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EXPEDIENTE | ABSTENCIONISMO, EL SELLO DE UNA ELECCIÓN FALLIDA

Ante la inocultable pero anticipada apatía ciudadana, que le va dar la espalda a las urnas este domingo, pues no van a avalar la farsa de una innecesaria y costosísima “elección judicial”, el Gobierno morenista —el Federal, los estatales y los municipales— ya pusieron en marcha su “manual de mapacherías”, para evitar que se difundan a nivel internacional, imágenes de casillas vacías.

Aunque las encuestas patrocinadas con dinero público, anticipan una afluencia de entre el 20 y el 23 por ciento del padrón electoral (lo que hablaría de que entre 20 y 23 millones de mexicanos habrían salido a votar), la verdad es que esta farsa electoral no engaña a nadie más que a ellos mismos, es decir, a sus promotores.

Y en el remoto caso de que se cumplan esos pronósticos, el que sólo dos de cada 10 votantes acuda a emitir su sufragio por ministros, magistrados y jueces, quienes resulten electos por esa vía carecerán de legitimidad y autoridad moral para el ejercicio de su cargo. Serán simplemente productos de una farsa que tiene como objetivo central la acumulación de todo el poder público en una sola persona.

Vale la pena reproducir parte de lo expresado sobre este proceso judicial por don Armando Fuentes Aguirre, el genial Catón: “Tan confuso es el proceso, y tan errático, que sus mismos organizadores se han visto en la cómica necesidad de proporcionar a los votantes esos risibles adminículos a los que se ha dado el nombre de “acordeones”, a fin de instruirlos sobre cómo —y por quién— votar. En lo que llevo de vida, y mucho llevo ya, no recuerdo otra farsa igual a ésta, tan mentirosa, tan tendenciosa, tan dañosa. Estamos asistiendo a la muerte de la justicia, pero también a la muerte de la democracia y, dicho sea sin hipérbole ni melodrama, a la muerte de la nación misma”.

Concluye su extensa alocución: “Los ciudadanos no contarán los votos, y el mal régimen nacional que padecemos maquillará las cifras para fingir que el pueblo participó en este proceso, ridículo si no fuera trágico. No puedo convalidar con mi asistencia a las urnas esta mayúscula farsa, esta indignidad”.

Y como Catón, millones de mexicanos, más del 90 por ciento del padrón electoral, de poco más de 100 millones de votantes, no convalidarán esta farsa. Algunos quizá lo hagan como parte de su trabajo, sea porque laboran para algún Gobierno morenista, y les exigirán mañana que muestren el dedo pulgar con la tinta indeleble, o porque son beneficiarios de los programas sociales y serán acarreados con la amenaza de que si no votan perderán sus becas, o porque son militantes de Morena y tienen que convalidar este circo.

Pero lo que prevalece es la apatía ciudadana. Nadie cree en esta fantasiosa elección que no nos va dar mejores jueces, ni juzgadores “más” independientes, sino a políticos al servicio de Morena, que le van a dar a la presidenta Claudia Sheinbaum el control total del Poder Judicial. Habrá también juzgadores que, patrocinados por intereses particulares, algunos muy tenebrosos, se convertirán en los gendarmes de esos intereses que los patrocinaron. Pero la ciudadanía no tendrá garantía de nada.

De acuerdo con la información difundida sobre este proceso, este domingo se “elegirá” a nueve ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, cuatro de ellos para un periodo de ocho años —inician el 1 de septiembre de 2025 y terminan el 31 de agosto de 2033—, y los cinco restantes para un periodo de once años a concluir el 31 de agosto de 2036.

También, cinco magistrados del Tribunal de Disciplina Judicial electos por única ocasión tres de ellos para un periodo de cinco años y los dos restantes para uno de ocho años. Dos magistrados de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación electos por única ocasión para un periodo de ocho años sin posibilidad de reelección.

Tres magistrados de la Tercera Sala Regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación correspondientes a la Primera Circunscripción electoral, electos por única ocasión para un periodo de ocho años sin posibilidad de reelección, cuatro magistrados de Circuito correspondientes al 31 Circuito Judicial con sede en el Estado de Campeche, electos por única ocasión para un periodo de ocho años con posibilidad de reelección y cinco jueces de Distrito correspondientes al 31 Circuito Judicial con sede en el Estado de Campeche, electos por única ocasión para un periodo de ocho años con posibilidad de reelección.

Salvo los que aspiran a ser ministros de la Corte, del resto de los aspirantes poco o nada se sabe. Tuvieron campañas desastrosas, desordenadas, desorganizadas y de escasa difusión, por lo que los electores irán a votar a ciegas, la mayoría con 500 pesos en la mano, y el “acordeón” para no errarle.

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