CALAVERITA: OCHOA PEÑA
Por robarse presupuestos
y a campesinos defraudar,
a Ochoa hubieron de lapidar
entre múltiples denuestos.
Encabronada la gente,
le exigió devuelva todo,
y revolcado en el lodo
la muerte se hizo presente.
A su sepelio asistió
la viejita deL Palacio,
que caminando despacio
musitaba, “sí robó”.