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El periodismo de Hambrosio

Con las páginas digitales a su servicio y con la pluma de sus escribanos a sueldo, la gobernadora Sansores pretende justificar sus actos de censura, represión y ataques a la libertad de expresión…

Junto con sus chicanadas y marrullerías para ganar a la mala el juicio que promueve contra el periodista Jorge González Valdez y el diario TRIBUNA, la gobernadora de Campeche, Layda Sansores ha recurrido a una narrativa de victimización en que pretende justificar la censura y sus ataques cotidianos contra los medios de información y los periodistas críticos.

Para ello se ha valido de las páginas digitales que tiene a su servicio, a los que les arroja unas cuantas migajas mensuales. También tiene a sus escribanos a sueldo, quienes, lamentablemente carecen de la más mínima credibilidad y si alguna vez fueron respetados, ahora solamente causan pena ajena.

Uno de ellos es el director de la escuela de Ciencias de la Comunicación del Instituto Campechano, Ambrosio Gutiérrez. Otro es el “cronista” de Tenabo, Eudaldo Chávez Molina, conocido como Chabildo. Ambos se envolvieron en la bandera de la sumisión y se lanzaron al vacío en la defensa a ultranza de la gobernadora Sansores.

De Ambrosio –Hambrosio según sus malquerientes—ha dicho Sansores que representa el buen periodismo. O el periodismo de los “buenos”. Porque los malos somos los que le hemos señalado sus errores y torpezas. Lo que no dice de Hambrosio es que es al mismo tiempo que funcionario público, dirigente de partido, pues es el presidente del Comité Municipal de Morena en Palizada en un conflicto que nos confirma que, por lo menos, carece de ética.

Además, es director de una página digital que recibe mensualmente recursos públicos para su sostenimiento, sin olvidar que también este Gobierno le ha permitido colocar a sus familiares muy cercanos en cargos públicos bien remunerados, de suerte que los fuertes vínculos de Hambrosio con el Gobierno le restan el requisito de la imparcialidad en la emisión de sus opiniones. Que sin duda tiene derecho a hacerlo, pero siempre lo hará en su calidad de defensor de su patrona y benefactora.

De Chabildo no hay mucho qué decir. Siempre ha estado por y para los Sansores. Ha sido su amanuense toda la vida. Parece tener cierta inclinación para ponerse del lado de los caciques, pues también en su pueblo se puso al servicio de un empresario con ínfulas caciquiles. Le dieron como premio en esta Administración la medalla Justo Sierra Méndez, con lo que han devaluado de fea manera esa insignia. Del peor de los gobiernos que ha tenido Campeche, solo se pueden esperar cosas peores.

Pero tiene a sus defensores y qué bueno que los tenga, aunque nadie les crea. Debería la gobernadora buscarse apologistas de verdad respetables y con credibilidad, aunque difícilmente alguien podrá convencer a los campechanos que el Gobierno de los Sansores no es  corrupto, represor, violento, arbitrario, autoritario y prepotente.

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