Opinión

A FUEGO LENTO | TRAGEDIA Y MEZQUINDAD

Por: Enrique Pastor Cruz Carranza

La pérdida de vidas en el increíble incidente del Buque Escuela Cuauhtémoc, insignia de la Marina de México, al impactar contra un puente en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos, es un hecho inédito en tantos años de trayectoria. Este barco-escuela ha dado múltiples vueltas al mundo, formando generaciones de marinos ejemplares, patriotas y orgullosos de su institución.

Los hechos deben ser profundamente investigados, pues el sentido común choca de frente con las negligencias evidentes en un traslado fatal que ha enlutado a familias en Veracruz y Oaxaca.

Resulta inconcebible la cadena de omisiones elementales al navegar un navío con tanto simbolismo —hoy reducido a chatarra— sin prever cálculos básicos como la altura de las velas, el nivel de las mareas o la ubicación exacta del carajo en el mástil principal.

No se trata de hacer politiquería ni de alimentar la tradicional polémica que divide y enciende los ánimos entre simpatizantes fanáticos y críticos viscerales. Tampoco se busca descalificar con etiquetas de buitres, chacales o encubridores a quienes actúan por oficio sectario, encubriendo la impunidad.

Es ineludible que la investigación sea severa, para frenar tanta insolencia y violación de la ley al utilizar un barco escuela fuera del país —en este caso, en Estados Unidos— como plataforma de promoción electoral del partido Morena, de cara a las próximas elecciones del Poder Judicial.

¿Estamos frente a un delito electoral por el uso indebido de un barco escuela de la SEMAR como templete para inducir el voto?

Las cosas no serán fáciles de esconder bajo la alfombra, pues dudamos que el gobierno norteamericano se preste a ello.

No podemos continuar en esta dinámica de violentar la equidad entre mexicanos ni permitir que las instituciones se conviertan en arietes de dictaduras políticas disfrazadas.

Las pruebas están en las redes sociales y son de conocimiento público entre los cibernautas.

El reportaje de *Newsweek* sobre estos hechos es demoledor y no deja lugar a dudas.

No permitamos más cortinas de humo y exijamos que la ley se aplique con toda su firmeza.

La más obligada es la propia Secretaría de Marina.

Su Comandanta Suprema de las Fuerzas Armadas, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, ¡debe ser inflexible!

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