Expediente: 9 de julio de 2023
PUGNA DE CORCHOLATAS FRACTURA A MORENA
La advertencia del diputado local morenista por el Décimo Segundo Distrito, del Municipio del Carmen, Jorge Luis López Gamboa, respecto a promover queja contra la gobernadora Layda Elena Sansores San Román, por destinar recursos públicos a la campaña de Claudia Sheinbaum Pardo, confirma que la corrupción se apoderó de ese partido y que la unidad que tanto presumen no es más que espejismo.
Vale recordar, antes de que se lance toda la jauría oficialista contra el diputado López Gamboa, que en Campeche el morenismo intentó crucificar sin juicio previo al diputado federal José Luis Flores Pacheco, no tanto por esa excusa de que recibía dinero del Gobierno de Moreno Cárdenas “para traicionar al Movimiento”, puesto que en ese entonces el legislador no se mandaba solo, sino que dicen, aseguran, confirman, que era un emisario del chiapaneco Aníbal Ostoa Ortega, de suerte que el dinero se repartía en varias manos.
Más bien, se trató de un mecanismo de presión, porque Flores Pacheco no se unió a la cargada oficial para respaldar ciegamente a Claudia Sheinbaum Pardo, y primero se sumó al equipo de Marcelo Ebrard Casaubom y después se integró al de Adán Augusto López Hernández, lo que no fue bien recibido en el ánimo de la gobernadora Layda Elena Sansores San Román, acostumbrada a imponer sus caprichos de niña mimada y con poca tolerancia a las diferencias de opinión.
No dudamos que López Gamboa también vaya a ser víctima de alguna campaña de la jauría laydista, por su postura de denunciar las irregularidades en que incurre la gobernadora, y por eso es que insistimos en que el proceso interno que encabezan las corcholatas no tendrá un final feliz, sobre todo si se consuma lo que muchos pronostican: que Claudia no será la abanderada, y que quien se quede con la postulación va a tener que hacer cuentas algún día con Layda Elena.
Lo cierto es que lo que hemos denunciado de manera insistente en estas páginas —que se desvían multimillonarios recursos para la campaña de Sheinbaum— es totalmente cierto, y lo confirman no sólo las voces críticas de diputados y dirigentes de la oposición, analistas independientes y ciudadanos de a pie, sino que es una verdad que ya no pueden negar ni en Morena y que tampoco puede quedar impune.
López Gamboa sostiene que la gobernadora Layda Elena Sansores San Román destina recursos públicos e incurre en presunta coacción para favorecer a Claudia Sheinbaum Pardo, por lo que, adelantó, presentará una queja ante las instancias nacionales de Morena. Hecho que en estos momentos pudiera no tener trascendencia, puesto que en Morena van a tratar de maquillar todo el proceso para simular que estuvo acorde a la ley. Pero nadie puede saber qué pasará mañana si, como muchos suponen, Claudia no sale electa.
No olvidemos que en alguno de sus arrebatos semanales, Sansores sostuvo que detrás de la precampaña de Adán Augusto López Hernández está nada más y nada menos que Alejandro Moreno Cárdenas, con lo que en lugar de defenestrar al líder priísta lo enaltece y lo pone en un nivel de operador político capaz de encausar a su favor lo que sucede en otros partidos políticos.
Claro, no se trataba tanto de atacar a Alito, sino de debilitar al exsecretario de Gobernación, presentarlo como títere que es manejado por fuerzas externas a Morena, lo que seguramente no fue muy del agrado del tabasqueño y tarde o temprano se cobrará la afrenta.
Lo interesante es que Layda no presentó ninguna prueba de sus dichos, pero en Campeche hay evidencia de que ella, a través de su sobrino Gerardo “Seso Loco” Sánchez Sansores, está metida hasta las chanclas en la campaña interna y desviando dinero público para afianzar la candidatura de la exjefa de Gobierno de la Ciudad de México. Evidencias que, según el diputado morenista López Gamboa, contaminan el proceso interno y en tal virtud, serán denunciadas ante las autoridades electorales de su partido, para que impongan las sanciones que correspondan.
Otros actores políticos ajenos a Morena también han puesto el ojo a las ilegalidades en que incurre la mandataria campechana, y por lo menos en Movimiento Ciudadano han advertido que van a recurrir a las autoridades electorales para que investigue el despilfarro de dinero público para la campaña de Sheinbaum. Y van contra la gobernadora de Campeche, que no ha tenido el menor recato en disfrazar sus obsesiones políticas, como se comprueba con las pintas a favor de Claudia que se observan en las bardas de su ostentosa mansión del barrio de Guadalupe.
“Layda Sansores Invierte más recursos del Estado y su tiempo para servir como coordinadora estatal, operadora y financiadora de la campaña ilegal de la corcholata Claudia Sheinbaum, que en trabajar y dar resultados para Campeche”, acusó el diputado mocista Jesús Aguilar Díaz.
“Es triste y reproblable que los campechanos no tengan una gobernadora, sino más bien una lideresa de Morena, que recurre al autoritarismo, la represión y la persecución en contra de ciudadanos, políticos y opositores, y las veces que trabaja en su absurdo programa del Martes del Jaguar, sólo alaba a Sheinbaum”, sostuvo Aguilar Díaz.
Y claro que tiene razón, y de eso pueden dar constancia todos los campechanos que están hastiados de los nulos resultados de una gobernadora pendenciera y arbitraria, que no trabaja por el bien del Estado, sino por su futuro político y, en el fondo, en aras de su impunidad, porque sabe que la única manera de que no le hagan pagar sus excesos, corruptelas, arbitrariedades, desvíos y otras ilegalidades, es que Claudia Sheinbaum sea la candidata de Morena y posible sucesora del presidente Andrés Manuel López Obrador. Pero si resulta ser otro el escenario, entonces no le anticipamos un futuro halagador a la peor gobernadora que ha tenido Campeche en toda su historia.
ATOLE CON EL DEDO
La promesa de Andrés Manuel López Obrador de descentralizar la administración pública hacia las entidades, desde el inicio sonó inalcanzable, demagógica y oportunista. Era además de costosa, prácticamente inviable, por el personal, edificios, instalaciones, equipos, herramientas e infraestructura.
Se operó en muchos sentidos a la paralización de dependencias o a la búsqueda de su extinción. Muchas de ellas no tienen cabezas y los sobrevivientes del caos son fantasmas de oficina, con escaso o nulo trabajo. Basta visitar el Palacio Federal.
La Administración de López Obrador será recordada como la que mayores actos de destrucción cometió en el recuento histórico nacional. A los historiógrafos les queda la tarea de la narrativa y el comentario.
Ese registro lo tienen y lo viven los carmelitas, que por años estuvieron esperanzados en que el candidato, luego Presidente, cumpliría su promesa de descentralizar a la empresa Petróleos Mexicanos hacia Ciudad del Carmen. El clavo ardiente del ataúd que sepultó cualquier viabilidad de concreción lo expresó hace algunos meses la gobernadora Layda Elena Sansores San Román.
El cumplimiento justificatorio para echar abajo la promesa, fue a pedido presidencial. Obsequiosa, Sansores San Román sólo satisfizo los deseos de su admirado gurú, y acusó que era inviable el traslado de Petróleos Mexicanos, porque Ciudad del Carmen carecía de la infraestructura adecuada para ello.
Transcurrieron meses, años, para crear esa infraestructura necesaria para alcanzar la meta, y nada se hizo. López Obrador, con la complacencia de Sansores San Román, echó tierra a la esperanza acumulada en los corazones de los carmelitas. Pemex, en definitiva, no mudará sus oficinas centrales. Está claro.
Les dieron atole con el dedo a los carmelitas, acusaron en el inicio de la semana los legisladores locales priísta y mocista, Ricardo Miguel Medina Farfán y Paul Arce Ontiveros. Y vale preguntar, ¿y qué esperaban?
El tiempo los rebasó y sería engañosa cualquier insinuación de que se cumplirá lo ofrecido. Insistimos, lo adelantó y justificó la gobernadora. Ya no queda más que la protesta, en cualquiera de sus vías, para externar el coraje y el malestar por el engaño. ¿Corresponde sólo a los isleños, o a todos los campechanos? En unos meses más podrá ser lavada la afrenta.
Los legisladores Medina y Arce han tardado en reaccionar. No obstante, pueden aportar al recuerdo de los afectados cómo fue el engaño, y apostar por la cobranza de la desilusión. Esa será —o debe ser— tarea en muy breve tiempo. No es justo un engaño de tamaña dimensión. Los responsables deben asumir el costo.
REBOTE DE IMPOPULARIDAD AFECTA A AMLO
La empresa Consulta Mitofsky, entre las más prestigiadas del país, acaba de confirmar que en Campeche marcha a la baja la popularidad del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Ese también es el comentario en la calle, producto de la impopularidad de Layda Elena Sansores San Román, que en todo —o casi— le sigue los pasos, lo adula e imita.
Mitofsky revela que Campeche es la capital que menos respalda al Presidente, con el 47.5 por ciento de aceptación. Y fíjese bien, se refiere sólo a la opinión que tienen los capitalinos, porque en otras ciudades y sobre todo en el medio rural, el desafecto, la animadversión, el coraje y el desaliento son notables.
Las razones para sufrir esos estados de ánimo, residen en que los gobiernos Federal y Estatal les han dado atole con el dedo. Los programas sociales, que dicen abanderar con la premisa de que para que exista tranquilidad y paz, primero los pobres, es eslogan propagandístico falso.
Se han percatado del crecimiento en estas administraciones de la pobreza, el desempleo, la escasez de medios para la subsistencia, el encarecimiento de los productos, el abandono a los sectores agropecuario y pesquero, el deterioro del sistema de salud y el escasísimo apoyo a la educación y la cultura. La mejoría que se presume sólo es dialéctica, sin sustento.
Al agravamiento de la caída de la tasa de aceptación a la Administración lopezobradorista en la entidad, también contribuye la creciente desaprobación al Gobierno de la morenista Sansores San Román, que a casi dos años permanece entre las de peor calificación en el país.
No sorprende que sean prácticamente coincidentes los resultados de las encuestas de diversas consultoras. Es la reafirmación de que no hay trabajo. Que por encima de la gestión gubernamental, está la grilla, encaminada a la satisfacción de intereses personales y sectarios y la permanencia en el poder.
De acuerdo con la empresa Consulta Mitofsky, Campeche es la ciudad capital que menos respalda al Gobierno de López Obrador, pues sólo el 47.5 por ciento de los ciudadanos aprueba el trabajo del Presidente de la República, en tanto que el 52.5 por ciento lo desaprueba.
El crecimiento del malestar de los campechanos por la inefectividad del Gobierno de Sansores San Román, se puede observar si lo comparamos con Mérida, Yucatán. Pese a que los yucatecos tienen mayor tendencia a otras opciones políticas, en la tabla media de respaldo o aprobación, López Obrador quedó ubicado en el sitio 16, con 55.4 por ciento.
Veamos a grosso modo otras expresiones ciudadanas. La encuestadora Massive Caller ubica a Sansores San Román entre los gobernantes estatales con menor aprobación del país, en el número 29, sólo detrás de los de Puebla, Estado de México y Zacatecas.
CE Research en junio la posiciona en el número 24, con el último lugar en honestidad, el 30 por ciento en aprobación del manejo de las finanzas, el 27 por ciento en popularidad y el 25 por ciento en creación de empleos y eficiencia en el servicio de salud. Muy mal le va.
El Grupo Impacto en el mismo mes coloca a Layda Elena como la segunda peor evaluada del país. Revista 32 la pone en lugar 29. Mitofsky la posicionó en número 26.
Las versiones de las consultoras sobre la credibilidad en la gobernadora permanece por los suelos. La califican de mentirosa. Pese a que en todos sus programas cómico, musicales, folclóricos “Martes del Jaguar”, se desvive en elogios al presidente López Obrador, las aportaciones del Gobierno Federal a la entidad son cada vez menores. Incluso han ido a la baja y han lastimado las previsiones presupuestales. No hay mejoría ni avances.
Así, como vamos, el camino está empedrado de fracasos, decrecimiento, desempleo, inseguridad, impunidad y manipulación de la justicia. Si así de grave es el presente, peor será el futuro. Puede anticiparse el incremento de las protestas, ante decisiones arbitrarias y el cúmulo de mentiras. Van unos ejemplos. Incumplimiento de promesas a pescadores y campesinos y traición a los transportistas y a la población carmelita.
¿ES CFE DE CLASE MUNDIAL?
Fundada el 14 de agosto de 1937, en el periodo presidencial de Lázaro Cárdenas del Río, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) está hoy convertida en empresa pública que es blanco de críticas y protestas, por su deficiente servicio y cobros injustificados. Lo peor es que no hay visos de cambio y justificación.
De propiedad exclusiva del Gobierno Federal, de carácter social y con personalidad y patrimonio propio, la CFE ha visto crecer el enojo ciudadano en los últimos años, pese a la promesa cuatroteísta de acabar con los problemas y las inconformidades. Va en acelerado retroceso.
Se ha hablado de inversiones y de sustitución de equipos viejos u obsoletos por otros modernos, entre ellos los contadores digitales, pero en el grueso de la población usuaria, ya no sólo de comunidades, sino también de ciudades, las quejas básicamente son las mismas: mal servicio —que genera pérdidas de productos que requieren refrigeración—, postes dañados y cobros injustificados.
Anuncios de proyectos y promesas van y vienen pero la situación empeora, o al menos no mejora, y cuando las deficiencias golpean la economía familiar la vía más efectiva para recibir atención y respuesta ha sido la protesta, concretamente el bloqueo de calles.
Y cuando hablamos de efectividad es porque los inconformes han sido escuchados y atendidos en cuestión de horas, como ha ocurrido en Carmen, y si el servicio vuelve a fallar recurren de nuevo al bloqueo hasta que les solucionen su problema.
En resumen, por la vía pacífica no se logra ningún beneficio, y quizá por esa razón, en al menos 11 colonias de la cabecera de Champotón, entre ellas Pozo Monte, Cocal, Miraflores, Moch Cohuó y Mercedes, hay fallas continuas en el suministro eléctrico, pues los vecinos, hasta el momento, sólo han expresado su enojo y exigencia a la CFE para que aplique correctivos.
A lo anterior se agrega esta semana que en Tenabo, trabajadores de la empresa han intentado “cortar” o suspender el servicio a quienes ya pagaron o están al día. ¿También es deficiente el área administrativa, o es estrategia ilícita para “bolsear” a los usuarios?
Alondra Uc, vecina de la calle 14 de la colonia San Pedro, se quejó de que cuando se queman transformadores hay que rogarles para que verifiquen y restablezcan el suministro. En palabras más coloquiales, exclamó: “Sólo trabajan cuando les conviene chingar”.
Otras muestras del pésimo servicio eléctrico son los más de 30 postes en malas condiciones en la cabecera de Hopelchén, y otro tanto en la de Candelaria, y estructuras sostenidas por cables en Tenabo y agrietadas en Champotón, como en la calle 34.
Además de este catastrófico escenario, lo que más encono genera son las tarifas, pues un bimestre viene bajo o aceptable pero el siguiente aumenta el doble, teniendo los mismos electrodomésticos. En otras palabras, el cobro sigue siendo injustificado y el enojo ciudadano crece.
La llamada cuarta transformación prometió eficiencia y abaratar o no aumentar tarifas, pero los apagones continúan y la infraestructura se deteriora y o está al borde del colapso.
Y a todo lo anterior, ¿y el convenio estatal con la CFE que presumió la gobernadora Layda Elena Sansores San Román en beneficio de la ciudadanía? Al parecer tuvo “apagón” o caída de sistema, por aquello de que el director general es Manuel Bartlett Díaz. ¿Y la empresa de primer mundo que anunció el presidente Andrés Manuel López Obrador? Todo quedó en promesa.
RÁFAGA POLÍTICA…
EN LA POLÍTICA ES DONDE con mayor asiduidad se presentan la paradoja, la mentira, la chocarrería y la contradicción. Caen muchos políticos con más facilidad que un cojo. El 26 de julio del 2018, el senador Miguel Osorio Chong tuiteó: “Los que tienen el valor para traicionar al PRI, también deben tener la congruencia para renunciar a los cargos que obtuvieron gracias al PRI. Lo digo claro: quienes se van del PRI no tienen el derecho de llevarse las posiciones que son del priísmo”. Osorio Chong renunció a su militancia priísta el pasado lunes 3 de julio. Lo acompañaron otros tres senadores. Queda el registro de su conducta para la historia.
EL ALCALDE DE HOPELCHÉN, Emilio Lara Calderón, como debe ser, alzó la voz esta semana y le respondió a la gobernadora Layda Elena Sansores San Román, que lo acusó de no entrar al programa de fertilizantes, que no pagó porque pretendían venderle el bulto a mil pesos, cuando todo mundo sabe que cuesta 500. Son ustedes unos ladrones, le lanzó al secretario de Desarrollo Rural, Ramón Ochoa Peña, y le expresó que lo peor que puede hacer un político es mentirle a la gente. No se me hacía justo sacrificar a los campesinos. Por eso el retraso en la entrega del apoyo, para no llenar los bolsillos de funcionarios deshonestos, subrayó. Ni Layda, ni Ochoa, le han replicado. Ergo, tiene razón.
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