CAMBIO CLIMÁTICO. UN DESAFÍO MÁS ALLÁ DE LA CIENCIA
POR: VÍCTOR COLLÍ EK
Hemos caído en el “reduccionismo climático” o “climatismo”, una ideología que eleva el cambio climático por encima de cualquier otro problema social, esto es lo que expresa el profesor de la Universidad de Cambridge Mike Hulme en su más reciente libro y en la discusión de este en una mesa de expertos. Este enfoque, que domina el discurso contemporáneo, no solo es limitante sino potencialmente peligroso para nuestra democracia.
El libro del profesor Hulme “Climate Change Isn’t Everything”, presenta una crítica sustancial a cómo la ciencia del clima ha sido posicionada como la única forma válida de conocimiento para abordar este desafío global. Su tesis central es que necesitamos “pluralismo epistémico” -reconocer y valorar diferentes sistemas de conocimiento, no solo el científico, para enfrentar el cambio climático.
Lo fascinante de este argumento es cómo utiliza el pensamiento de Friedrich Hayek, economista conocido por su crítica a la planificación centralizada, para analizar nuestro enfoque actual al cambio climático. Hayek argumentaba que el conocimiento nunca está concentrado en una sola entidad, sino disperso entre millones de individuos. De manera similar, Hulme sugiere que nuestra dependencia de modelos climáticos centralizados y autoridades científicas globales como el IPCC ignora el conocimiento valioso que existe en comunidades locales, tradiciones indígenas y otras formas de sabiduría.
Este “bucle abierto” que Hulme deja en su conferencia – ¿podemos realmente gobernar algo tan complejo como el clima global?- conecta poderosamente con nuestra ansiedad colectiva. Como cualquier experto en neuromarketing confirmaría, los mensajes que evocan incertidumbre y ofrecen una solución novedosa activan nuestro sistema límbico, haciéndonos más receptivos a ideas que desafían el consenso establecido.
La profesora Liz Robinson, en su respuesta, ofreció un punto contrario interesante. Aunque comparte la crítica de Hulme hacia los modelos de evaluación integrados, cuestionó si realmente existe un “climatismo” dominante. Para Robinson, los científicos del clima están perfectamente conscientes de que la temperatura es solo un indicador de un sistema mucho más complejo, y muchos rechazan las “soluciones tecnológicas” como la geoingeniería solar que tanto preocupan a Hulme.
El intercambio entre Hulme y Robinson ejemplifica perfectamente la tensión en nuestro discurso climático actual. Mientras las estrategias de marketing digital sobre el cambio climático a menudo favorecen mensajes simplificados –“tenemos 12 años para salvar el planeta” o “la crisis climática es una emergencia existencial”- Hulme nos recuerda que tales narrativas pueden socavar la deliberación democrática necesaria para abordar un problema tan complejo.
Lo que hace tan convincente el argumento de Hulme es su rechazo tanto al negacionismo climático como al alarmismo reduccionista. En el actual ecosistema de redes sociales donde el contenido extremo recibe más compromiso, su llamado a un enfoque matizado y plural representa un desafío radical al estatus quo digital.
El concepto de la “épica política” que Hulme menciona al final -ver el cambio climático como un desafío continuo que enfrentamos en escala épica, no como una crisis con fecha límite – ofrece un marco prometedor para comunicar sobre el clima sin caer en el fatalismo o la complacencia.
La conferencia de Hulme nos recuerda que, en un mundo donde los algoritmos de redes sociales premian las certezas absolutas, el verdadero progreso quizás requiera abrazar la pluralidad de conocimientos y perspectivas. Y esa podría ser la lección más importante, no solo para enfrentar el cambio climático, sino para navegar todos los desafíos complejos de nuestro tiempo. Si quieres seguir la plática visita Vlog en Youtube: shorturl.at/p5x58