AYSA Y LA INMUNIDAD
Si la condición para mantenerlo en su embajada en Santo Domingo, es que declare todo lo que sabe de Alito, existe una posibilidad de que también tenga que empinar a la sobrina política de la Gobernadora…
Se ha difundido la versión de que el próximo en comparecer ante la jueza de control por presuntos actos de corrupción, es el exgobernador y actual embajador de México en República Dominicana, Carlos Miguel Aysa González.
Aún no se sabe el monto que le pretenden achacar para que de ahí inicien las negociaciones para que sea procesado en libertad como todos los casos anteriores de “corrupción” que ha presumido el Gobierno de la señora Sansores, pero que en realidad solo han sido piezas del ajedrez, para que la mandataria llegue al “rey” que quiere encarcelar.
Similar será el papel que desempeñará Carlos Miguel Aysa, aunque éste cuenta con el privilegio de la inmunidad diplomática, pues, hasta donde se sabe, sigue despachando en sus oficinas de la Calle Eduardo Jenner #5, La Esperilla, en Santo Domingo, República Dominicana y por tanto cuenta con los beneficios inherentes a su cargo.
Si se supone que el paliceño ya es uno de los suyos y que llevan trabajando bastante tiempo –desde antes de la elección en que supuestamente Layda Elena salió triunfadora—sin duda alguna que el embajador tendrá en sus archivos personales suficiente información confidencial para hacer respetar el pacto que le hizo traicionar a sus excorreligionarios. De no ser así, no tendría ningún reparo en incumplir también sus acuerdos, y empinar a quien tenga que ser empinado (a) para salvar su pellejo.
Y es aquí donde, una vez más, juega un importante papel, la exsecretaria de Finanzas del Gobierno de Rafael Alejandro Moreno Cárdenas, la súper protegida y blindada América Azar Pérez, a quien Aysa González defenestró apenas llegó al cargo. ¿ Qué le sabía y porqué la quería tener lejos?
Esa es la pregunta y quien sabe la respuesta es solamente el paliceño. Así que si la condición para mantenerlo en su embajada en Santo Domingo, es que declare todo lo que sabe de Alito, existe una posibilidad de que también tenga que empinar a la sobrina política de la Gobernadora. ¿Estarán preparados para eso?
Por lo demás, no se descarta también que al ser involucrado en hechos de corrupción, y al existir investigaciones penales en su contra por presuntos desvíos, al embajador Aysa se le tenga que pedir su renuncia. O al menos, ya tendrían los senadores mexicanos suficientes razones para exigir su dimisión.
Y la causante de ese posible desbarajuste sería la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, quien sabedora de ese refrán que dice que “al que a hierro mata a hierro muere”, ya esperaría que la revancha del aún embajador paliceño, sería pegarle en donde más le duele. Y todos en Campeche sabemos dónde –o quién—es.