Opinión

¿A QUÉ LE TEME?

La “valiente denuncia” de Erick Reyes León contra alguien que “lo perseguía”, terminó golpeando en la cabeza a su jefa, la gobernadora Sansores, y de rebote, a la guanajuatense Marcela Muñoz Martínez.

En su obsesivo afán de llamar la atención, el dirigente estatal de Morena,  el “Chilango” Erick Alejandro Reyes León, volvió a arremeter contra la secretaria de Protección y Seguridad Ciudadana, Marcela Muñoz Martínez, al publicar en sus redes sociales que lo seguían desde un auto blanco.  También compartió la fotografía del tipo que supuestamente lo sigue, y escribió:

“¿Cuál es el objetivo de seguirme? Hasta pendejos son para hacerlo. Subo las fotos por si alguien ubica a este personaje. Auto blanco Honda. Procedo a la denuncia correspondiente ante la Fiscalía”.

Por donde quiera que se le vea, la “valiente denuncia” del Chilango misógino y bufón, terminó golpeando en la cabeza a su jefa, la gobernadora Sansores, y de rebote, evidencia una vez más su pésima relación con la guanajuatense Muñoz Martínez.

Solo para hacer memoria hay que recordar que el rompimiento entre Reyes León y Marcela Muñoz se dio en dos tiempos perfectamente identificados: cuando corrió a su esposa Blanca Hernández Carmona en octubre de 2022 como subsecretaria de Participación Ciudadana, solo un año después de su llegada a Campeche.

Los “Marcelos” también detuvieron, tras una riña en un bar del barrio de san Román a dos hijos de Eric Alejandro, uno de ellos conocido como “El Pelón”, junto con su hermano y un chofer de Morena que les tienen asignado para sus francachelas. De nada sirvieron los llamados y súplicas del Chilango para que no retuvieran a sus bebés, pues Marcela se encargó incluso de difundir la información del escándalo en que incurrieron.

Reyes León no se ha cansado de despotricar contra Muñoz Martínez y en sus arrebatos de soberbia jura y perjura que él personalmente se encargará de que la guanajuatense no ocupe ningún cargo partidista ni se le postule para una posición de elección popular, mucho menos por la vía fácil de las plurinominales. 

Ahora cuestiona con su “denuncia” los deficientes sistemas de seguridad que están a cargo de Marcela y sugiere que lo están persiguiendo. ¿A qué le teme? ¿Acaso sus nexos con organizaciones delictivas cuando fue funcionario de la Alcaldía Álvaro Obregón de la Ciudad de México no lo dejan descansar?

Lo curioso es que Reyes León terminó haciendo el ridículo. El ciudadano que “lo perseguía” ni era sicario ni era enviado de Marcela, sino un productor de soya plenamente identificado, quien además ya dio la cara y le está exigiendo una disculpa por sus paranoicas acusaciones. ¿Tendrá el valor civil de admitir que –una vez más—volvió a hacer el ridículo?

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