Difamadora y espía
“No verificó de manera razonable la autenticidad de la información ni su obtención lícita, actuando como funcionaria al difundirla desde medios oficiales, lo que vulneró el derecho al honor y a la privacidad de Monreal”.
Por si hicieran falta más probanzas de las arbitrariedades y excesos en que incurre la gobernadora de Campeche, Layda Elena Sansores San Román, hace unas horas, la ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Margarita Ríos Farjat, confirmó que la gobernanta incurrió en graves irregularidades como violar los derechos del entonces senador Ricardo Monreal, difundir sus conversaciones privadas obtenidas de manera ilegal (presuntamente mediante espionaje) y difamarlo acusándolo sin pruebas, de ser “traficante de influencias”.
Es un ejemplo más de los excesos de la mandataria campechana. De los abusos en que incurre, y de que es ella la que, a lo largo de su trayectoria política, ha confundido la libertad de expresión con la “libertad de agresión” de que hoy se queja. No olvidemos que con su excusa de “combatir a la corrupción” ha difamado a diestra y siniestra a casi todos sus adversarios.
Debemos detenernos para analizar con calma y profundidad el resolutivo de la jueza Ríos Farjat (a quien seguramente mañana acusará de ser parte de la mafia prianista), sobre todo en lo que concierne a la obtención de información privada, mediante mecanismos poco claros, legales y transparentes. Mediante espionaje, pues.
Según el proyecto de la ministra Ríos Farjat, Sansores “no verificó de manera razonable la autenticidad de la información ni su obtención lícita, actuando como funcionaria al difundirla desde medios oficiales, lo que vulneró el derecho al honor y a la privacidad de Monreal”.
“La Gobernadora no cumplió con su deber de constatar en forma razonable los hechos en los que fundamentó sus opiniones, sino que, por el contrario, se limitó a difundir información cuya obtención lícita se encuentra en duda”, indica el documento.
La Primera Sala de la Corte discutirá pasado mañana el proyecto de la ministra, que propone confirmar el amparo concedido a Monreal, aunque limitado únicamente a que Sansores elimine de redes sociales y páginas oficiales la emisión del programa Martes del Jaguar transmitido el 25 de octubre de 2022.
Qué pena que no se ordenó la suspensión de ese programa desde donde se siembran odios y se dispersan difamaciones. Sería lo justo, si lo comparamos con las sanciones que se impusieron en Campeche contra el periodista Jorge González y TRIBUNA, con la diferencia de que en este último caso, los presuntos ilícitos nunca fueron probados.
Debe destacarse de este pleito entre Sansores y Monreal, no solamente que ambos son conspicuos representantes de la 4T, sino sobre todo, que para la mandataria de Campeche sus odios y resentimientos no tienen límite y barre parejo en sus obsesiones de venganza. Y si para consumarlo tiene que violar las leyes, pues se violan y punto. Así lo consideró la ministra Ríos Farjat, y exactamente lo mismo sostenemos la mayoría de los campechanos.