DE URUAPAN A CAMPECHE, UNA LLAMADA DE ATENCIÓN QUE NO PODEMOS IGNORAR: ESTAMOS UNIDOS CAMPECHANOS
Lo que sucedió en Uruapan, Michoacán, con la ejecución del presidente municipal Carlos Manzo, no es un hecho aislado. Es un grito de alarma que resuena en todo México, un recordatorio brutal de que la violencia, la impunidad y la descomposición del poder público están alcanzando niveles insostenibles.
Pero esta tragedia también debe servirnos como llamada de atención en Campeche. Aquí, la violencia no siempre se manifiesta con balas, pero sí con abuso de autoridad, corrupción y persecución política. Mientras en otros estados los ciudadanos temen al crimen organizado, en Campeche muchos temen a las propias autoridades.
Las denuncias son cada vez más frecuentes: extorsiones, multas injustificadas, infracciones sin motivo, todo para engrosar los bolsillos del poder. Es sabido que bajo la dirección de Marcela Muñoz, la policía estatal se ha convertido más en un instrumento de presión que en un cuerpo de protección.
A esto se suma el actuar de la Fiscalía General del Estado, bajo el mando de Jakson Villacis, que ha dejado de servir a la justicia para servir al poder político. Y todo bajo las órdenes de la gobernadora Layda Sansores, quien en lugar de garantizar libertades, ha emprendido una persecución contra periodistas, opositores y cualquier ciudadano que se atreva a señalar los abusos del gobierno morenista.
Hoy Campeche vive una persecución política y jurídica disfrazada de “transformación”. Quien piense diferente, quien critique, quien alce la voz, es señalado, difamado o incluso encarcelado.
Por eso, lo que pasó en Uruapan no debe verse con distancia. Es el reflejo de lo que sucede cuando el poder se pudre desde adentro y cuando los ciudadanos dejamos de exigir.
En el 2027, los campechanos tendremos la oportunidad de cambiar este rumbo. De decir basta a la impunidad, a la corrupción, al miedo. De demostrar que el poder no pertenece a unos cuantos, sino al pueblo.
Porque si no levantamos la voz hoy, mañana será demasiado tarde.


