Expediente

EXPEDIENTE | SORPRESIVA REAPARICIÓN DE ELISEO

Más que la reaparición pública del exalcalde Eliseo Fernández Montúfar durante una sesión de la Cámara de Senadores el martes pasado, lo que verdaderamente ha llamado la atención es el vuelco radical que ha dado su discurso político, al pronunciarse dispuesto a “ayudar en todo lo posible” al Gobierno de la señora Layda Sansores, “porque si a ella le va bien, le va bien al Estado…”.

Hay todo un mar de especulaciones en torno a su reaparición pública, y más aún sobre el fondo real de sus declaraciones colaboracionistas, a favor de quien está obsesionada por meterlo a la cárcel, quien lo ha humillado e insultado e incluso ha lanzado temerarias acusaciones al llamarlo misógino y “canalla asesino”.

Son ampliamente conocidas las habilidades mediáticas de Eliseo Fernández. Sabe utilizar las redes sociales a su favor, es un experto en generar expectativas para capitalizar en su beneficio tanto lo que hace como lo que dice, de suerte que la primera conclusión es que se trata de una estrategia política, para mostrarse ante los campechanos como un personaje que, fuera de odios, rencores, resentimientos o revanchismos, “está interesado” en el beneficio de Campeche y los campechanos.

Fernández Montúfar reveló durante la entrevista que le hicieron hace unos días en el Senado, que “ha hablado con el senador Daniel (Barreda Pavón) y recientemente con la gobernadora (Layda Sansores), para expresarle que su intención es ayudar en todo lo posible desde el Senado, el Congreso local y distintas alcaldías como Campeche, Dzitbalché, Calkiní y Hecelchakán.

Si ya habló Eliseo con la gobernadora Sansores, ese sí es verdaderamente un dato inédito, porque el también excandidato de Movimiento Ciudadano a la Gubernatura no hizo el menor comentario en torno al contenido de esa supuesta conversación. Y no podemos esperar que la senecta mandataria se atreva a revelar de qué hablaron. Sólo lo hará si le conviene y con ello puede hundir aún más a su acérrimo enemigo.

El mocista insistió en que “es necesario trabajar en equipo y en unidad para que Campeche tenga buenos resultados”, y en un nuevo alarde de diplomacia (que los radicales de Morena y de MOCI interpretan como un posible “arreglo” entre ambos), evitó hablar sobre la situación del Estado, pues excusó que no está en posición de opinar, ya que por cuestiones legales no ha estado en Campeche, y que serán los ciudadanos quienes evalúen cómo va la entidad.

No es necesario abundar sobre lo que los campechanos piensan de su gobernadora, pues las encuestas son muy contundentes. Está reprobada, descalificada, repudiada y arrojada a los últimos lugares en cuanto a evaluación de desempeño. El propio Inegi ha mostrado que la percepción de inseguridad es de 60 por ciento en el Municipio de Campeche y que en temas económicos, el desplome acumuló -14.3 por ciento si comparamos el último trimestre de 2024, con el de 2023. Es decir, vivimos en un Estado catastrófico.

Pero el hecho de que Fernández Montúfar no haya recurrido a esos datos duros para evaluar la situación del Estado que gobierna la señora Sansores San Román, confirma que su estrategia discursiva será cautelosa y hasta respetuosa, a fin de que los grupos políticos que no lo apoyan lo volteen a ver y consideren la posibilidad de sumarse a sus filas.

Porque en el fondo eso es lo que necesita Eliseo: reposicionarse política y mediáticamente. Por ahora, las encuestadoras no lo consideran como prospecto o aspirante a la candidatura de MOCI al Gobierno de Campeche. Y no es que lo excluyan de manera arbitraria o discriminatoria, si no con el sustento que les da el antecedente de que el Instituto Nacional Electoral (INE) le retiró la candidatura al Senado, al considerarlo no elegible por las supuestas órdenes de aprehensión que hay en su contra.

En este contexto, será el propio Fernández Montúfar quien diserte ampliamente sobre su situación legal: si ha sido exonerado, si ya no hay órdenes de aprehensión en su contra, si fue inhabilitado o si le han restituido todos sus derechos políticos y por tanto puede aspirar a la gubernatura.

Verlo públicamente por segunda ocasión, primero en Mérida y ahora en el Senado, y si en verdad sostuvo esa reunión con la gobernadora, serían indicadores de que ha recuperado gran parte de sus derechos, y de que está trabajando para reivindicar su imagen con miras a aparecer en los sondeos mensuales que hacen las encuestadoras, para poder aspirar a aparecer en las boletas de 2027.

Que no lo descarten pues. Hay que admitir que sus esporádicas y estratégicamente bien planeadas reapariciones públicas, le inyectan oxígeno político. Lo revitalizan. Pero también causan escozor y prurito a sus adversarios, que darían la mitad de su enorme fortuna por verlo en la cárcel.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *