Opinión

DESMORENAMIENTO

Detrás de Bermúdez Requena hay todo un entramado de complicidades y una red de beneficiarios de esos negocios, que podría contaminar a muchos gobernadores en funciones, diputados federales y senadores.

La captura y encarcelamiento de Hernán Bermúdez Requena, el exsecretario de Seguridad Pública de Tabasco, y brazo derecho del exgobernador y hoy senador de la República, Adán Augusto López Hernández, ha puesto en jaque a todo el sistema político mexicano, controlado actualmente por el movimiento llamado 4T.

Detrás de Bermúdez Requena hay todo un entramado de complicidades y una red de beneficiarios de esos negocios, que podría contaminar a muchos gobernadores en funciones, diputados federales, senadores y presidentes municipales.

La extraña muerte de al menos dos marinos involucrados en el huachicol que se permitió desde los altos mandos de la Secretaría de Marina, forma parte de la misma trama que es el involucramiento del Gobierno de la República en esas actividades, lo que necesariamente tendría que relacionarse también con el partido Morena.

Por eso hay mucho nerviosismo en Palacio Nacional, y por eso incluso pocos se sorprendieron con la noticia de que dos de los hijos de Andrés Manuel López Obrador (Gonzalo y Andrés Manuel López Beltrán), tramitaron y obtuvieron amparos contra sus posibles detenciones ante las investigaciones de delincuencia organizada y de huachicol que realiza la Fiscalía General de la República.

Hay varias versiones periodísticas que los vinculan con ese tipo de operaciones lo mismo que con tráfico de influencias, pues favorecieron a sus amigos y socios en la obtención de contratos multimillonarios.

También hay versiones muy fuertes y con fundamento real, que sostienen que la campaña de la gobernadora de Campeche, se financió con dinero ilegal. Hay una lista negra con personajes políticos que estarían siendo investigados por el Departamento de Estado de los Estados Unidos, y en esa lista aparecería también la mandataria campechana.

No se trata ni de campañas de difamación, ni de ataques sin fundamentos. A varios de los personajes públicos, cuyos nombres aparecen en la “lista negra” ya les cancelaron sus visas o les congelaron sus cuentas.

Por eso el nerviosismo institucional que se percibe por todas partes. La captura y procesamiento de Bermúdez Requena es una amenaza real contra el gobierno morenista y podría propiciar su desmoronamiento, o al menos acabar con ese control que tiene sobre los poderes Legislativo y Judicial.

Y la prueba del respaldo o del rechazo popular, serían las elecciones de 2027, en donde también se renovarán 17 gubernaturas, entre ellas la de Campeche. Andan muy nerviosos, saben que tienen mucha culpa.

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