Opinión

EN LAS TRIPAS DEL JAGUAR | 30 DE JUNIO DE 2025

EXCELENTE RADIOGRAFÍA DE LA CENSURA

En su artículo “La mordaza de Morena”, el periodista Raymundo Riva Palacio describe cómo los gobiernos de Morena censuran a la prensa. “Basta con un código penal y un juez dócil”, tal y como fue el caso con Guadalupe Martínez Taboada, cuya aberrante sentencia mantiene silenciado a un medio y a un periodista.

“Silenciar las voces críticas mediante leyes ambiguas y fiscalías serviles… es una estrategia de control… litigios estratégicos para silenciar a los críticos y suprimir el debate público llevándolos a tribunales… En el México de la cuatroté, la libertad de expresión vive bajo asedio… La nueva censura se viste de denuncia penal, de carpetas de investigación abiertas, de presiones fiscales y de campañas de odio desde las redes oficiales…”

Y puntualiza “Desde cuentas afines a Morena -operadas por funcionarios del gobierno federal o mediante ejércitos de bots pagados con recursos públicos (en Campeche ese centro de control está en Palacio de Gobierno en la UCS)-, hay un embate permanente contra críticos del régimen, con campañas de desprestigio contra periodistas (en el Martes del Jaguar), hashtags acusatorios y linchamientos virtuales coordinados (ordenados por el Seso Loco). Lo refuerzan propagandistas a sueldo (como Tomás Zapata Bosh) en medios convencionales y digitales (del Seso Loco), como parte de un gran enjambre medieval”.

ACOSAN CON RECURSOS PÚBLICOS

Raymundo Riva Palacio señala que “el patrón es claro: cada nota incómoda al régimen genera una andanada de insultos, amenazas y desinformación. No es espontáneo. Es orquestado y financiado” por los gobernantes de Morena, y amplía del tema:

“La fórmula cada vez más recurrida para silenciar periodistas no requiere balas, sino denuncias por ‘daño moral’, ‘violencia política de género’, ‘difamación’ o ‘acoso’. Son términos jurídicamente vagos, pero políticamente útiles. No buscan justicia; buscan desgaste. Pretenden agotar al periodista en lo económico, distraerlo e intimidarlo. Jorge Luis González, exdirector del diario Tribuna, de Campeche, es el último ejemplo de esta andanada de castigo político.

Sansores, que quiere liquidar a González con el apoyo del Tribunal Electoral que le prohibió ejercer su profesión durante dos años -un fallo avalado indirectamente por la presidenta Claudia Sheinbaum-, es una de las contradicciones que estamos viviendo. Ha usado un programa semanal transmitido con recursos públicos para exhibir a periodistas, hacer insinuaciones sin pruebas y sembrar narrativas para deslegitimarlos ante la opinión pública”.

Cierto, y tras cuatro años de dirigir en su Jaguar una campaña de odio contra González Valdez, hoy Sansores lo denuncia por “odio”. ¡Que cinismo! 

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