Opinión

Expediente: 24 de septiembre de 2023

OTRA BOFETADA DE AMLO A CAMPECHE

López Obrador

El recorte de 927 millones de pesos al presupuesto del Gobierno Federal para Campeche el año venidero, confirma, corrobora y ratifica lo qua tanto hemos escrito aquí. Que es desmedido el servilismo de la gobernadora Layda Elena Sansores San Román, pues cuantas veces se lo pidan, traicionará a los campechanos antes que contradecir al presidente López Obrador.

Así le dio la espalda a los carmelitas, al sostener, junto con su timorato alcalde Pablo Gutiérrez Lazarus, que la Isla carece de infraestructura para recibir las oficinas administrativas de Petróleos Mexicanos. Ese fue el pretexto con el que López Obrador no cumplió el compromiso con los campechanos, y se las llevó a Tabasco.


También incumplió su promesa de acabar con la corrupción, pues desde hace dos años llegó una horda de fuereños, que con la complicidad de su jefa Layda Sansores se han dedicado a saquear el presupuesto estatal. De nada han servido las instituciones para denunciarlos y detenerlos, pues están más corrompidas.
El recorte del 8.2 por ciento al gasto federal a Campeche es la mayor caída real de todo el país, y pone en duda la presunta buena relación de la gobernadora con el presidente. Fuera de los empleos por el Tren Maya, que empiezan a recortar, ¿qué otra acción destacable hay en la entidad?


Si el Tren Maya no hubiera tenido algún trazo por el Estado, no se habría logrado ninguna inversión adicional, fuera de programas sociales clientelares que buscan garantizarle a López Obrador y a su partido 309 mil votos, que es el padrón de beneficiados.


Quedará en promesa también un tren eléctrico, con inversión cacareada de cuatro mil 800 millones de pesos de recursos federales en 15 kilómetros, en que habría 15 paraderos entre Chiná y el Centro Histórico, pues no hay proyecto ni dinero.


Entramos al declive de la Administración lopezobradorista, y por sus malas políticas energéticas caerán 24% los ingresos petroleros, y ocasionará déficit fiscal equivalente al 5% del Producto Interno Bruto, el mayor en más de 30 años. O sea, no habrá dinero para invertir.
La reducción de casi mil millones de pesos del gasto federal contrasta con el pretexto más socorrido de la gobernadora de que el retroceso económico y el rezago que padecemos, se debe a la insuficiencia presupuestal. Entonces, ¿por qué no protestó?
Sansores estimaba que en 2024 habría más recursos, e iniciaría la recuperación económica. ¿Por qué miente? ¿No está enterada de la catástrofe económica que se avecina por la debacle de Pemex?


Por eso no nos debe extrañar que Layda no haya hablado del tema en su ridículo show cómico-musical del jaguar del pasado martes. Como dijimos al principio, su desmedido servilismo la obliga a callar, a hablar maravillas de una transformación de cuarta que resultó deformación y destrucción.
Pero podemos sugerirle que en el próximo lleve a su tesorero, el chilango Jezrael Isaac Larracilla Pérez, a ilustrar sobre estrategias para que esa reducción presupuestal no impacte en finanzas y acciones de gobierno, obras en proceso y programas sociales estatale.

Claro, el recorte de 927 millones de pesos al gasto no impactará en las obras estatales en proceso, por la sencilla razón de que no hay. Tampoco frenará acciones de Gobierno, pues quedaron paralizadas desde el 15 de septiembre de 2021, y de programas sociales estatales, no existen.
El recorte es una bofetada más del Gobierno de la 4T a Campeche. Otra traición del Presidente, que Layda jamás reprochará ni pedirá reconsideración, porque es la gobernadora más sumisa, arrastrada y servil del país. No le dirá nunca no a cualquier orden presidencial que le dicten, aunque con ello, insistimos, traicione el futuro de la entidad.

INÚTIL PEDIR CONGRUENCIA A LAYDA

Layda Sansores

Es inútil sugerirle, recomendarle o explicarle a Layda Elena Sansores San Román que a los campechanos su programa cómico-musical Martes del Jaguar les produce ñáñaras, malestar y vergüenza, porque lo único que aporta son enemistades, malquerencias y odios.

Campeche está habitado en su mayoría por gente tranquila, que hace honor al adjetivo mundial de campechano, campechanidad y campechanía.
Pero no lo entiende, y quienes la rodean no tienen los pantalones o las faldas bien amarradas para expresarle lo que piensa el común de los campechanos de bien, que horrorizados escuchan cada semana majaderías, peladeces, enfrentamientos y violaciones a las leyes, cuando se atreven a incursionar en el malhadado programa circense-cómico-musical.


Mas aún, como apuntan los menores de edad cuando responden a las provocaciones y el afectado se ofende, es mala y llorona. Derrama bilis y busca el auxilio de tribunales o la institución electoral, cuando recibe la misma pedrada como respuesta. Lo censurable es que utiliza recursos públicos en promover sus dicterios y lances y sus abogados son pagados por los contribuyentes. Y eso es corrupción.


Entró a la pelea contra quienes obstaculizaban sus planes sucesorios por la candidatura a la Presidencia de la República, ordenados por el presidente Andrés Manuel López Obrador. Están los casos de Ricardo Monreal Ávila, Adán Augusto López Hernández y Marcelo Ebrard Casaubón. Contra el multimillonario Ricardo Salinas Pliego la ha emprendido porque Televisión Azteca osó mostrar las anomalías de los libros de texto gratuitos.


Esta semana le tocó a la candidata a la Presidencia por el Frente Amplio por México, Xóchitl Gálvez, aquella que vino a Campeche a denunciar a varios miembros de su gabinete atrapados en el Palacio en la recepción de dinero para acciones ilegales, y que seguramente archivó la Fiscalía General del Estado. Ya son clientes la alcaldesa Biby Rabelo de la Torre y Ricardo Salinas Pliego.


Otros actores, opinadores, periodistas y encuestadores en Campeche y el país han enfrentado demandas por daño moral y ataques en razón de género de parte de Layda, a través de su séquito de abogados pagados por los campechanos.


Y precisamente tenemos la incongruencia que señalamos al principio de este comentario. Se queja, demanda y denuncia, mientras se burla, mofa, calumnia, descalifica e insulta a sus supuestos detractores.


Le molesta que Salinas la llame “la bruja más fea de la 4T”, y le responde que tiene lleno de miarda todo su cerebro, que lastima a los más pobres con sus negocios de artículos electrodomésticos, y le confirmó que investiga sus empresas. ¿Cuándo terminará el sainete?


Celebró que López Obrador violente medidas cautelares dictadas por el Instituto Nacional Electoral (INE) que le prohíbe mencionar a Xóchitl Gálvez en sus mañaneras, y aplaude a los jueces que a ella le negaron amparo para desalentar el linchamiento mediático y en redes sociales de miembros y colaboradores de la coordinadora de la Defensa de la Cuarta Transformación, Claudia Sheinbaum Pardo.


Qué lindo. Ya encarrerada descalificó a los magistrados de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que revocaron las medidas cautelares que le habían impuesto al empresario Ricardo Salinas por haberla llamado “la perra más fea de la 4T”.


En definitiva, Sansores San Román carece de visión y equilibrios. No cambiará, la edad es el mayor impedimento. Así que a insistir en que el Congreso del Estado apruebe la revocación de mandato, o nos tragamos cuatro años más de incuria, crispación, desazón, división y enojo.

FLORERO EN ESPERA DE NUEVO ADORNO

Moo Cahuich.

El debate por la designación del sucesor del chiapaneco Aníbal Ostoa Ortega en la Secretaría de Gobierno, no se centra en nombre y apellidos o en la persona. Se discute si valdrá la pena gastar más de 100 mil pesos en un sueldo mensual para alguien que no podrá cumplir con sus funciones, porque tendrá las manos amarradas. Retomará el papel de florero que caracterizó a su antecesor.

Y es que a la luz de la más reciente renuncia de Ostoa Ortega, que dicen ahora sí será efectiva, se evalúa desde diversos ángulos la labor del chiapaneco, y con excepción de los círculos oficialistas, la percepción generalizada es que, o el cargo le quedó grande, o no lo dejaron trabajar.


La versión más admitida son ambas. Esperó mucho. Le faltó carácter. Prefirió conservar la chamba antes que salir destapado como corcho de champán de sus oficinas, y se negó a enfrentar a quien lo boicoteaba, específica y concretamente Gerardo “Seso Loco” Sánchez Sansores.


Quien quede como secretario de Gobierno a partir del próximo 1 de octubre, deberá llegar con la idea de que sólo será florero. No podrá discutir, objetar o cuestionar las órdenes del sobrino de Layda Sansores.


Por eso la coincidencia de que quien se ajusta al perfil es el senador suplente Arturito Moo Cahuich. Ya disfrutó el cargamaletas de alguna gloria, codeándose con personajes de la política nacional que tienen escaño en el Senado, mientras que él ha llegado a esos puestos por rastrerismo, servilismo y fidelidad perruna a la familia Sansores. Que se lea claro: obediencia ciega a los Sansores, no al pueblo campechano.


Con Arturito en la Secretaría de Gobierno en calidad de recadero, Seso Loco no tendría problemas en controlar al gabinete y los recursos públicos, cada vez que su tía Layda se ausente del Estado, para irse de paseo, supervisar sus negocios en la Ciudad de México y en entidades del centro del país, acudir de visita amasial a la Embajada de México en Guatemala, o participar en eventos partidistas.


No pasaría lo mismo, si por ejemplo, asciende el sinaloense Armando Constantino Toledo Jamit, quien de manera silenciosa construye su grupo y aprende el lado turbio de la política, pero no olvidemos que Seso Loco lo exhibió recibiendo dinero a manos llenas.


Carlos Martínez Aké sería el tercero en discordia, como especie de híbrido entre político sumiso y quien sabe mostrar carácter cuando la ocasión lo amerita. Hasta ahora no se sabe que haya tenido roces con Seso Loco, de suerte que pudiera darse una mancuerna que permita cubrir el hueco que dejará Aníbal, sin que se agrave la inestabilidad política que de por sí existe en ese grupo, donde cada quien jala por su lado.


A más tardar el sábado 30 de este mes sabremos el desenlace de esta historieta política, y quien será el protagonista principal en el florero que quedará vacío, aunque de última hora nos piden considerar que el tapado sería el titular de la Consejería Jurídica, Juan Pedro Alcudia Vázquez. Sería rarito. Pero puede ser.

ENTREGARÁ PÉSIMOS RESULTADOS

Manuel Urzúa.

El pasado viernes 15 de septiembre Frente Políticos de Excélsior nos trajo una preocupante noticia. Dice Así: Despreocupada. De acuerdo con el reporte del gasto federalizado por entidad, Layda Sansores, gobernadora de Campeche, es quien está en problemas.

Tal como apuntan las tendencias, Campeche será el Estado que registre en 2024 la mayor caída real (-8.2%) en todo el país. Según predicciones de la Comisión de Economía y Finanzas Públicas en la Cámara de Diputados, 24 entidades tendrán una caída real en este rubro. Sería oportuno que Sansores pausara sus actividades de poeta, bailarina y productora de radio, y ponerse a analizar cómo va a salir de este embrollo. ¿Podrá?
La realidad es que se ve difícil algún punto de inflexión. Sansores está empecinada en seguir por el camino de ocurrencias, venganzas, pugilatos, polarización, verbo y búsqueda de satisfactores políticos.


El futuro de los campechanos no le interesa. Nunca le ha interesado. Quien opine lo contrario, que informe de sus aportaciones a través de su travesía por los mares de la política.


No se prevé crecimiento económico, porque no se tienen estrategias, protocolos, planes y programas que lleven a considerar que se lucha por avanzar hacia la mejoría y el desarrollo. Corremos hacia el tercer año de su Administración y no vemos nada destacable o digno de encomio.
Los funcionarios de su gabinete son foráneos que no sienten nada por los campechanos. Sólo conocen las calles que a diario transitan de sus aposentos a sus oficinas y los restoranes que circundan el primer cuadro de la ciudad.


Y así nos va. Las expectativas son negativas en todos, sí, en todos los sentidos. Prueba, sí, que es la mejor alumna del Presidente más condescendiente con los dictadores. Lo acaba de ratificar en el desfile del pasado 16 de septiembre.


A nivel país corremos el riesgo de desbarrancarnos, nos advirtió el pasado lunes el exsecretario de Hacienda de Andrés Manuel López Obrador, Carlos Manuel Urzúa, y sostiene que preocupa el déficit público en el 2024 de 5.4% del Producto Interno Bruto, que irremediablemente conducirá a contratar más deuda.
No hay mejor sastre que el que conoce el paño. Estuvo en la cúpula donde se toman las decisiones económicas, y renunció cuando observó que la Administración de López Obrador nos conduce al despeñadero. ¿Se atreverá la señora Sansores a contradecirlo, como ha ocurrido con otros adversarios de la 4T? ¿Tiene otros datos para oponer?


Para darnos idea de lo sucedido en el déficit público durante este sexenio, no está de más recordar que en el primer año de Gobierno de AMLO, en el 2019, fue del orden de 2.3% del PIB de entonces. Al cierre de su Gobierno se tendrá, si bien nos va, el mencionado déficit de 5.4% del PIB actual, más del doble sólo porcentualmente hablando.


¿Qué tendría que decir acerca de que el aumento del déficit radica, primero, en los gastos para alimentar a sus elefantes blancos, entre ellos el inconcluso Tren Maya y la inconclusa refinería en Dos Bocas, por no hablar de esos vetustos paquidermos llamados Pemex y CFE?


¿Se atrevería a desmentir que el déficit es también por pensiones y programas sociales que nos recuerdan el principio chino de no sólo entregar el pescado, sino enseñar a pescar? López Obrador acrecentará la deuda por razones electorales. Su narrativa carece de bases sustantivas.


Su mal manejo económico impacta en salud, educación, ciencia, tecnología y desarrollo, que se complementa con el fracaso rotundo de la tozudez de continuar con abrazos no balazos para reducir la interminable ola de violencia que azota al país. Más de 90 personas son asesinadas diariamente en el país, sin tomar en cuenta a las desaparecidas.


Navegamos en un mar embravecido con pronósticos de poderoso huracán. Y no hay salvavidas a la vista, por las dificultades en que nos ha metido el Gobierno de la cuarta transformación.


Terrorífica herencia dejará el que en menos de un año se irá. Un país quebrado, más endeudado e invadido por el crimen organizado. Lo grave para nosotros es que deja en Campeche a su servil discípula. Dios nos agarre confesados.

LOS LASTRES EN LA SECRETARÍA DE GOBIERNO

Aguilar Ramírez.

Lo cierto es que hay al menos dos lastres para el que llegue a la Secretaría de Gobierno, nos aseguran quienes de eso saben y son cercanos al poder. El secretario técnico Carlos Buenfil Amaya y el subsecretario de Asuntos Jurídicos y Derechos Humanos, Arturo Aguilar Ramírez. Del primero ya hemos escrito que es la cuota de poder del secretario de Educación, Raúl Aarón Pozos Lanz.

Será ficha al servicio del champotonero, más que de quien ocupe la oficina principal de esa dependencia.


De Aguilar Ramírez ya sabemos que incurrió en violencia política de género, al ordenar al periodista de una página digital que “agarre a vergazos” a la alcaldesa Biby Rabelo de la Torre. Le ha valido un cacahuate la determinación del Instituto Electoral, porque sigue operando para que los periodistas a sueldo se ensañen contra adversarios del régimen.


No sólo, eso. Aguilar Ramírez teje su grupo político, para ponerlo al servicio del mejor postor si las condiciones políticas lo propiciaran. Quiere ser diputado local o federal, claro que por la vía plurinominal, para que no tenga que sudar y exponerse al sol, a los mosquitos y a perder.


Se dice también que está coludido con el secretario general del Sindicato de los Poderes, Municipios y Organismos Descentralizados del Estado, José del Carmen Urueta Moha, para devolverle la fortaleza de otros ayeres a esa agrupación. Por eso no ha dudado en boicotear acciones de crecimiento de la organización llamada fuerte.


Trascendió que a través de Jaime Gracia, funcionario del Tribunal de Conciliación y Arbitraje, agiliza trámites del sindicato que encabeza Urueta Moha, les valida asambleas sin ajustarse a procedimientos legales y estatutarios, mientras al otro sindicato les impone requisitos que no puedan cumplir.


¿El objetivo? Utilizar al Sindicato de los Tres Poderes como punta de lanza para catapultar candidaturas y apoyar campañas. No en balde Urueta Moha envía oficios a sus delegados en toda la entidad para afiliarse a Morena.


Aguilar Ramírez y Urueta Moha son apéndices del presidente del Congreso, el veracruzano diputado Alejandro Gómez Cazarín, que sueña con ser el próximo alcalde del Carmen, para de ahí saltar a la gubernatura de Campeche. Por eso dilapida recursos públicos a manos llenas.


Interesante el entramado político que brota desde las entrañas de la Secretaría de Gobierno, no sólo a espaldas de su titular, sino incluso en sentido inverso a instrucciones superiores. Pero ya dependerá del nuevo “florero” decidir si se queda o se deshace de lastres.

EXPEDIENTE es elaborado con aportaciones de periodistas y colaboradores de TRIBUNA. Comentarios, opiniones, quejas, denuncias, elogios, ofensas, agradecimientos y sugerencias al correo electrónico: expedien75@hotmail.com

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