DIRIGENTE DÉSPOTA
En Morena hay un completo descontrol en cuanto a las precandidaturas. Acá no importa el llamado de la lideresa Luisa María Alcalde, para evitar candidaturas anticipadas y sobre todo derroche de recursos públicos.
El dirigente estatal de Partido Movimiento de Regeneración Nacional, Erick a un periodista con demandarlo si no le demuestra que en su partido hay precampañas anticipadas para lo cual se están utilizando recursos públicos.
Solo un ciego, un cínico o un retrasado mental se atrevería a negar lo que es a todas luces evidente, como por ejemplo, las bardas pintadas con el nombre de Pablo, el presidente municipal del Carmen que tiene como sueño dorado lo que vendría a ser la peor pesadilla para los campechanos: convertirse en gobernador de Campeche.
La pregunta que le plantearon a Reyes León se refería a las aspiraciones desbocadas de la diputada plurinominal, Verónica Roca ante en campaña adelantada por la alcaldía, para lo cual se dice que cuenta con financiamientos provenientes del Congreso del Estado y del propio Ayuntamiento isleño.
Negarse a responder a una pregunta tan obvia fue en el fondo una estrategia de autodefensa de Reyes León. Buscaba la manera de protegerse y de evitar su incursión en temas muy delicados que además, pueden herir muchas susceptibilidades, pues todos sabemos que con recursos del Gobierno del Estado se está promoviendo la candidatura de Liz Hernández y si el chilango Reyes León se refería a un tema en particular –el caso de Verónica Rosado por ejemplo—tendría que referirse también a los otros casos.
Pero todos sabemos que en Morena hay un completo descontrol en cuanto a las precandidaturas. Acá no ha importado el reiterado llamado de la lideresa nacional morenista Luisa María Alcalde, para evitar esas candidaturas anticipadas, y sobre todo el derroche de recursos públicos. Quien debiera cuidar que esa regla se cumpla en Campeche es el propio Reyes León, pero prefiere hacerse de la vista gorda para no meterse en camisa de once varas.
Que sustituya su falta de liderazgo con actitudes de patán, es normal en alguien que no tiene la preparación, ni la capacidad ni la experiencia suficientes para ocupar el cargo. Reyes León no es líder de Morena. Es su gerente, su administrador o el encargado del despacho, pero no ha podido ganarse el respeto y la lealtad de la militancia. Lo miran como un bicho arribista que salió muy ambicioso y avaricioso, además de peleonero pues reta a cualquier ciudadano o periodista que le lleve la contraria, pero se arrastra como gusano ante quienes detentan el poder.
No se puede esperar más de alguien que ni es campechano, y que seguramente se regresará al altiplano cuando acaben estos seis años de descomunal saqueo que estamos sufriendo desde el pasado 15 de septiembre de 2021.

