¿ALIANZA OPOSITORA?
La unión de fuerzas para luchar contra el enemigo común, que es el Gobierno de Layda Sansores, levantó buenas expectativas del lado ciudadano, pero causó molestias en los círculos gubernamentales…
Ha llamado la atención esta inusual alianza éntrelos partidos Revolucionario Institucional (PRI), Movimiento Ciudadano (Moci) y Acción Nacional (PAN) para impugnar ante la Suporema Corte de Justicia de la Nación la aprobación de las reformas de la controvertida Ley de Expropiaciones.
Lo que pocos pensaron que pudiera ocurrir, la alianza entre el PRI y Moci, finalmente sucedió no solo para exigir la invalidación de las citadas reformas, sino también para impugnar la ilegal imposición de Juan pedro Alcudia Vásquez como magistrado numerario y presidente del Tribunal Superior de Justicia. En esta última promoción, vale precisar, el PAN se mantuvo al margen.
Sin embargo la unión de fuerzas para luchar contra el enemigo común, que es el Gobierno de Layda Sansores, levantó buenas expectativas del lado ciudadano, pero causó molestias en los círculos gubernamentales. Ellos —el Gobierno—se han enfocado en abortar cualquier alianza opositora en la entidad, porque saben que gozan del repudio ciudadano, y que si sus contrarios van en bloque a las elecciones, les va causar muchas incomodidades.
Es cierto, hasta el momento parece inalcanzable la posibilidad de que el PRI y Moci vayan juntos. Mucho menos que se les pueda unir el PAN, que por cierto, enfrenta vendavales internos auspiciados desde el Cuarto Piso. Pretenden desestabilizar al PAN para reducirle las posibilidades de que pueda ser el factor que marque la diferencia en los próximos comicios.
Sin embargo estos primeros escarceos y acercamientos demuestran que sí es posible trabajar juntos por los mismos objetivos, y ¿qué mayor razón o causa pueda haber que luchar juntos por el derrocamiento del morenismo en Campeche?
De que hay temor en las filas de los estrategas gubernamentales lo demuestra la campaña sucia contra los dirigentes del PRI y Moci que se aliaron para presentar la controversia constitucional y la impugnación de la aberrante imposición de Alcudia en el TJSE. Los acusan de ser los defensores oficiales de Alito, y hasta les dijeron racistas.
Saben que ante la falta de argumentos convincentes, porque una gran parte del pueblo ya no les cree, la narrativa oficial se va encausar enla calunia, la difamación y los ataques personales. Véase por ejemplo, el caso del misógino diputado Omar Talango Cervantes, a quien no solo no sancionaron por ofender a la diputada Delma Rabelo, sino que hasta lo premiaron enviándolo con la representación del Congreso a un evento oficial. Y el mensaje es nítido: Omar Talango representa a la mayoría del Congreso y sus ofensas a la legisladora priísta las avala esa misma mayoría. Qué burdos.
Por lo pronto hay que celebrar que se estén zanjándolas diferencias y los resquemores para trabajar en la unión de las fuerzas opositoras. Es el único camino que existe para impedir la elección de Estado que se avecina.