OpiniónExpediente

Expediente: 10 de septiembre de 2023

LAYDA SANSORES, OTRO RIDÍCULO NACIONAL

Layda Sansores

Los peores resultados del “agarrón de multimillonarios” que se dieron en redes sociales Layda Elena Sansores San Román y el empresario Ricardo Salinas Pliego, fueron sin duda para la mandataria de Campeche, que una vez más sintió el rigor del repudio popular. Sin maquillajes, sin escenografía, sin bots pagados, sin burócratas estatales obligados a aplaudirle, observó cruelmente su destino.

Recluida en esa burbuja de fantasías y aplausos falsos en que la tienen sus “asesores” y su drogadicto rehabilitado sobrino Seso Loco, Gerardo Sánchez Sansores, la gobernadora parece empecinada en sepultar la poca reputación que le queda —si le queda, claro—, en lugar de concentrarse en trabajar por el bien y el desarrollo del Estado.
Bien dice el refrán que “chango viejo no aprende maroma nueva”, y para desgracia de los campechanos, ese es el destino que nos acompañará en los próximos cuatro años, por lo que ya no podemos esperar un cambio de rumbo, ni que Sansores San Román se olvide de sus protagonismos ridículos, circenses, serviciales, domésticos y empiece a trabajar por lo que fue contratada.
En infinidad de ocasiones le hemos mostrado en este espacio la realidad que le pintan las encuestas. Es de las gobernadoras peor calificadas del país, de las más deshonestas, de la que menos confía la gente, la que menos resultados positivos ha arrojado, la que menos ha generado inversiones y empleos.
Y lo hemos afirmado aquí con datos no de nuestra imaginación, sino con estudios de encuestadoras serias y cifras lo mismo del Inegi que del Coneval, o del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Layda es la que peores resultados aporta al pueblo que dice gobernar.
Por ello no debería ser aconsejable para ella que se ponga los guantes y se suba al ring a pelear en redes sociales. Los saldos siempre le serán desfavorables, y lo que sucedió en esta ocasión, en su pugilato con el empresario Ricardo Salinas Pliego, confirma nuestra apreciación.
“Ya tengo más rating que tus noticieros”, le escribió Layda Sansores en sus redes sociales al empresario Salinas Pliego —dueño de TV Azteca, Elektra y otras empresas— en franco reto, y sin preocuparse por checar la veracidad de sus dichos.
Si comparamos la cantidad de seguidores que tiene Layda en Twitter (ahora X) que son 285 mil 256, contra el millón 620 mil de Salinas Pliego, veremos la desproporción que hay entre una y otro, y creemos aquí que es la misma distancia de la realidad que le pintan a la gobernadora.
Y en la red social Facebook también tiene desventaja la gobernadora pelirroja, pues suma 799 mil seguidores, contra los 968 mil del propietario de TV Azteca. Y esto, sin contar que más de la mitad de los que siguen a la mandataria campechana son bots o perfiles falsos, contratados para “elevar” su popularidad, lo que le ha salido, por cierto, contraproducente. Hasta en eso ha fracasado su mantenido sobrino consentido.
Lo cierto es que exponerse a la crítica pública en las redes sociales no ha sido benéfica para la gobernadora. Siempre sale maltrecha, despedazada, destrozada, ridiculizada.
No sólo le recuerdan su pasado de traiciones, las torpezas en que ha incurrido, la falta de resultados en su Gobierno, su deshonestidad y la de su familia, etcétera, sino que da pie a que se difundan memes de todo tipo, en que la figura de la mandataria ha sido ridiculizada hasta el extremo, lo que no deja de dar pena, vergüenza, y en ocasiones hasta lástima entre la colectividad campechana.
Y no es que Salinas Pliego sea un dechado de virtudes. Por el contrario. Tiene mucha cola que le pisen, pero habrá que admitir que ha sido más hábil que la mandataria campechana para saber sortear los embates, y convertir sus debilidades en fortalezas, algo que Layda Elena ya jamás aprenderá.
El desenlace de esta historia no puede ser más previsible. Una gobernadora entretenida en disputas estériles, en pleitos ajenos a lo que Campeche necesita, y con la impunidad de saber que, aunque haya sido ella quien tiró la primera pedrada con estiércol, siempre tendrá la oportunidad de asumir el papel de víctima.
Por eso, que nadie se sorprenda si en su próximo show de los martes nos sale con la noticia de que ya demandó al empresario Salinas Pliego por violencia política de género, por delitos de odio, más los que salten de los minusválidos cerebros de sus asesores legales.
Así se las gasta nuestra gobernadora. Mala y llorona, pésima perdedora, berrinchuda como toda niña fifí, criada entre pañales de seda adquiridos con el dinero que su papa le robó a los campechanos, y con una esquizofrenia en grado terminal que no le permite ver la realidad, sino las fantasías y francas mentiras que le pintan sus tocados sobrinos, asesores y lambiscones a sueldo.

OTRA MENTIRA DE CHABELA

Isabel Espinosa

Es práctica común de los gobiernos emanados de Movimiento Regeneración Nacional achacar culpas de sus deficiencias, insuficiencias, ineficiencias, errores y fracasos a las administraciones que los antecedieron en los puestos de mando. Mienten y usan excusas para exonerar su inutilidad.

Lo escuchamos hace unos días de labios de la secretaria de Desarrollo Territorial, Urbano y Obras Públicas (Sedetuop), Isabel del Carmen Espinosa Segura. Se refirió a caminos y carreteras, que aceptó, permanecen con ‘daño significativo’, pero que si se reparan, adujo la erudita de pantalones largos, eficientarán las comunicaciones entre las comunidades.
La mentirosa secretaria justificó que la deficiente infraestructura de caminos y carreteras no es responsabilidad de esta Administración, sino consecuencia del abandono en que la dejaron las administraciones estatales pasadas, que no le dieron mantenimiento, y por lo tanto está destruida. Entonces ¿está destruida o tiene daño significativo? ¿Se le cruzaron los cables? ¿Fumó el porro del Seso Loco?
Miente Chabela en su prisa de ocultar que el tránsito de la maquinaria pesada y camiones de volteo que trabajan en el Tren Maya, han destrozado las carreteras y los caminos rurales, a grado tal que han ocasionado varios accidentes vehiculares.
Quienes transitan por esas vías deben ser prudentes en velocidad y cuidado de sus unidades, para evitar percances, que pudieran resultar fatales, porque no se avizora remedio en el corto plazo, si se toma en consideración que Espinosa Segura, muy segura señala que desarrolla un gran esfuerzo para repararlas, aunque trabaja de acuerdo con el presupuesto que tiene.
Pos sí. No es entendible presumir gastar lo que no se tiene. Con nada no se hace nada. Y con poco, muy poco. Cuestión de lógica económica, política y matemáticas. Pero bueno… ¿cree Chabela Espinosa que los campechanos de los trece Municipios no se percatan del daño que ocasionan a diario volquetes y máquinas del Tren Maya a las carpetas asfálticas de caminos y carreteras?
Ya pasaron las elecciones, está de más hablar mal de los que se fueron, cuando los que llegaron resultaron peores en todos los sentidos, y no hay mejor ejemplo que Espinosa Segura, que no tiene vergüenza en decir que carece de dinero para reparar las carreteras, porque utilizó el dinero para tapar los baches de la capital. ¿Pues cual es su área de competencia?
Está de más preguntar qué empresas trabajan en los pequeños tramos que licita Chabela con su limitado presupuesto, del cual no dejan de exigir un moche del 30%, según confirman los constructores. El cinismo, la desvergüenza y la mentira son características del sexenio laydista, y esta secretaria las ha aprendido a la perfección.
En su comparecencia ante el Congreso del Estado, la funcionaria se quejó de que la ciudad estaba llena de hoyancos, y que por ello ejecutaron 267 mil 397 metros de bacheo de calles con material resistente al tráfico y el agua, donde gastaron cinco millones 785 mil pesos y auxiliaron a 32 colonias… ¿Y por qué no le dejó esa tarea al Ayuntamiento?
Porque la sinvergüenza secretaria politizó el uso de esos recursos y hasta pintaba huellas de gato a cada bache rellenado con asfalto barato y de mala calidad, para que la gente reconozca quien fue la gata que los reparó. ¿Pues no que gobernarían para todos sin distingos de colores?
Hoy, tras unas semanas de lluvias, el trabajo que Espinosa Segura asegura que desarrolló, no se ve. Todas las colonias —sí, todas incluyendo las 32 que menciona— presentan hoyancos y baches porque utilizó materiales de pésima calidad.
Muchas calles y avenidas tienen meses que presentan condiciones desastrosas y no se ve a Chabela trabajando en solucionar nada. ¿Es porque tiene limitado el presupuesto o la capacidad? Que sepa que la sociedad opina que hubo desvíos, pues no se ve ninguna obra, hasta las huellas felinas se borraron, porque usaron pintura barata. Hasta eso hizo mal la empantalonada secretaria.

EFEMÉRIDE: DOS AÑOS DE FRACASOS

Gerardo Sánchez

El próximo viernes 15 de septiembre se ajustarán los primeros dos años que Layda Elena Sansores San Román asumió la gubernatura de Campeche, con la promesa de acabar con la corrupción, “y darle lo mejor” a los pobres. Y ha fracasado. Los resultados son inapelables. La sociedad resiente el mal gobierno. No es redundante insistir en este espacio que nada de lo que prometió en campaña ha cumplido.

No sólo no ha sancionado a ningún corrupto, a pesar de que ha intentado armar expedientes a modo para encarcelar a sus adversarios políticos, sino que en su Gobierno se han multiplicado los casos de corrupción, los cuales ha solapado y encubierto, tal y como hacían los gobiernos del pasado que tanto se ufana en criticar.
Como todo fenómeno social, el ajustar dos años del “cambio verdadero” que ofreció la ahora mandataria, puede analizarse desde un ángulo positivo, y también desde el negativo. En un primer término diremos que lo bueno de todo esto es que ya falta menos para que acabe su período. Dos años equivalen a una tercera parte, y eso es muy positivo para quienes se han decepcionado de su Administración.
Ya falta menos, insistimos.
Del lado negativo, habrá que admitir que si bien hay muchísimo qué decir, pudiéramos resumirlo en unas cuantas frases: no hay resultados por ningún lado. Prevalecen retrocesos en casi todas las áreas (salud, seguridad, creación de empleos, atracción de inversiones, crecimiento de la economía, etcétera) y que los males sociales como la corrupción y la impunidad se han recrudecido en este primer trecho de la administración sansorista.
Que hay saqueo, lo evidencia la falta de claridad en el ejercicio del gasto público. Nadie ha informado en qué han sido erogados los casi 52 mil millones de pesos que maneja como presupuesto el Gobierno sansorista al 31 de diciembre de este año.
Nos saturan con spots donde presumen obras e inversiones del Gobierno Federal, pero no nos dicen qué hacen con el dinero que maneja la Secretaría de Finanzas y Administración del Gobierno del Estado, lo que da pauta a que la opinión pública, siempre tan mal pensada, considere como verídico lo que vierte la rumorología popular. Que ese dinero se ha desviado hacia las campañas morenistas, sobre todo para la de Claudia Sheinbaum Pardo, y que también se han utilizado recursos estatales, para apuntalar las obras del Tren Maya.
En cualquiera de esas dos hipótesis, hay que advertir que el Gobierno sansorista ha incurrido en ilegalidades administrativas, en desvío de recursos públicos, y en muchos casos, en peculado.
Citemos como otro ejemplo el caso del Seso Loco, Gerardo Sánchez Sansores, a quien vemos todos los fines de semana en colonias populares repartiendo despensas, medicinas, enseres domésticos y hasta dinero en efectivo. ¿De dónde obtiene el sobrino de la gobernadora el dinero para sus actos de caridad o de abierto proselitismo?
Si dice su tía la gobernadora que es un “buen muchacho”, ¿entonces porque hasta hace un año no se le veía recorriendo colonias populares abrazado de los líderes de esos suburbios —expriístas todos— y repartiendo dinero a manos llenas? ¿Quién podrá informarnos de la fuente de ese dinero que derrocha el Seso Loco?
A eso obedece que tampoco haya transparencia en esta Administración, y que la institución encargada de garantizar el acceso del ciudadano a la información pública —la Cotaipec— se haya convertido en instancia especializada en rebotar todas las solicitudes que plantean los ciudadanos a los entes públicos estatales. Cualquier justificación es buena para no proporcionar el dato solicitado.
Sin embargo, cuando la instancia que se niega a aportar la información solicitada es un ente público municipal, la pesa y la medida de la Cotaipec adquieren otras dimensiones. Es entonces cuando “descubren” que se viola un derecho ciudadano, y cuando deciden sancionar con todo rigor a los incumplidores.
Para eso pusieron en esa instancia al bolonchenero Néstor Cervera Cámara, y para eso sobornaron a varios diputados, para que ajustara la cantidad de votos que respaldaran la imposición. Como impusieron igualmente a Loreto Verdejo Villacís como titular de la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción del Estado, instancia que sólo atiende las denuncias contra los adversarios políticos de la gobernadora Sansores, pero que envía a la congeladora los casos contra los corruptos de la casa.
Y esa es otra de las características de este desgobierno sansorista. La prostitución de las instancias encargadas para atender al ciudadano. Desde la Fiscalía General hasta la especializada en combate a la corrupción, la Cotaipec, la Auditoría Superior del Estado y los juzgados del Tribunal Superior de Justicia, que se han convertido en los instrumentos para instaurar y fortalecer la tiranía de la gobernadora Layda Elena Sansores San Román.
No esperemos que Sansores San Román informe realmente de lo que pasa en Campeche, a dos años de su llegada. Es más, seguramente que pasará por alto la fecha, porque no le gusta estar aquí, está desesperada por regresarse a la capital del país, como hace cada fin de semana.
La historia que está escribiendo con sus colaboradores foráneos y desarraigados, es que llegaron como piratas a llevarse las riquezas de los campechanos, y a causar más daños y saqueos que el Olonés, Lorencillo, el Pirata Morgan, Carlos Sansores Pérez, o cualquiera de los peores filibusteros de la historia de nuestro querido Campeche.

ALZAN LA VOZ LOS JOVENES

¿Cuánta razón asiste a los jóvenes cuando se expresan sin ataduras, restricciones, miedos y atajos? Toda, o casi. Son el futuro de la entidad y el país, indudablemente, y su comprensión y expresión de las problemáticas que exponen deben ser tomadas seriamente en cuenta.

A los diputados —al fin políticos—, que debieran ser las correas de transmisión de las inquietudes juveniles con las diferentes instancias del Gobierno, corresponde atender sus exposiciones y críticas del devenir histórico que se vive y canalizarlas al órgano correspondiente. ¿Pero, procederán así?
Sonaron claras y contundentes las palabras de los expositores en el Parlamento de la Juventud Campechana 2023, celebrado en el Congreso del Estado, que se quejaron de la falta de infraestructura y servicios, escasez de medicinas y conminaron a los diputados a dejar de utilizar la tribuna para pelear. ¿Tienen o no razón? ¿Cuáles han sido sus aportaciones? En suma, les demandaron que se dejen de hacer pendejos. ¿Quedó claro?
Campeche ya no es lugar seguro, “como presume una persona de tono de cabello algo peculiar —¿qué tan peculiar, colorido, singular, sui géneris u original? No lo aclaró, pero tampoco hace falta—, que quizá se confundió con la Delegación Álvaro Obregón”. La referencia es inaudita, inocultable, específica, dirigida. Tiene toda la razón y merece atención su reclamo fundamentado sobre estadísticas. No importa el cambio de pintura, se requiere el cambio de ideas.
Fue Joseph Nathaniel Ramírez Téllez quien levantó la voz para criticar la ineficiencia en seguridad. Seguro, decidido, reflexivo, el joven resaltó el crecimiento de la inseguridad, no por un partido o persona, sino porque los ciudadanos no han aprendido a exigirle a los gobernantes. Ergo los diputados, con mayor exigencia a los que son mayoría.
Presumir estadísticas a modo es fácil, cuando se vive desde el privilegio. ¿A quién o concretamente a quiénes se refirió? No es necesario aclararlo. Se conoce a la regordeta destinataria. Además de la falta de seguridad y apoyos a los jóvenes y beneficiar a quienes ni estudian ni trabajan, acusó miles de muertes por carencia de documentos y escándalos de corrupción. Y habrá que repetir con él, ¿la voz del pueblo es la que legisla?
Las problemáticas planteadas se concretan en deficientes e intransitables tramos carreteros, calles encharcadas y enlodadas y cargadas de agua, que impiden el tránsito libre, el menosprecio a la importancia de la cultura maya y el clima de polarización social.
Una seria llamada de atención de nuestros jóvenes a la clase política que está encaramada en el poder, sin atender los reclamos de la ciudadanía, y más preocupada en su futuro ante las próximas elecciones, que en buscar el desarrollo de la sociedad a la que deben servir, para mejorar los niveles de vida, que en Campeche comparativamente con el país, están dentro de la definición de precariedad. Con el 45 por ciento de los campechanos entre los límites de la pobreza y la pobreza extrema, de acuerdo con las estadísticas de la Coneval.
Excelente papel y oportunidad en quejas y denuncias. Los organizadores merecen el reconocimiento, porque no intervinieron en direccionar la conducta y las expresiones de los expositores. Al menos esa es la impresión que dejaron varios oradores. Así se debe proceder siempre. Es la mejor manera de conocer al segmento poblacional de que se trate. Y así debe seguir.

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