Basura amenaza vida del manglar
Voluntarios limpiaron zona del Ecosendero
El futuro del mangle negro en el arroyo de La Caleta, en la Isla, es incierto. Muere a consecuencia del exceso de basura que se registra en el tramo del Ecosendero, que es de casi un kilómetro de longitud, advirtieron ambientalistas.
Lo anterior, en el marco de la megalimpieza organizada por Colectivo Isla Verde en colaboración con varias empresas y la sociedad civil.
Desde muy temprana hora, alrededor de 80 voluntarios de varias compañías, iniciaron el ingreso a la zona de manglar en el Ecosendero.
Ahí sacaron todo tipo de desechos, desde motores de vehículos, refrigeradores, lavadoras y miles de botellas de plástico y contenedores de unicel.
Al respecto, César Augusto Álvarez Cesáreo, ambientalista y voluntario de la actividad, lamentó que en los últimos cinco años las cuatro especies de mangle en la Caleta estén amenazadas por todo tipo de contaminantes.
“Es incierto el futuro que depara al manglar, especialmente en esa zona donde antes no se podía ver a la colonia Independencia y ahora existen ‘claros’ de bastante importancia”.
Álvarez Cesáreo refirió que la basura hallada no sólo es de los vecinos que colindan con el Ecosendero, sino producto de todo lo que se arroja en diferentes puntos de la ciudad, incluso los líquidos.
Tenemos un suelo muy infértil, apenas los manglares se ven con vida. Es una suerte que vivan, así como toda la flora y la fauna de la zona.
“Escarbamos y hay botellas de plástico, vidrio, todos estos desechos inhiben procesos bioquímicos del suelo que ayudan a nutrir a los mangles”.
La muestra de que hemos perdido mangle es que con una corriente de aire, una turbonada, se caen las ramas del mangle negro. Esto quiere decir que la corteza es débil, porosa, ya no tiene resistencia.
Las condiciones del mangle en La Caleta es insalubre. Se nutren de agua y de la tierra, pero si en todo el trayecto hay exceso de contaminación, ese manglar no va a tener los nutrientes para sobrevivir.
Mucho menos para mantener la fortaleza de su naturaleza, ya que es una barrera natural contra las inundaciones.
Si no hacemos un esfuerzo por tratar de recuperar este mangle ya sea negro, blanco, botoncillo y rojo, los cuatro hay aquí, va a comenzar a afectar a los todos.
“Se va a ver ese impacto en el aumento de las temperaturas de la ciudad, pero también la erosión del suelo. En el momento que se retire o muera, ese suelo se esparcirá, perderemos terreno y el agua ganará espacio”, puntualizó.