Opinión

CAMPECHE EN LOS REFLECTORES POR LOS EXCESOS DE LAYDA SANSORES

Layda Sansores ha colocado a Campeche en la agenda nacional, pero no por logros o avances significativos, sino por una cadena de excesos, censura institucionalizada, encubrimientos y resultados cuestionables. Desde el inicio de su administración, la gobernadora ha convertido el aparato judicial en un instrumento para silenciar voces críticas, mientras los problemas de inseguridad, economía y confianza ciudadana se agravan.

Uno de los casos más graves ocurrió en julio de 2025, cuando la jueza Ana Maribel de Atocha Huitz May impuso medidas cautelares contra el periodista Jorge Luis González Valdez y el diario Tribuna. La orden les prohíbe referirse a la gobernadora, ya sea en texto, imágenes o declaraciones, y obliga a que todo material que la mencione sea revisado y aprobado por un interventor del Tribunal Superior de Justicia antes de su publicación. El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) denunció que esta “orden de silencio” representa un atentado directo contra la libertad de expresión, mientras expertos como Pedro Cárdenas, de Artículo 19, advirtieron que sienta un precedente peligroso al permitir que el Poder Judicial actúe como censor.

A este episodio se suman otros actos de presión judicial contra periodistas, como el caso de tres comunicadores obligados a disculparse públicamente con Sansores por supuestas expresiones ofensivas, en un contexto donde las denuncias por censura y persecución política se multiplican. En materia de seguridad, un reportaje de Emeequis reveló que el narcomenudeo en Campeche creció 141 %, la extorsión 70 % y los homicidios dolosos 11 % en los últimos años, cifras que evidencian un deterioro alarmante y ubican al estado entre los peores lugares en rankings nacionales de aprobación y seguridad.

En medio de esta crisis, la gobernadora ha protagonizado controversias como su reciente viaje a Ámsterdam, interpretado como una muestra de desconexión con la realidad de un estado con una economía debilitada y una sociedad que exige soluciones. El resultado es claro: Layda Sansores ha puesto a Campeche bajo los reflectores, pero la luz que hoy lo ilumina no es la del progreso, sino la de la censura, el autoritarismo y el deterioro institucional.

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