Seguirá la mediocridad
Tenemos políticos y servidores públicos mediocres y conformistas, que han encontrado en su excusa de culpar al pasado, la salida fácil para evadir responsabilidades y para justificar su falta de resultados…
El balance general de las comparecencias efectuadas esta semana con motivo de la glosa del IV Informe de Gobierno es realmente desesperanzador. Pese a los hechos y pruebas en contrario, todos los comparecientes coincidieron en que las cosas marchan bien, y que si algo está mal, “es por culpa de los gobiernos del pasado”.
Pensamientos que marchen por esos rumbos nos conducen inexorablemente a la mediocridad y al conformismo. Si no hay entre los comparecientes un mínimo de autocrítica, entonces tampoco hay nada qué corregir, porque ellos suponen que sus resultados son buenos.
La realidad sin embargo, es otra. En todos los rubros por donde se le quiera ver. En seguridad cada día vamos peor. La secretaria Marcela Muñoz, mantiene un discurso que pretende normalizar la batalla por la plaza. Balaceras y ejecuciones todos los días no la hacen variar el discurso. “Seguimos siendo de los estados más seguros”. Sí pero ya vamos en el quinto o sexto puesto, y cuando ella y sus foráneos llegaron, estábamos en el primero.
En turismo es evidente el ausentismo de visitantes. Quizá nos ayude la declaratoria de la Secretaría de Estado de los Estados Unidos, de que Campeche y Yucatán estamos “libres del terrorismo”, pero eso no se alcanzó gracias al trabajo de los funcionarios del régimen Sansorista sino a que los otros gobiernos están peor.
En el campo no mejoran las cosas, pero el titular del área, Ramón Gabriel Ochoa Peña sostiene que vamos bien, y culpa de lo que no se ha hecho “a los gobiernos del pasado”, pese a que, como bien se lo recordó el diputado priísta Jorge Salim, él formó parte de ese pasado y ¡vaya que se despachó con la cuchara grande!
Tenemos pues, políticos y servidores públicos mediocres y conformistas, que han encontrado en su excusa de culpar al pasado, la salida fácil para evadir responsabilidades y para justificar su falta de resultados.
Resulta por lo demás lamentable, decepcionante y deprimente, que esta falta de autocrítica gubernamental nos vaya a seguir condenando al rezago social y económico, al incremento de la inseguridad, al crecimiento del desempleo, a la falta de inversiones y ola carencia total de rendición de cuentas.
Ellos, los funcionarios, la gobernadora, los diputados oficialistas, consideran que “todo está bien”, aunque el pueblo observa y corrobora todos los días lo contrario. Viven en su mundo feliz, en su fantasía, en su paraíso, mientras el pueblo sigue jodido y lo siguen jodiendo.