Opinión

LAYDA Y SU IV INFORME: ENTRE EL AMOR ETERNO Y LA CAJA CHINA

Por: Guillermo del Jesús Padilla Sierra | Visión Política Noticias

Fiel a su estilo de gobernar, Layda Sansores volvió a demostrar que en Campeche, el espectáculo no está en el teatro, sino en el Palacio de Gobierno. Su IV informe fue un despliegue de ocurrencias, autoelogios y hasta confesiones amorosas dignas de una telenovela de horario estelar.

Sí, leyó bien: la gobernadora decidió compartir con los campechanos su idilio con el embajador de México en Guatemala, Romeo Ruíz Armento. Frente a funcionarios y empleados estatales —que tuvieron que aplaudir con entusiasmo forzado, porque el sueldo manda—, Layda soltó la frase que se volvió trending topic local:

“Romeo, a usted le digo que nuestro amor viene de lejos, que no me voy a casar con usted, no se preocupe.”

El público, como si estuviera en una boda civil improvisada, suspiró. Algunos aseguran que más de una diputada local dejó caer lágrimas tan sinceras como un guion mal ensayado.

Pero no todo fue miel sobre hojuelas. Entre chistes y versos en maya, Layda sacó la ya conocida caja china: la fiscalía de Campeche volverá a intentar quitarle el fuero al senador Alejandro Moreno Cárdenas, acusándolo de un peculado de 80 millones de pesos. Curiosamente, el dinero lo habría manejado su sobrina política, América Azar de Sánchez Sansores, entonces secretaria de Finanzas. Pero de ella, ni una carpeta de investigación, ni una mención. Vaya, hasta la familia tiene fuero especial.

De lo poco rescatable del informe —si es que se le puede llamar “rescatable”— fue enterarnos de que los campechanos ahora están más vigilados que nunca, gracias a la adquisición de modernos equipos de “vigilancia”… o de espionaje, según se lea entre líneas. Eso sí, no faltaron las fotos inaugurando domos en canchas deportivas, porque al parecer el progreso se mide por techos de lámina y no por hospitales equipados.

Y hablando de hospitales, mejor no lo mencionó. Porque Campeche sigue teniendo un sistema de salud precario, con desabasto de medicinas, infraestructura deficiente y un servicio que raya en lo inhumano. Pero claro, esos detalles arruinarían el show.

Lo que sí brilló por su ausencia fue la mención de la persecución política y judicial contra Jorge Valdez González y el medio Tribuna de Campeche. A nivel nacional ya se habla del estado como un ejemplo de censura, y no precisamente en un tono positivo. Pero de eso, silencio absoluto.

El informe cerró con bailables, canciones y la habitual dosis de adoración a Andrés Manuel López Obrador y cumplidos a Claudia Sheinbaum, con quien, dicho sea de paso, mantiene una relación tan fría como las cuentas públicas que no cuadran.

Porque al final, mientras el telón caía, lo que quedó claro es que Layda no rindió un informe: dio un monólogo sentimental con tintes de comedia involuntaria, dejando a Campeche en la penumbra de sus verdaderos problemas: falta de inversión, pésimos servicios de salud y un clima político cada vez más sofocante.

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