EXPEDIENTE | OBSESIONADA LAYDA POR CERRAR TRIBUNA
“Mala y llorona, ella sí se da el lujo de ofender a quien se le dé la gana…”; “Lo que siembras algún día lo cosecharás y ahora lo estas cosechando…”; “avientas la piedra y escondes la mano, tú y Marcela son las peores que nos dieron en la madre…”, son solamente algunas expresiones ciudadanas ante la obsesión de la gobernadora Layda Sansores por cerrar TRIBUNA y por encarcelar al abogado y periodista Jorge Luis González Valdez.
Hay otras opiniones, algunas de las cuales por su crudeza hemos resumido: “¿Porqué no demandas a Trump por ponerte en la lista de relación con el narco?”; “Habla de odio y ¿qué le tiene a los policías que usted despidió? ¿Les tiene amor? Claro que no, les tiene odio, porque hasta ahorita no los ha liquidado…”; “!Layda Sansores es la que incita al odio, la confrontación, ira y diatriba! ¡Es intolerante a la crítica!…”.
Son cientos de ciudadanos los que han manifestado su repudio a la obsesión represora de la señora Sansores San Román, quien una vez más incurre en abuso de poder, al manipular a los jueces estatales para que proceda su demanda por “incitación al odio” en contra de TRIBUNA y del abogado Jorge Luis González Valdez.
Confunde la senecta mandataria el ejercicio de la libertad de expresión y de la crítica periodística con el supuesto delito de “incitación al odio”, olvidando —no por amnesia sino por mañosa—, que ella recurrió en esa práctica durante sus años como “luchadora social”, para vilipendiar a sus adversarios políticos, escudándose en el fuero legislativo que durante décadas usufructuó.
Ahora mismo, en el ejercicio de su cargo, y desde su trono de injurias, calumnias y difamaciones, todos los martes emprende sus campañas de denostación y odio contra sus adversarios políticos, especialmente contra TRIBUNA y una larga lista de periodistas.
Su obsesión por cerrar TRIBUNA y encarcelar al abogado y periodista Jorge Luis González Valdez la ha convertido en política de Estado, en estrategia gubernamental para ver si así, exenta de críticas y acallando a los medios independientes de información, puede consumar la farsa de su Gobierno que se ha basado en mentiras, engaños, simulaciones y nulos resultados.
Olvida Sansores San Román que el ejercicio de la libertad de expresión y el derecho a la crítica política se han transformado con el uso de las redes sociales, en una auténtica Hidra de Lerna, a la que su Gobierno represor le podrá cortar una cabeza, pero de inmediato saldrán otras más para suplir a la que fue cercenada, por lo que su nefasta y fallida Administración nunca va a dejar de cosechar el repudio que ha sembrado.
No ha podido demostrar Sansores San Román, que TRIBUNA incurre en los delitos de “incitación al odio y a la violencia” en su contra; se dice acosada e insultada “todos los días” al igual que a “muchas mujeres”, (aunque sólo menciona a una, que es Marcela), haciendo a un lado el hecho irrefutable de que los señalamientos en su contra se dan por los cargos que desempeñan, ella como gobernadora y la guanajuatense como secretaria de Protección y Seguridad Ciudadana.
En el momento que ambas presenten sus renuncias al cargo, o que, como el 80 por ciento de los campechanos desea, sean procesadas por las irregularidades, abusos y corruptelas en que han incurrido, desde ese momento dejaremos de cuestionarlas por su pésimo desempeño.
Acusa al abogado González Valdez de ser “misógino” y de “insultarla todos los días”, pero ¿qué pruebas aporta? Tiene evidencias irrefutables de que las publicaciones que dice que la ofenden fueron escritas realmente por quien ella señala como director de TRIBUNA, pese a que su jubilación ya lleva más de siete años?
Es obvio que no. Sansores San Román no tiene pruebas. Da palos de ciega y le pega a todo lo que se mueve para saciar su sed de venganza. Lo que antes era “un medio que soportó la persecución de los gobiernos represores”, ahora que enfrenta otra ola represora, pero de su Gobierno, es sólo “un pasquincito inmundo”, al que pretende aniquilar porque no ha dejado de publicarle sus verdades ni ha sucumbido a sus amenazas ni a sus intentos de chantaje.
Vale la pena reiterar que esta etapa del proceso está en el terreno controlado totalmente por la obsesiva Layda Sansores. A los jueces no les interesa ni aplicar la ley y mucho menos hacer justicia, sino solamente cumplirle el capricho a la gobernadora y aniquilar a uno de sus más importantes críticos. Se frota las manos con la idea de que, “al menos”, logrará encarcelar a uno de ellos como escarmiento a los demás, olvidando que aún vivimos en un Estado de Derecho y que en las instancias judiciales no le van a seguir el juego a sus locuras.
Intenta presentar este evidente acto de censura, acoso, hostigamiento, represión y ataques a la libertad de expresión, como exigencia de justicia, pero no le creen. Ni sus propios patiños, defensores de oficio y matraqueros a sueldo se tragan el cuento. Todos coinciden en que su enfermiza sed de venganza y sus acumulados resentimientos, rencores, complejos y traumas, es lo que ha conducido a su Gobierno al fracaso total. Pero, obsesiva y terca, sigue escarbando para abajo, para sepultarse más y más…