Expediente | Mucho baile y carnaval, cero resultados
En medio de la crisis de seguridad más grave de los últimos años en Campeche, donde diversos sectores económicos como los ganaderos, confirman que ya les impusieron el cobro de “derecho de piso”, con el peor decrecimiento económico a nivel nacional, el incremento en los niveles de desempleo y subempleo, abandono al sector salud con unidades médicas deficientes, etcétera, el mal llamado “Gobierno de Todos” insiste en desviar con “pan y circo” la atención de los campechanos.
El martes pasado, previo a su show semanal del jaguar, la gobernadora Layda Elena Sansores San Román adelantó en sus redes sociales que haría un “anuncio importante”, que generó algunas expectativas.
Los empresarios, por ejemplo, esperaban que les dijeran que habría estímulos fiscales para la generación de empleos, o que se crearía un fondo fiduciario para instalar nuevas empresas. Los campesinos esperaban que la mandataria anunciara algún importante convenio para que Segalmex les comprara a precios oficiales las más de 350 mil toneladas de maíz que no han podido comercializar.
Jubilados y pensionados de la Universidad del Carmen (Unacar) especularon que a lo mejor la gobernadora les daría a conocer la disposición de un fondo emergente para que les paguen los nueve meses de salario que les deben, y la parte proporcional de su aguinaldo. Los transportistas supusieron que Sansores San Román, luego de recapacitar, habría decidido respaldar a las sociedades cooperativas del sector social de las que dependen más de 15 mil familias, en lugar de inclinarse por el monopolio del grupo ADO para la prestación del servicio de transporte urbano en la capital.
Los pescadores esperaban que la mandataria anunciara algún convenio especial con la Secretaría de Marina para reforzar la vigilancia y combatir de manera efectiva la depredación de especies pesqueras, y hasta se atrevieron a soñar que habría algún recurso adicional para apoyarlos en la compra de motores, reparación de embarcaciones y construcción de bodegas de refrigeración y almacenamiento para que sus capturas diarias pudieran encontrar un mejor mercado.
Los periodistas esperaban que Layda Elena al fin enterrara el hacha de guerra, desistiera de las 50 denuncias que tiene contra igual número de comunicadores, para que, lejos de pleitos judiciales y citas en los juzgados, dedicara su tiempo a gobernar y a resolver los principales problemas de nuestro Estado.
Pero no. El “gran anuncio” que Layda Elena Sansores San Román dio a conocer en su Martes del Jaguar, fue que para el cierre del Carnaval de Campeche, su Gobierno pagará la millonaria tarifa que cobra Marco Antonio Solís, “El Buky”, por un concierto. El gran “beneficio” para los campechanos, es que será “un evento gratuito”, como si no supiéramos que el enorme presupuesto que maneja y derrocha arbitrariamente proviene del pago de nuestros impuestos, de suerte que, gratis, gratis, no es. Más concretamente no lo será.
Sobra apuntar el inútil reclamo de la gobernadora a su contraparte en el Ayuntamiento, Biby Rabelo de la Torre, por cobrar diversas cuotas para que acudan a los eventos del Carnaval, y su sugerencia de que todos deberían ser gratuitos, ya que su hermana Laurita, presidenta del DIF Estatal, trajo anoche un show de “drags” pagado con recursos públicos, en donde también se vendió el boletaje a precios no muy populares que digamos.
Tampoco serán gratuitos los eventos carnavaleros en los Municipios gobernados por Morena, como Champotón y Carmen. De suerte que sale sobrando el hipócrita “consejo” laydista.
Lo más lamentable es que ese concierto gratuito no lo promueve Layda Sansores como un acto de buena fe o de condescendencia hacia los pobres campechanos que prefieren los conciertos a la seguridad, que optan por shows más que por empleos, que les gusta más el circo que ver trabajar a sus gobernantes. No. En realidad, lo que busca la mandataria morenista es opacar electoralmente a la alcaldesa de Campeche, Biby Rabelo de la Torre, a cuya Administración le toca organizar los eventos del Carnaval de Campeche.
Son, ciertamente, eventos masivos que inyectarán mayor popularidad a Biby Rabelo, quien además, se presta a levantar los ánimos del pópulo a su favor, y eso corroe de envidia a la gobernadora Layda Elena.
Ya vimos que Layda organizó un baile de fin de año alterno al que realizó la alcaldesa, que también promovió un “paseo de Reyes del Jaguar”, para competir con el que hizo el equipo de Rabelo de la Torre, y ahora alienta un “Carnaval del Jaguar”, para que pueda subirse también ella a los escenarios, así sea de botarga, a recibir un poco de esos aplausos que en sus eventos le prodigarán a la alcaldesa.
Independientemente de que se trata de actitud inmadura, infantil y de gigantesca envidia, muy propia de quienes tuvieron infancia berrinchuda y caprichosa, a todos los campechanos nos involucra este extravío que padece Sansores San Román en cuanto al orden de prioridades que debería tener su Administración.
Mientras que en Estados vecinos se presumen públicamente obras de Gobierno, atracción de inversiones, generación de empleos, reforzamiento de estrategias de seguridad, más programas sociales para los sectores vulnerables, etcétera, en Campeche tenemos a una gobernadora que paga por el aplauso fácil, que cree que con traer conciertos masivos cada mes, se ganará ese aprecio y respeto que no le tiene la gente.
La realidad ha demostrado que el pueblo ya no se deja engañar tan fácilmente, y que si bien acepta las dádivas y los eventos circenses a que nos ha acostumbrado el Gobierno, eso no influye a la hora de evaluar su desempeño y la sigue catalogando en las encuestas como la segunda peor del país. Por cierto, muy, muy cerca del último lugar.