Expediente

EXPEDIENTE | BANDAZOS EN TRANSPORTE Y SU COSTO POLÍTICO

¿Qué hace la gobernadora encuestando de manera personal en los paraderos a los usuarios del transporte urbano de la capital? ¿Qué necesidad tiene la mandataria de hacer el trabajo que con tanto tiempo de antelación debieron de efectuar sus subalternos y “expertos”?

Sin duda que hay diversas respuestas a esta interrogante y quizá la más común sea decir que “está bien”, que es correcto que de manera personal corrobore la forma como está funcionando el nuevo sistema de transporte Ko’ox. Y podríamos coincidir en la respuesta si no fuera porque estos baños de pueblo habrían sido innecesarios si de verdad se hubieran planificado y ejecutado bien las cosas.

Ahora bien ¿por qué no estuvo presente el director de la Agencia Reguladora del Transporte de Campeche (Artec) Eduardo Zubieta Marco, durante el programa Martes del Jaguar en que se anunció la eliminación del transbordo en las rutas de Jardines, Polvorín–Paso de las Águilas y Leovigildo Gómez–Solidaridad Urbana? ¿Fue acaso una señal de rebeldía personal porque él aseguró unos días antes que no habría ajustes?

Una desobediencia de ese tamaño debería haber sido causa suficiente para ordenar el cese del funcionario, quien se atrevió a contradecir públicamente a su jefa, al aferrarse a su capricho de que las rutas, los paraderos y los transbordos se mantendrán pese a la protesta ciudadana. ¿Qué lo llevó a desafiar una orden de la gobernadora? ¿Tan grande es su soberbia, o tan poderosos son sus padrinos que le permiten estos berrinches y pataleos de niño mimado?

El desenlace de este desencuentro ya lo vimos todos: la gobernadora anunció en su programa la eliminación de los transbordos ya citados (por cierto con un error garrafal que ilustra su ignorancia y su desconocimiento de ubicación de las colonias y barrios de la ciudad, ya que no existe la ruta Leovigildo Gómez-Solidaridad Nacional, sino la Leovigildo Gómez-Solidaridad Urbana) y la promesa de que se harán más ajustes, y que no se cobrará aún la tarifa, hasta que el servicio funcione en su totalidad.

Parece ser que primera vez en su Gobierno, la señora Sansores escuchará el clamor ciudadano. Y quizá no se debió a sus sondeos personales en los paraderos, en donde por cierto abundaron las mentadas pero éstas fueron eliminadas del video que presentaron el martes, sino porque los colonos decidieron tomar medidas drásticas e iniciaron el secuestro de unidades del Ko’ox en los tramos conflictivos a los que les urgían los ajustes. Lerma y Leovigildo Gómez, por ejemplo.

Tuvo que ver también la advertencia de que la pésima planeación del sistema de transporte Ko’ox sería una de las banderas de la marcha convocada por la Generación Z para este sábado. Despojó a la ciudadanía de un motivo de protesta, pero no para mejorar la movilidad urbana, sino para intentar reducir la afluencia a esa manifestación.

Y es que en el fondo, esta es la verdadera razón por la que el Gobierno ha empezado a escuchar al pueblo. Saben que se han acumulado demasiadas razones para concitar al voto en contra de Morena en los comicios venideros, y que necesitan empezar a aplicar medidas de emergencia… como finalmente escuchar al pueblo.

Fracasaron en su intento de culpar a Movimiento Ciudadano y a Alito del secuestro de autobuses y de la inconformidad popular por la pésima planeación del sistema Ko’ox y ahora quieren aparentar que tratarán de hacer mejor las cosas. El problema es que los campechanos ya saben que Layda Sansores miente recurrentemente, por lo que la inconformidad popular ha crecido a muy altos niveles, ha penetrado en lo más profundo de la sociedad, y hoy ha quedado poco margen para que puedan recuperar sus espacios.

Porque no solo se trata del pésimo funcionamiento del sistema Ko’ox y las graves afectaciones que causan a los usuarios. En los cuatro años y dos meses del Gobierno laydista ha habido agresiones frecuentes contra los intereses del ciudadano.

Por ejemplo, los retenes anticonstitucionales para despojarlos de sus motos y automóviles por cualquier pretexto; los frecuentes abusos de los policías leales a Marcela Muñoz; la represión y cese injustificado de los elementos que se opusieron a los abusos de la guanajuatense, los insultos a las mujeres indígenas, a las suegras y a las mamás de los policías inconformes, la política de censura y persecución contra los medios de comunicación independientes, contra los líderes opositores y contra los ciudadanos que se manifiestan libremente.

Aparte se anotan el encubrimiento a los múltiples casos de corrupción que hay en su Gobierno, la impunidad con que ha revestido a su sobrina política América Azar Pérez, el solapar la monumental ineptitud de Marcela Muñoz, el abuso de los poderes Judicial y Legislativo para consumar sus venganzas personales, etcétera.

Han sido cuatro años de desgobierno que han alejado a Layda Sansores del afecto popular, por lo que su intento de recomponer las cosas parece ficticio, simulado y amañado, que solo busca engañar al pueblo para después volver a traicionarlo.

Y hay que escuchar las advertencias de los actores políticos sobre el golpe económico que dará el Gobierno laydista cuando a partir de enero, junto con los nuevos impuestos y el incremento a otros servicios, también se pongan en marcha las elevadas tarifas del transporte urbano. Les urge recuperar el dinero invertido y los que tendrán que pagar, como siempre, son los usuarios, es decir, el pueblo noble y sabio. Al tiempo.

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