MENTIRA QUE LAYDA NOS ATIENDE PORQUE NOS DARÍA LA CARA, AFIRMAN ATASTECOS Y CORRETEAN A CÉSAR MARÍN Y AL REPRESENTANTE DE LA CFE
Luego de 48 horas de mantener bloqueada la carretera federal 180, y entre gritos contra la Administración de Layda Sansores, como “Fuera Gobierno corrupto” y “Bola de ratas”, los habitantes de la Península de Atasta dejaron hoy en claro que no levantarán el plantón mientras no vean avances reales para solucionar el problema de los apagones, tras un fallido intento de diálogo por parte de las autoridades federales y estatales.
El subsecretario de Gobierno en Carmen, César Marín Reyes, y el representante de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Guillermo Peredo, aparecieron para intentar calmar los ánimos y persuadir a los manifestantes para liberar la carretera. Sin embargo, fueron mal recibidos por los pobladores, quienes los acusaron de llevar promesas vacías y sin soluciones concretas.
La afirmación que esa zona nunca había tenido tanta atención como en el actual Gobierno, enardeció a los inconformes, quienes le recalcaron que no es cierto, y que es una gran mentira que la gobernadora los está atendiendo, porque de ser así le daría la cara a la Península de Atasta.
“El pueblo ya está cansado de discursos. No queremos más reuniones, queremos luz, queremos la subestación que prometieron”, exclamó uno de los habitantes, visiblemente molesto.
La reunión terminó en confrontación verbal y con la expulsión de ambos funcionarios del sitio, entre gritos y reclamos.
Los pobladores señalaron que no habrá tregua hasta que vean avances reales en la electrificación de la zona, la instalación de la subestación y la solución definitiva a los constantes apagones que afectan a miles de familias.
Tras el incidente, el bloqueo se mantiene firme y la determinación del movimiento se ha fortalecido. Incluso algunos líderes comunitarios han asegurado que la protesta podría convertirse en “el bloqueo más largo de la historia moderna de la Península de Atasta”.
Mientras tanto, la vía federal sigue cerrada totalmente, obligando a transportistas, vehículos particulares y otros usuarios a desviarse por la carretera internacional, lo que genera congestión, demoras y pérdidas económicas. Aún no hay nueva convocatoria de diálogo oficial.
