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EXPEDIENTE | NEGOCIOS DE JUANITE, ¿AVALADOS POR LAYDA?

Además de servir de comparsa a su comadre en todas sus locuras, difamar abiertamente a sus adversarios del pasado, y utilizar perfiles alternos en redes sociales para atacar a integrantes del gabinete estatal y políticos de Morena a los que considera que le hacen sombra, el desvergonzado, mentiroso, traidor, cínico y desviado tabasqueñito, Juanite Herrera, ha encontrado en la farsa del combate a la corrupción de la perversa y represora Layda Sansores, una verdadera mina de oro.

Testigos de su modus operandi nos aseguran que tiene como cómplices a Luis Humberto López López, del Instituto de Acceso a la Justicia (Indajucam),y a Loreto Verdejo Villacís, fiscal especializado en combate a la corrupción.

Trabajadores que nos pidieron el anonimato por temor a represalias, aseguran que cuando Juanite Herrera llega a esas oficinas, es porque ya escogió a nuevas víctimas a las que pondrá en la silla de los acusados. Por lo común, son aquellos que en algún momento no quisieron entrarle a sus bisnes, le negaron sus apoyos o se rehusaron a satisfacer sus exigencias sexuales.

Ejemplo claro de que es afecto al tráfico de influencias, lo constituye Rafael Castilla Azar, “El Cepillo”, a quien el Gobierno de Layda Sansores crucificó en su momento, por la “corrupción” en la construcción de la Ciudad Administrativa en terrenos de ese empresario sin la documentación en regla. Aseguró entonces que el “corrupto Gobierno” de Alito Moreno erogó 200 millones en la construcción de vialidades dentro de los terrenos de la familia Castilla para incrementarles la plusvalía.

Algo parecido a lo que hizo Layda Sansores, por cierto, con el “sendero seguro” que cruza por los terrenos de la familia Sansores en la colonia El Mirador, a los cuales, además, les tiene asignados vigilancia permanente con al menos dos patrullas para evitar que sean invadidos.

Pues bien, Juanite Herrera presume hoy que fue él quien acercó a Rafael Castilla a dialogar con la gobernadora e influyó para incluirlo en su gabinete. Olvidó el pasado, a cambio de unos terrenitos.

Una de las primeras venganzas de Juanite Herrera fue contra Fredy Martínez Quijano, a quien acusó de desviar 900 mil pesos a su paso como director general del Conalep. Los amores no correspondidos de la comadre de doña Jaguara lo llevaron a planear y ejecutar su venganza. Atrás quedaron las épocas en que tomaban arroz con el mismo popote.

En su loca perversidad, Juanite se dio cuenta que el patriarca de los Uribe, en Champoton, se salía del huacal, y promovió un expediente ante Loreto Villacís por malversación en la Administración Municipal contra el junior Raúl Uribe Haydar, posteriormente detenido en Yucatán y trasladado a una clínica particular, ya que por el susto su salud mermó.

Con el plan en la mano, Juanite contactó al padre de Raúl, le aseguró que podía ayudarlo, que hablaría con doña Jaguara para buscar una salida rápida y así fue. Uribe Haydar para no pisar la cárcel, pagó cuatro millones 559 mil 750 pesos, como reparación de un supuesto daño. Adicional fue la tajada al desviado tabasqueñito, en agradecimiento por su gestión, además de que exigió tener cuenta abierta permanente en Taco Fish Champotón, propiedad de los Uribe, para alimentar a sus mocitos.

Misma suerte corrió Edgar Hernández Hernández, expresidente municipal de la capital y exdirector de Protección Civil, vinculado a proceso por 600 mil pesos, que supuestamente no ejerció para reparar tres casetas de bomberos.

Juanite y sus cómplices llegaron a acuerdos con él, a fin de no seguir investigando, aunque en realidad no tenían capacidad para armar bien los expedientes. Garo y sus funcionarios fueron al banco, retiraron 400 mil pesos, y ahí murió el asunto. Adicionalmente pagó al desviado tabasqueñito su parte.

Otra víctima reciente fue José Domingo Berzunza, exsecretario de Desarrollo  Económico. Juanite no olvidó que cuando fue a su oficina lo trató muy mal y se negó a darle chayote, ni en efectivo ni en centímetros. La historia ya la sabemos, Berzunza recién recuperó su libertad tras depositar 300 mil pesos y pagar una mochada a Juanite.

En su lista está el exdirector del Transporte, Candelario Salomón, a quien Juanite persigue por tener lazos cercanos a una persona que por años ha querido destruir. Y hoy que está de patiño, siente que tiene oportunidad, con la ayuda de personajes como Luis Humberto López López, con quien comparte las mismas aficiones.

Lo que algunos de los involucrados en estas tenebrosas historias nos han preguntado, es si la senecta gobernanta estaría enterada de todos los tejemanejes de su influyente comadrita. Si se ha percatado que es él quien le ha acarreado tanto repudio y la ha infectado de odios, resentimientos y frustraciones.

Esos odios ya han atacado sin piedad a miembros del gabinete, como el vocerito Wallas Patrón, al propio Seso Loco, sobrino de la mandataria, a la secretaria de Gobierno, Liz Hernández, y al senador Aníbal Ostoa, entre otros tantos, sin mencionar a periodistas, empresarios y activistas políticos de varios partidos, que tienen en común la aversión personal de Juanite Herrera.

Tal vez la gobernadora Sansores no sepa que Dios, en su inmensa sabiduría, no le dio alas a los alacranes, ni permitió que los elefantes volaran para evitar cagazones por doquier. ¿Hasta cuándo le permitirá hacer y deshacer a su desbocada y ambiciosa comadrita?

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