Opinión

SE EXPANDE EL FUEGO

No asombra que en menos de una hora, la Fiscalía General del Estado haya decretado que el incendio en la famosa bodega champotonera fue causado por un corto circuito.

Tres ejecutados el pasado fin de semana, y una bodega propiedad del papá del fiscal Jackson Villacís en Champotón, incendiada al estilo sicarial, debieron encender las alarmas de alerta en la Mesa de Seguridad que supuestamente encabeza la gobernadora Layda Sansores, pero en lugar de eso el Gobierno mantuvo su estrategia de apagar a boletinazos el fuego que se está expandiendo.

A la gobernadora Sansores y a su “equipo de seguridad”, les aterra la idea de que Campeche se encuentra inmerso en una espiral de violencia. Les da pánico aceptar que desde que ellos llegaron al poder el 15 de septiembre de 2021, la tradicional paz y seguridad de nuestro estado empezó a deteriorarse.

Prefieren manipular la realidad desde los escritorios de la Fiscalía General del Estado, en lugar de tomar nota de cada denuncia y elaborar estrategias para combatir los delitos. Desaparecieron de un plumazo cientos de denuncias ciudadanas presentadas ante el Ministerio Público, y envían mensualmente al Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública las cifras que acomodan para crear ese espejismo que tanto presumen.

Pero hay datos que no se pueden maquillar. Como los dos ejecutados en Pixtún y el otro asesinado en la Isla del Carmen el pasado fin de semana, o el incendio en las bodegas propiedad del papá del fiscal. Esos son hechos contundentes que demuestran que la incidencia delictiva va en incremento.

No asombra que en menos de una hora, la Fiscalía General del Estado haya decretado que el incendio en la famosa bodega champotonera fue causado por un corto circuito. De esa forma se evitan la engorrosa tarea de investigar qué grupo delictivo se atribuye el atentado y más aún, evitan meterse con ellos.

Pero el mensaje está enviado y seguramente que el fiscal Jackson habrá tomado nota de lo que le mandaron a decir. Y mientras él cree que los campechanos nos tragamos de ‘pe a pa’ su boletín con que resolvió el siniestro, él, muy en su interior, en la privacidad de su despacho o en los lujosos aposentos de su “ranchito” seguramente que estará meditando en las posibles consecuencias que traerá ese “aviso”. Por casos similares ocurridos en otros lares, seguramente que habrá alguna acción, para ver si así “entiende”.

Es más fácil engañar a la gobernadora con la cantaleta de que todo está bien, y que son los medios alarmistas los que todo exageran. Sin duda alguna que la señora Sansores le cree su cuentos, pero el pueblo campechano cada vez se convence más de que esas mentiras ocultan una tenebrosa realidad, cuyo rostro de terror va saliendo poco a poco.

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