inepto Jorge Luis López Gamboa nada pudo hacer contra la ilegalidad con la que operan las unidades de Amor por Carmen que son propiedad del alcalde Pablo Gutiérrez Lazarus. Ojo. No son del Ayuntamiento, sino del presidente municipal.

Como Zubieta Marco no es carmelita ni tiene intenciones de buscar esa alcaldía —como sí tenía en sus sueños López Gamboa—. tampoco tendría objeción alguna para empezar a retirar del servicio los camiones de Pablito, de meterlos a un corralón y de condicionar su retorno a las calles a cambio de que también pasen a ser propiedad del grupo ADO. Y si el dueño de los camiones que circulan con sus sicodélicos colores se niega a negociar, pues no pasa nada. Le aplican la Ley, les imponen millonarias multas y los llevan a la quiebra.

Después de “poner orden” (o privatizar el transporte urbano en las principales urbes de la entidad), la función de Zubieta Marco sería eliminar a la chiquillada, es decir, a las combis foráneas que representan “competencia desleal” para el grupo ADO en las carreteras federales al Carmen, a Escárcega, al Camino Real, a Champotón, etcétera. Ponerles todo tipo de obstáculos hasta obligarlas a salirse del mercado y con ello, fortalecer el monopolio de ese pulpo transportista al que le sirvió su padre, Luis Antonio Zubieta Bojórquez, como socio y exgerente en Campeche.

Los taxis urbanos de las cabeceras municipales tendrían que sujetarse también a los criterios del nuevo director de la ARTEC, y podrán operar libremente, lo mismo que algunas otras plataformas digitales, siempre y cuando no afecten los intereses del patrón.

Así las trampas, así el plan con maña y así el objetivo de esa persona que cuando fue senadora, mandó a molestar a su progenitora a quienes deseaban privatizar al país. Qué tal.

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