EXPEDIENTE | TOÑITO JIMÉNEZ: ¿DIPUTADO, SIRVIENTE O ESCLAVO?
La rechifla de la semana se la lleva con creces el diputado morenista José Antonio Jiménez Gutiérrez, alias “Toñito”, quien una vez más ejecutó a la perfección su papel de sirviente del régimen, al avalar la suspensión de la comparecencia ante comisiones de la secretaria de Protección y Seguridad Ciudadana, la inepta y corrupta guanajuatense Marcela Muñoz Martínez.
Es largo el historial de sumisión y servilismo de quien fuera electo hace tres años diputado por el Quinto Distrito, que buscó la reelección por esa misma jurisdicción el año pasado, pero a quien los votantes dieron una patada en salva sea la parte, como castigo por haberlos traicionado, ya que en lugar de servir al pueblo, se entregó totalmente a besarle los pies a la corrupta y represora gobernadora Layda Elena Sansores San Román.
Debe ser objeto de estudio la metamorfosis kafkiana que ha sufrido, ya que al igual que la trama de esa famosa novela del escritor europeo, de un hombre que se convirtió en cucaracha, Toñito ha sufrido una transformación de cuarta que lo convirtió de joven idealista a insecto rastrero, que defiende con pasión a sus amos y ataca con furia y rabia a quienes se atreven a disentir de la verdad oficial.
Toñito pasará a la historia negra de Campeche, por haber avalado junto con su bancada oficialista, que la revocación del mandato no entrara en vigor durante el periodo gubernamental de la corrupta y represora Layda Sansores San Román.
Sabedores del repudio ciudadano casi total que hay en contra de la anciana mandataria, legislaron para que la consulta popular para definir si se queda o se va, se aplicara a partir de 2027. ¿Cobardía? ¿Pánico al rechazo ciudadano? ¿Encubrimiento y complicidad a favor de una gobernadora que se ha ganado palmo a palmo el repudio popular?
Lo cierto es que al frente de su redil, Jiménez Gutiérrez ahora decidió por sí mismo avalar la decisión de Marcela Muñoz de no comparecer ante los diputados. No sólo eso, en nueva muestra de su servilismo absoluto, asumió la entera responsabilidad de que esa comparecencia fuera cancelada, con lo que no sólo incurrió en un exceso de atribuciones, sino que confirmó que fue falsa su promesa de trabajar en coordinación con todos los grupos parlamentarios.
Lo preocupante es el argumento esgrimido por Toñito para justificar la cancelación de esa comparecencia: que los diputados de Movimiento Ciudadano violaron un acuerdo parlamentario para “no politizar” el tema de la seguridad pública, lo que en otras palabras significa que si los legisladores no se ajustan a la censura impuesta desde el cuarto piso del Palacio, entonces no hay acuerdos, no hay consensos, ni hay avances.
Y lamentablemente sobresale una vez más el tema de la libertad de expresión. Si los diputados se exceden en sus señalamientos, les imponen vetos, les cancelan comparecencias y les aplican sanciones de todo tipo. Y si eso hacen contra los diputados, a quienes no se les puede reconvenir por las opiniones que expresen en el desempeño de sus funciones, ¿qué se puede esperar del acoso, hostigamiento y persecución contra los periodistas y contra la ciudadanía en general?
Sin duda alguna que vivimos los tiempos más oscuros en el tema de la libertad de expresión, de la represión, de la censura, de la persecución contra quienes piensan distinto. Esta 4T campechana está más cerca de la tiranía que de la democracia, y lo preocupante es que ya ni se esmeran en ocultar sus perversas intenciones.
En contraparte, tenemos también a servidores públicos cada vez más corruptos. Y Toñito es un claro ejemplo de ello. De ese joven que vivía en una colonia popular y se transportaba en autobuses urbanos, ahora tenemos a un prepotente diputado que anda en camionetas blindadas, con guaruras fuertemente armados, que come en lugares exclusivos, y que ha amasado una fortuna que le permite incluso tener departamentos de lujo y hasta casa en la playa.
Y no hablemos de la corrupción que impera en el manejo del presupuesto del Poder Legislativo, del nepotismo en que incurre al colocar a sus familiares en espacios dentro del Congreso, los negocios que hace en el tema de las facturaciones, y para variar, la contratación de personal foráneo para cargos de primer nivel.
Tal vez estos malos manejos tengan amarrado de manos a Toñito. Tal vez sus abusos y corruptelas lo hayan convertido en esclavo de los intereses de quienes pueden cesarlo y procesarlo penalmente ante cualquier intento de rebelión de su parte. Tal vez por eso no tenga ni vergüenza en seguir desempeñando su papel de diputado servil a los intereses de este corrupto régimen.