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EXPEDIENTE | ENCUESTITIS, LA MANIPULADA EPIDEMIA QUE VIENE

Luego de que la presidenta nacional de Morena, Luis María Alcalde Luján confirmara que las próximas candidaturas –gobernador, alcaldes, diputados locales y federales—se resolverán por la vía de las encuestas, todos los equipos de precampaña de los aspirantes se declararon en alerta permanente.

Nada dijo Alcalde Luján de los derroches y gastos anticipados con dinero público que ya realizan personajes como Elisa María Hernández Romero y Pablo Gutiérrez Lazarus. Tampoco se atrevió a cuestionar la descarada intromisión de la gobernadora Layda Sansores para tratar de inclinar la balanza a favor de su delfina.

Aunque de dientes para afuera los morenistas aseguran que no habrá decisiones cupulares, que no hay tapados y que tampoco resucitarán a las “corcholatas”, la verdad es que con sus recientes declaraciones abrió la puerta para que sea la gobernadora Sansores quien tome la decisión de quién será su sucesora. Y el nombre ya lo sabemos todos: Liz Hernández Romero.

Ella representa la continuidad que necesita Layda Elena para seguir mandando y retirarse en paz a disfrutar de lo que obtendrá estos seis años. La actual secretaria de Gobierno también garantiza que permanezcan quienes gozan del afecto de la mandataria, entre quienes sobresale la secretaria de Protección y Seguridad Ciudadana, Marcela Muñoz Martínez, a quien también se tratará de proteger con fuero federal para evitar posibles acciones legales en su contra, en caso de que Morena pierda la elección en Campeche.

Liz Hernández también garantiza que el sobrino Seso Loco continúe incrustado en el gabinete estatal con un papel protagónico. El compromiso velado es hacerlo secretario de Gobierno, para que desde esa posición se catapulte para llevar el apellido Sansores otra vez al cuarto piso del Palacio. Sí, aunque parezca ridículo, irrisorio y fantasioso, Gerardo Sánchez aspira a ser gobernador, y su tía le está abanicando ese sueño guajiro, el cual solo podrá cumplirse si Hernández Romero asume la gubernatura.

Los otros aspirantes —Pablo Gutiérrez, Aníbal Ostoa, Manuel Zavala, Rocío Abreu, etcétera— tienen claro que no habrá piso parejo en esta sucesión. Por eso sus rostros mostraron contrariedad por el anuncio maquiavélico de Alcalde Luján, de que las candidaturas se resolverán por la vía de las encuestas. Saben que Layda Sansores pagará los sondeos y que ella influirá en ellos para colocar a su predilecta en primer lugar.

Ya dispone Liz Hernández de recursos abundantes para ganarse popularidad, para incorporar a su equipo a todo tipo de personaje que pueda ayudarle a consumar su aspiración, y para cooptar a otros liderazgos de oposición a fin de sumarlos a su causa y que traicionen a otros aspirantes.

No será sin embargo una sucesión tersa. No hay garantía alguna de que la candidata que postule Morena vaya a ganar la elección. En el pueblo hay mucha inconformidad, molestia, hartazgo y repudio al pésimo Gobierno que está desempeñando Layda Sansores. Los ciudadanos saben que darle el voto al partido guinda representa un cheque en blanco para su continuidad, su impunidad y el mantenimiento de sus políticas que no han dado resultados y que solo han propiciado que se incremente el rezago.

Los campechanos saben que votar otra vez por Morena sería tanto como condenar a Campeche a otros seis años de retroceso, decrecimiento, desempleo, rezago, inseguridad, corrupción e impunidad. Sería avalar la inmensurable corrupción que impera en el gabinete estatal y en el equipo cercano a la gobernadora Sansores, que han ejercido presupuestos históricos que no se ven invertidos en ningún lado.

Y de esta situación están enterados los que aspiran a la candidatura morenista. Por eso Aníbal Ostoa, Rocío Abreu y Manuel Zavala han tratado de deslindarse de la gobernadora y aunque sus posibilidades de obtener la postulación son menores, tratan de moverse de manera independiente. Saben que solo una decisión cupular los llevaría al cargo al que aspiran.

Por lo pronto hay que reiterar el llamado a los campechanos para que estén atentos a las próximas encuestas, haciendo sentir su malestar, inconformidad y repudio al Gobierno de la señora Sansores, y anticipando que no le van a dar otro cheque en blanco para que siga saqueando la entidad junto con su camorra de forajidos foráneos.

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