REPRESIÓN CONTRA EL PERIODISMO EN CAMPECHE
En una nueva demostración de su cinismo, doble cara, ineptitud y proclividad a buscar excusas para esconder su ineficiencia, la secretaria de Protección y Seguridad Ciudadana, la guanajuatense Marcela Muñoz Martínez, volvió a quejarse de que “los medios de comunicación acosan a la policía”.
“Nos acusan sin pruebas, no se dan cuenta que con eso también dañan a sus familias” lamentó la inepta comandanta policiaca de estrellas inventadas durante el pasado Martes del Jaguar, en un gravísimo ataque de amnesia total, que le hizo olvidar cómo ella dañó a más de 250 policías y a sus familias, al ordenar su despido, y en algunos casos que sean procesados judicialmente, solo por haber levantado la voz para defender sus derechos y exigir solución a las deficiencias que inundan a esa corporación policiaca.
Cinismo total exhibe la inepta guanajuatense al pensar en las familias de los elementos que le son leales y serviles, sin recordar que fueron 250 familias las que se quedaron sin sustento porque ella despidió a sus padres o madres.
Ella no pensó en las familias de los casi 300 agentes que fueron enviados a un operativo en el penal de San Francisco Kobén, a mediados de marzo de 2024, sin los equipos e implementos necesarios para defenderse, sin información suficiente para saber a qué iban, y sin un protocolo debidamente planeado para que la misión fuera exitosa.
En lugar de eso, envió a esos elementos y a por lo menos 50 “mujeres valientes” a una auténtica cueva del lobo, “nos envió al matadero” declararon las afectadas, pero jamás a Marcela se le ocurrió pensar en las familias de estos nobles policías que acudieron a cumplir con su deber, que lograron el objetivo por el que fueron enviados, pero que en el camino fueron golpeados y en el caso de varias mujeres, abusadas sexualmente.
Lo peor es que cuando esos valientes policías –hombres y mujeres—protestaron por la negligencia de sus superiores, por su irresponsable actuación, ya que los pusieron en peligro de muerte, y demandaron el cese de esos mandos policiacos, la respuesta que obtuvieron de Marcela y de la gobernadora fue el cese, el despido y la persecución judicial en algunos casos.
No, no es incongruencia que ahora la inepta y corrupta Marcela Muñoz reclame “respeto” a la labor de los elementos y denuncie “acoso de los medios a su labor”, porque según ella, son exhibidos sin pruebas, lo que los afecta en su labor y daña también a sus familias. Es cinismo total.
Lo que no dice la cínica y desvergonzada titular de la SPSC es que esas denuncias que se han presentado contra sus elementos, “ese acoso de los medios” de que se queja, en realidad han sido evidencias irrefutables de los abusos en que incurren varios agentes, protegidos por la impunidad que les da saber que le han sido leales a Marcela y con ello ya tienen patente de corso.
O es que fue un invento de los medios el escandaloso caso del “policía sanchador” que amenazó con su arma de cargo al esposo de la mujer con quien estaba en sus horas de trabajo? ¿O son falsas las imágenes donde se ve a una de las policías cachetear de ida y vuelta a una mujer que —alcoholizada o no— ya era trasladada a los separos y además se encontraba esposada?
¿No son reales las imágenes que se viralizaron en las redes sociales donde dos elementos de la policía agredieron a golpes con puño y cascos a una joven, lo que la tiene al borde de la muerte?
¿Tampoco fue abusiva la brutal detención del licenciado Jorge Luis González Valdez? El video habla por si mismo del maltrato que padeció pese a ser una persona de la tercera edad, tumbado en el suelo, inmovilizado inhumanamente, esposado toscamente y maltratado para subirlo a la patrulla, como si fuera un delincuente.
Y como éstos, abundan los ejemplos de la ineptitud policiaca y de los abusos en que incurren porque se saben protegidos por su jefa. Por eso es que cuando la negligente e incompetente Marcela se queja del “acoso de los medios”, en realidad está exigiendo más impunidad.
Quiere que los campechanos “nos acostumbremos” (como en alguna ocasión pidió) a esos abusos policiacos. Quiere que sufran nuestras familias, no la de ella y las de sus agentes abusadores. Que se lo pida a su mamá, o a su suegra, como bien recomienda su jefa, la gobernadora.