EXPEDIENTE | ¿Y LOS 300 MDP PARA CARRETERAS ESTATALES?
Durante su “informe” del pasado 1 de agosto, la farsante y mentirosa gobernadora Layda Sansores anunció que su Administración aportaría 300 millones de pesos para la reparación de carreteras estatales, mientras que el Gobierno de la República erogaría mil 680 millones para rehabilitar diversos tramos que fueron afectados por los trabajos del Tren Maya.
Tuvieron que ocurrir varios accidentes carreteros trágicos para que la insensata y senecta mandataria tomara consciencia del problema. Lo que más pesó, sin duda alguna, fue la muerte de dos maestras que se dirigían a su trabajo en la zona sur del Estado, y que cayeron víctimas de la desidia, la irresponsabilidad y la negligencia de esta Administración sansorista para tener caminos en buen estado.
Luego de un manipuleo informativo para hacer creer que el Gobierno Federal ya está cumpliendo con su parte, la perversa mandataria afirmó hace unos días que las obras están a cargo de la Sedena, que ataca con tres frentes la carretera federal 180, principalmente los tramos de Carmen-Isla Aguada y Sabancuy-Champotón, mientras que la carretera 186 la intervienen en dos frentes.
Nada ha dicho, sin embargo, de la reparación de los caminos estatales, y es cosa ya común que los pobladores de las comunidades rurales de la entidad, hastiados por la falta de respuestas, porque sus caminos se encuentran en condiciones deplorables, bloqueen esas arterias, causando severas afectaciones a los que las transitan, principalmente prestadores de servicios públicos o de proveeduría.
Esta semana, por ejemplo, habitantes del ejido Pejelagarto bloquearon la carretera División del Norte-Candelaria para exigir su reconstrucción, ya que los constructores del Tren Maya destruyeron el tramo y lo dejaron en condiciones intransitables.
Bloqueos similares se han realizado en los Municipios de Champotón, Escárcega, Palizada, Carmen y Hopelchén. En varias comunidades, principalmente del Municipio de Campeche, sus habitantes se han visto obligados, carretilla y pala en mano, a parchar las zonas dañadas, a fin de que puedan circular sus unidades, para que les puedan prestar el servicio de transporte público, y los repartidores de diversos productos puedan abastecer las tienditas.
De nada les ha servido acudir a los palacios municipales, y mucho menos a las oficinas de la irresponsable Layda Sansores, porque ésta, afirman comisarios y agentes municipales, nunca se encuentra en la ciudad, y sus ayudantes los tratan despóticamente. Ni soñar en acudir los miércoles a las “audiencias ciudadanas”, porque el acceso está restringido y la anciana sólo platica con esquiroles que se prestan a la farsa.
Lo que nadie sabe hasta el momento es qué pasó con los 300 millones de pesos que aportaría el corrupto Gobierno de Layda Sansores para reparar esos tramos estatales. De más están los pretextos que utilice para justificar que a casi cinco meses de su promesa, pues ni siquiera ha licitado los tramos a reconstruir.
No olvidemos que la senecta y extraviada Sansores pretextó que el retraso en la reparación de las vías federales se debió a los procedimientos propios de la Secretaría de la Defensa Nacional, pero nunca justificó la razón por la que no se ha tocado un solo peso de los 300 millones que prometió invertir para mejorar los caminos estatales. ¿Ya se arrepintió? ¿O es que nunca existieron esos recursos? ¿O ya se los clavaron?
Podemos palpar y comprobar todos los días que la flamante Secretaría de Desarrollo Urbano, Movilidad y Obras Públicas (Sedumop) no sirve para un carajo, ni siquiera ha logrado concluir la pavimentación de calles y avenidas de la ciudad capital, muchas de las cuales rasparon y después abandonaron, lo que ha provocado toda suerte de accidentes, principalmente de motociclistas y personas de la tercera edad.
Es a la Sedumop, que encabeza el inepto y negligente austriaco Bernard Rehn, a quien responsabilizó el sinaloense secretario de Gobierno, Armando Constantino Toledo Jamit, por el retraso en el inicio de operaciones de la empresa transportista Coox, pues resulta que esa dependencia no ha terminado el bacheo y la adecuación de los paraderos de esos modernos (y hasta ahora fantasiosos) autobuses.
A tres semanas de que concluya el año, es un hecho que las carreteras estatales permanecerán en condiciones lamentables, pues no existe una sola evidencia de que alguno de los tramos esté siendo intervenido, y sí en cambio, sobran las muestras de hartazgo popular, porque una vez más, la mentirosa Sansores San Román no cumplió su palabra. ¿Se clavó los 300 millones de pesos o los tiene en una cuenta bancaria jinetéandole los onerosos intereses?
Lo cierto es que de los percances y secuelas lamentables que puedan ocurrir durante los próximos días en esas carreteras estatales, la única responsable será la irresponsable Layda Sansores San Román. Habrá que sumar a su cuenta fatídica los saldos rojos que ocurran en lo sucesivo, pues su inconsciencia y negligencia son constantes y lesivas para el bienestar del pueblo campechano.