#OPINIÓN: ¡AQUÍ Y AHORA! |” MI SOMBRA Y YO”
Con dedicación a Sergio Gracián.
Por: Manuel R. Gantus Castro.
¿Alguien ha visto mi sombra?
Estoy muy preocupado porque no la encuentro.
Desde hace diez días, más o menos, noté que no se veía completa… algo le faltaba; agudicé los sentidos y me dí cuenta que en el sitio de los hombros, en el derecho, éstos no estaban simétricos… y recordé que después de la fractura del húmero del brazo diestro, este no quedó simétrico al izquierdo, se apreciaba caído, lo cual me tranquilizó un poco.
Días después mi sombra era menor, como que se estuviera “chorreando” por abajo, como que se estaba escapando… ¡Ah canijo!, me dije angustiado, con razón el sol me quemaba más y el hombro diestro se calentaba menos por lo caído que estaba… pero no era suficiente la explicación… mi sombra seguía su intento de escaparse.
Se me ocurrió entonces pegarla a los zapatos, pero el calor del sol derritió ese intento y la sombra disminuía.
No me quedaba más que hacer, que fijarla con costura… y así lo hice sin dificultad alguna, puesto que yo era Ginecólogo (ahora en retiro forzado) y lo bien aprendido no se olvida… y la suturé con elegancia… ¡Presteza!
Pero con el uso diario, la traviesa y fugitiva sombra se llenó de polvo y suciedad, se arrugó y sin querer queriendo, la pisé…
Craso error… la sombra suturada a mis pies, empezó a dar sombras pequeñas, chicas, verdaderas “sombritas”, me atreví a calificarlas así, ante mi asombro inesperado.
¿Y por qué estoy pidiendo ayuda para encontrar a mi primigenia sombra?
La razón es, queridos contertulios, que las “sombritas” no me cubren lo suficiente y ya no soporto tanto calor por la incompetencia de esas sombras hijas.
Quizá si descosturo a mi sombra original, la recuperaré tal y como lo fue antes.
O si huye como lo quería, ¡yo no tendría sombra…!
Y ¿qué sería de mí?
Me diluiría como el viento… o simplemente continuaría mi camino hacia el final, pero ahora sin sombra que dejar.