FE Y GRATITUD DESBORDAN EN LA CELEBRACIÓN A SAN JUDAS TADEO
Entre oraciones, flores y promesas, cientos de fieles se congregaron para rendir homenaje a San Judas Tadeo, patrono de las causas difíciles y desesperadas. En una misa llena de emoción y esperanza, el sacerdote recordó que el verdadero milagro del apóstol no está solo en los favores concedidos, sino en el ejemplo de fe y entrega que dejó. “San Judas Tadeo puso a Cristo en su corazón, por eso en su imagen lleva una medalla en el pecho, no una moneda —dijo el celebrante—. Es un recordatorio de que su riqueza no fue el dinero, sino la fe que lo mantuvo firme hasta dar la vida por el Evangelio”.
Durante la homilía se enfatizó que el amor auténtico nace cuando Jesús ocupa el centro de la vida. El sacerdote llamó a los fieles a reflexionar sobre su humanidad, aceptar sus defectos y temores, pero también reconocer la capacidad de perdonar y ayudar. “Amar al prójimo es lo más difícil —expresó—, porque el prójimo es el esposo, la esposa, los hijos, los compañeros de trabajo o incluso quienes nos hacen daño. Y sin embargo, Jesús nos pide que los amemos”, compartió ante una multitud llena de fe y gratitud.

